El Cine Teatro Palacio "no debe convertirse en zapatería"
COMPARTIR
TEMAS
Cineastas, artistas, actores, arquitectos y Saltillenses, llaman al gobierno a recuperar el Cine Teatro Palacio
Saltillo.- Butacas rojas con un borde plateado, partes oxidadas que le dan un tinte melancólico, luces amarillas que recuerdan la elegancia de la época de oro, así luce el Cine Teatro Palacio, uno de los recintos más memorables de la ciudad, que ahora será convertido en una plaza comercial con una zapatería como tienda ancla. Los saltillenses piden auxilio para conservar los recuerdos que guarda el recinto.
A principios de esta semana la familia Morelos, propietarios del inmueble, dieron a conocer que habían vendido la propiedad y que dejaría su vocación artística para convertirse en un recinto comercial, de acuerdo con las autoridades municipales, ellos no han sido informados de la transacción y hasta el momento no se han dado los por menores del cambio.
El último gran evento que recibió el gigante que habita en las calles Acuña y Victoria fue el Foro Internacional de Cine Saltillo, ahí el director de la Jaula de Oro, Diego Quemada-Diez alabó al recinto diciendo que cines como estos ya no existen. Además declaró que lo que vivió al ver la película junto con decenas de migrantes fue una de las mejores experiencias de su vida, incluso superando a la ceremonia de entrega del Ariel.
La posibilidad de seguir creando estos recuerdos y de mantener en pie una trinchera del cine, es lo que defienden los ciudadanos y artistas de la ciudad.
¡No debe ser una plaza comercial!
Cambiar las butacas de cine por aparadores de calzado. Las muestras y foros, por ofertas, son algunas de las razones que han provocado alboroto en redes sociales, en donde la gente mostró su inconformidad sobre el cambio de vocación del recinto.
Entiendo también que es un espacio privado y que ya se hizo una inversión, que nada tienen de culpa los privados en haber hecho esa transacción por intereses personales y respetables. Quisiera con todo mi corazón, que el gobierno asumiera esa responsabilidad de redituarle a los inversores el gasto que han hecho para adquirir este inmueble y se asumiera al espacio como ese lugar que tanto añoramos
Hacerlo zapatería, es lo más antiromántico e inútil que puedas pensar, hasta llega a sonar a chiste, pues todos sabemos que, justamente una zapatería mas es lo que menos necesita nuestra sociedad. Quisiera que todos ejerciéramos presión para tratar de salvar este preciado lugar, comenta Óscar Moreno Troyo, cineasta y actor.
En la polémica también se integró el promotor cultural Sergio Castillo Lara: El espacio debería usarse para otra cosa que no se a una zapatería ya que es un símbolo de la ciudad muy importante, entiendo que no era un lugar rentable, pero pienso que debió de haber una acercamiento por parte de una institución o alguna instancia gubernamental para adquirirlo, pero como no se dio eso, se vendió a un particular, pero por tratarse de un símbolo tan emblemático de la ciudad, se debe rescatar, ya que es un edificio que corresponde a toda una época. Debe involucrar la intervención económica del gobierno para que tenga otro destino.
La cineasta Patricia Carrillo recordó que hace un par de años se propuso al gobernador convertir el recinto en una cineteca.
Muchos pensamos que eso podría hacerse realidad, pero ante la situación económica que prevalece en el estado simplemente se dejó de hablar de ello.
Pero hay que ponernos en el lugar de la familia Morelos, a ellos les era muy difícil mantener el cine, buscaron alternativas, pero era insostenible para ellos, no era redituable, no le podían pagar a los trabajadores, ni darle mantenimiento a la sala. Esto ya se veía venir, agregó la encargada de Cine por parte de la Secretaría de Cultura.
Al cuestionar al Instituto Municipal de Cultura, sobre su postura ante este tema, este contestó por medio de un comunicado vía correo electrónico en el cual se deja claro que mientras ninguna estancia de gobierno sea notificada sobre estas adecuaciones al Teatro Palacio, estos no pueden fijar ninguna
postura.
Hasta el momento, el Gobierno Municipal de Saltillo, no ha recibido solicitud alguna, ni de organismos públicos ni empresas privadas, para realizar modificaciones en el Cine Palacio. Aunque se ha mencionado en medios de comunicación y redes sociales su venta y posible remodelación, ninguna instancia municipal ha sido notificada de adecuaciones en su giro comercial ni en cambios en su fachada. Marco Flores, titular del Centro Histórico, informó que mientras no existan solicitudes oficiales, las autoridades municipales, no pueden fijar postura al respecto, indicaba el boletín.
José Palacios, Titular del Instituto Municipal de Cultura de Saltillo, respaldó la postura de Flores, al recalcar que, mientras no haya solicitudes formales al respecto, no se puede dar una opinión.
El Gobierno Municipal de Saltillo reconoce el valor histórico y urbanístico del Cine Palacio desde 1920, adquirido recientemente por empresarios regiomontanos, por lo que sería lamentable fuera transformado acabando con su objetivo principal; divertir y entretener a los saltillenses, concluía el mensaje firmado por el Ayuntamiento.
También se buscó la opinión de la Secretaria de Cultura, Ana Sofía García Camil, a través del departamento de comunicación, pero no hubo éxito alguno.
