En su nueva novela ‘El amante polaco’ Elena Poniatowska pudo reconocer sus propios valores

En su última novela la escritora mexicana retoma la historia de Stanislaw Poniatowski, último rey de Polonia en el siglo XVIII y uno de los personajes más importantes de la familia de Poniatowska y de dónde le viene la sangre real que no le ha nublado tener su propio brillo.

“Lo hice (la novela) para que yo lo conociera, para que yo recordara que de niñas nos decían princesa e investigar de qué se trataba y por qué sucedía eso”, comentó en un entrevista concedida a la Agencia EFE previa a su participación en la FIL de Guadalajara.

“El amante polaco” editado por Seix Barral, se urdió por varios años entre un mar de información y datos, así como de lecturas en francés y en inglés acerca del rey que fue obligado a dejar el poder al ser derrotado por las intrigas y conspiraciones de países vecinos.

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Es apenas unos años que el legado de Poniatowski fue reconocido como el rey que más acciones hizo para promover la educación, las artes y la cultura, además de ser un hombre culto e inteligente al que le gustaba escribir.

Fues este descubrimiento el que tal vez impactó más a la escritora, quien aseveró verse reflejada en este lejano ancestro al que la separan 250 años.

“No fue un descubrimiento de mí, sino de valores, de cosas que me impactan que son finalmente también mis valores”, aseguró la Premio Cervantes 2013.

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La escritora de “La noche de Tlatelolco” profundizó en la historia del rey Poniatowski desde su infancia hasta su derrota en la guerra pasando por su coronación, resultado de la relación que tenía con Catalina II, emperatriz de Rusia, de quien estaba enamorado a pesar de que ella tuvo otros amantes.

“Encontré cosas que me gustaron muchísimo, como su amor a la cultura, él se enamoró perdidamente de Catalina la Grande y ella de él, aunque fue una de las mujeres que más amantes tuvo, él le fue leal y lo hizo rey de Polonia, creo que lo hizo para librarse de él y que viniera otro, al final le hizo un bien a Polonia”, explicó Poniatowska.

En este sentido. la escritora mexicana precisó que ese legado de Poniatowski prevalece actualmente en Polonia, una nación “muy respetuosa y con mucho amor a la paz, entre vecinos feroces”.

Así también, durante el proceso irle dando forma a la novela la también periodista descubrió que la guerra impactó la historia de su familia en diversas épocas, primero con la guerra contra Rusia que provocó la abdicación de Poniatowski y después la Segunda Guerra Mundial, que separó a Poniatowska de su padre por cinco años y que derivó su exilio en México.

“Las grandes historias se fraguan alrededor de la guerra, en este caso de la Segunda Guerra Mundial, no vi a mi papá durante casi cinco años, nos venimos a México, mi mamá nos trajo en el año 42 y volvimos a ver a mi papá brevemente durante el 45 y luego otra vez hasta el año 47”, evocó Poniatowska.

Por otra parte, la autora de “La piel del cielo” visita cada año la FIL de Guadalajara en donde participa en sus actividades y conversa con sus lectores.

En esta ocasión, Poniatowska expresó que se siente extraña, en medio de un mar de escritores jóvenes y sin la congregación de amigos con las que solía llevar a cabo largas charlas.

“Me siento que soy la viejita y estoy solita porque no están (Gabriel) García Márquez, (Mario) Vargas Llosa sí vive, pero Carlos Fuentes no vive, Rosario Castellanos no vive, me da tristeza que la gente de mi rodado (edad) ya no viene a la feria”, finalizó Poniatowska.

Con información de la Agencia EFE.