Las Kardashian, ¿cómplices de explotación?

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Una revista estadounidense asegura que las maquilas que producen la ropa que venden las estrellas de reality violan los derechos humanos de sus trabajadores.
Ciudad de México.- La familia Kardashian enfrenta una nueva polémica, pero esta vez no tiene que ver con divorcios. Se trata de una acusación relacionada con explotación laboral.
De acuerdo con el nuevo número de la revista estadounidense Star, la ropa de la firma de las Kardashian es producida en maquilas foráneas donde los trabajadores prácticamente son prisioneros.
Charles Kernaghan, director ejecutivo del Instituto para el Trabajo y los Derechos Humanos, declaró a la revista que no sólo celebridades como las Kardashian toman ventaja de los trabajadores, sino que también hay gobiernos inmiscuidos.
La familia, famosa por su aparición en reality shows, está involucrada en la venta de productos de moda, belleza, fragancias, pero es la línea k-Dash, de la firma Kardashian y la Kris Jenner Kollection, así como ShoeDazzle, compañía cofundada y respaldada por Kim, las que están en la mira.
Según Kernaghan, los productos de esas compañías son manufacturados en áreas de China donde las regulaciones del gobierno acerca de condiciones laborales, a menudo son ignoradas.
Star cita a Li Quiang, director ejecutivo de China Labor Watch, acerca de que las Kardashian se están haciendo de la vista gorda ante los abusos.
"Gente como las Kardashian está produciendo sus piezas en China porque obtendrán mayores ganancias, dado que el costo de producción es bajo comparado con los Estados Unidos u otros países", explicó.
De acuerdo con la revista, los trabajadores de la maquila viven en dormitorios miserables en la fábrica con el hedor de aguas residuales, mientras trabajan hasta 84 horas siete días a la semana para producir los bienes que ayudaron a las Kardashian a ganar 65 millones de dólares el año pasado.
Los trabajadores reciben apenas un dólar de paga por hora en las fábricas de la región de Guangdong, que son definidas como prisiones de mínima seguridad.
Además laboran bajo condiciones extremas de clima y se encuentran constantemente endeudados con sus jefes. No pueden hablar mientras trabajan, tampoco pueden escuchar música ni levantarse para estirarse o incluso voltear. Para ir al baño sólo tienen cuatro minutos, pero si son altamente especializados ni siquiera pueden hacerlo.
Kernaghan considera que es momento de que las Kardashian hagan algo al respecto.