La magia del cine
La mayor parte de las personas que recorren la calle Victoria no pueden evitar detenerse ante los marcos acompañados de luces amarillas, (limpios pero deteriorados por el tiempo), que muestran las novedades cinematográficas del recinto que abriera sus puertas por primera vez en 1941.
Ahí viví muchas experiencias bonitas, ¿quien no invitó a la chica que le gustaba a este cine?, comentó Ignacio González Zuñiga desde su puesto de periódicos frente al Cine Teatro Palacio, lugar que desde hace años ha dado refugio a festivales de documentales, cortometrajes, muestras y foros de cine, el cual, bien puede convertirse en un recinto encargado de resguardar y cuidar el séptimo arte, tal como Saltillenses y amantes del cine lo sugieren.
A mi me tocó ver las de color de Jonh Wayne ahí comentó el boceador rodeado de revistas y periódicos, ese lugar en vez de ser una plaza, debió de haberse convertido en una Cineteca, porque faltan lugares culturales en Saltillo, declaró tajante.
Ignacio Gaona Domínguez, encargado del Hotel Rebeca en calle Victoria comenta que el teatro Palacio fue gestado por Gabriel Ochoa, quién vivía en la única casa habitada que sobrevive en la calle, el siempre estuvo decidido a mostrar el arte del cine a los saltillenses.
Esta misión le dio fama al recinto, tanto que llegó a recibir a íconos del Cine de Oro como Chespirito, Tongolele, Resortes, Ignacio López Tarso, además de artistas como Jorge Ortiz de Pinedo, Lola Beltrán y Lucha Villa.
Era el cine más elegante de Saltillo, un cine de tradición y muchos años, y que te puedo decir, mi papá trabajo ahí muchos años, recibiendo los boletos, yo crecí ahí, vi muchas películas americanas, porque ahí era donde se pasaban ese tipo de películas. Ese cine era para la gente con más recursos y como en todo, viene un cambio y espero sea un cambio bueno para la sociedad, comentó el hombre de 65 años de edad.
Durante los años el cine tuvo varios cambios, tanto en su aspecto como en su forma de admisión. Su fachada de color azul cambió a rojo También durante mucho tiempo la entrada fue gratuita, el recinto regalaba boletos por las calles para darle la oportunidad a las familias de bajos recursos de disfrutar de una película.
Nombre mijo, que no te voy a contar del Cine Palacio, ahí vi muchas películas, ahí muchas veces fui con mi mujer, ese era de los grandes cines, los que se necesitan, y pues que lástima, pero pues nos están cobrando la factura, explicó resignado Pedro Becerra, encargado de una paletería localizada en los arcos de Plaza de Armas.
Un lugar de proyección internacional
El cine además de ser el protagonista de la memoria colectiva de muchos saltillenses, forma parte de una de las pinturas del célebre norteamericano Edward Hopper. La obra pintada en acuarela, fechada en 1946, que aún se conserva en el Whitney Museum of American Art, en Nueva York.
Cuando era joven, Edward Hopper, se dedicó a viajar, primero en tren desde Massachusetts, a la ciudad de México, pero no le gustó la lluvia ni el aspecto, y volvió a viajar para llegar a Monterrey, donde se quedó en un hotel en el centro, pero tampoco le gustó el calor.
Llega a Saltillo y se enamora de la ciudad, y pinta la iglesia Nepomuceno, el Teatro García Carrillo, el hotel Coahuila, y el más emblemático: el Teatro Palacio. Acuarela que es la más representativa de todas las que pintó Hopper, es por eso que el cine Palacio tiene un gran valor siendo el lugar más icónico de la ciudad, explica Federico Jordan, ilustrador y colaborador de esta casa editorial.
Al rescate de un ícono
La controversia llamó la atención de Francisco Martínez Pérez, Especialista en Gestión Cultural y Patrimonio Cultural, integrante del comité Nacional Mexicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), él habló en exclusiva con VANGUARDIA y recordó que Cine Palacio puede llegar a ser lo que actualmente es la Cineteca de San Luis Potosí, el ex Cine Futurama ahora es Centro de la Juventud, Arte y Cultura de la Col. Lindavista (D. F.) o el ex cine Metropólitan es ahora uno de los centros de espectáculos más importantes.
¿En qué momento el edificio del Cine Palacio dejó de ser un digno representante de la antigua modernidad? No es necesario convertir al Cine Palacio en una plaza comercial con una tienda ancla para que el negocio sea redituable, otros grandes cines han sido rescatados bajo usos comerciales más afines a su uso original con beneficios económicos.
¿Acaso a Saltillo no merece un lugar de recreación cultural y social de calidad y que mantenga un nivel comparado con los ejemplos antes citados? Este lugar es un espacio representativo de la ciudad y que en últimas fechas se ha ido recobrando de un patrimonio que se ha denominado cinematográfico y el cual el lugar tiene todas las cualidades para adjudicarle una categoría.
Requerimos de este tipo de espacios para seguir disfrutando de las muestras de cine, tener un espacio polivalente para que funcione para determinadas necesidades, indicó Martínez Pérez sobre el edicifio que lo mismo hospedaba a la Muestra Internacional de Cine, que al festival de documentales Ambulante, así como otros festivales del séptimo arte nacionales e internacionales.