"Devil's Knot" la perturbadora película de Atom Egoyan llega a Sebastián
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"Quería mostrar la dimensión de lo que realmente pasó", dijo hoy Egoyan, que acudió en solitario a presentar el film.
San Sebastián, España.- El cine comprometido, ese que busca remover conciencias, marcó hoy la jornada del festival de San Sebastián con la perturbadora "Devil's Knot", del canadiense Atom Egoyan, y el personal drama "For Those Who Can Tell No Tales", de la bosnia Jasmila Zbanic.
Egoyan, que fue nominado al Oscar como director y guionista de "El dulce porvenir", ficha a dos estrellas como Reese Witherspoon y Colin Firth para narrar una historia que sacudió Estados Unidos hace 20 años: el brutal asesinato de tres niños de West Memphis, hallados desnudos, mutilados y atados de pies y manos en un riachuelo.
Tras la conmoción inicial, la investigación apuntó rápidamente a tres muchachos interesados por el ocultismo como principales sospechosos. Pero a lo largo del mediático proceso, la falta de evidencias, la presión y las negligencias policiales dejan entrever que algo muy turbio está sucediendo.
"Quería mostrar la dimensión de lo que realmente pasó", dijo hoy Egoyan, que acudió en solitario a presentar el film. Pero al contrario que los documentales que se realizaron tras el juicio, él no busca señalar un culpable, sino "ahondar en el sentimiento de la comunidad y plasmar todas las aristas."
El cineasta, que esta vez utiliza un enfoque más naturalista frente al lirismo de "Exótica" o "El dulce porvenir", insistió en su intención de no caer en los estereotipos "sureños". Por eso eligió a Witherspoon para encarnar a la madre de uno de los niños asesinados, pues la ganadora de un Oscar por "Walk the Line" es oriunda de la región.
Firth ("El discurso del rey"), por su parte, da vida a un investigador privado con fuertes convicciones contra la pena de muerte, que decide ayudar a la defensa ante lo que considera una fabricación del proceso contra los tres jóvenes acusados. Pero pese a las sospechas de ambos, a día de hoy lo que sucedió sigue siendo un misterio.
"Elegí este caso porque tiene algo de supernatural o mitológico", explicó Egoyan, de 53 años. "Es un crimen monstruoso del que apenas hay pruebas y quedan muchas preguntas por resolver (...) No se podría haber creado una ficción tan elaborada, es desconcertante". Y "Devil's Knot", que en España se estrenará como "Condenados", aborda esencialmente esa duda.
Con un estilo opuesto, la segunda cinta del día es un llamamiento a remover conciencias y ajustar cuentas con el pasado, firmado por la ganadora del Oso de Oro en la Berlinale Jasmila Zbanic ("Grbavica"). La cineasta bosnia aborda de nuevo los horrores del conflicto de los Balcanes, pero esta vez desde la mirada de una extranjera.
Al igual que "Devil's Knot", "For Those Who Can Tell No Tales" también se basa en una historia real: la de la actriz y dramaturga australiana Kym Vercoe, que en un viaje de turismo por Bosnia acabó por casualidad en Visegrado. Al regresar a Australia, descubrió que esta pintoresca ciudad había sido escenario de crímenes atroces.
"Quería hacer una película sobre Bosnia 20 años después de la guerra y buscaba una historia que mostrara esas emociones", explicó Zbanic. La encontró cuando vio la performance teatral "Seven Kilometers North East", en la que Vercoen contaba su experiencia tras haber dormido en el hotel Vilina Vlas, donde más tarde supo que 200 mujeres fueron violadas durante la guerra.
"For Those Who Can Tell No Tales" se refiere tanto a quienes ya no pueden hablar como a quienes guardan silencio y prefieren dejar atrás el pasado. "Supongo que como en otros países con guerras recientes, en Bosnia parte de los protagonistas siguen integrados en el poder político, las instituciones o la policía, y no quieren debates", explicó la cineasta.
"No es que en Bosnia falte información", afirmó, "es la incapacidad de confrontar el pasado por la necesidad de ser identificado como un grupo". En su opinión, en los Balcanes "hay una carencia de identidad personal para mostrarse crítico, porque también hay quienes tienen mucho que perder."
Pero Zbanic, de 38 años, considera que "no se puede pensar en el futuro sin afrontar el pasado". Por eso, pese a los problemas que tuvieron para rodar la película en Visegrado y las suspicacias que genera reabrir las heridas aún sin curar, cineasta y actriz abogan por promover el debate. Aunque aún no saben si podrán mostrar la película en los cines bosnios.
Por Elena Box/DPA