Jorge F. Hernández deleita con su irreverente forma de narrar en presentación

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A manera de una conversación casual, el autor reunió una audiencia de fanáticos de su obra y de la escritura a los cuales confesó algunas anécdotas e inquietudes personales, así como detalles sobre sus procesos creativos
Con un particular sentido del humor, el escritor Jorge F. Hernández mantuvo a su audiencia cautiva entre las historias tan peculiares que han salido de su vida cotidiana y su imaginación. La cita se dio ayer por la tarde en el Centro Cultural La Besana, donde la sala designada para el evento estaba completamente llena.
Comenzando con un par de anécdotas y reconociendo la presencia de conocidos, Jorge arrancó esta plática. También compartió generalidades acerca de su producción como escritor antes de entrar de lleno al tema: Leer por placer.
Destacó su iniciación en la lectura debido a su interés por el “chisme”, así como denunció la mala práctica de ciertos programas gubernamentales que pretenden inculcar este hábito de la manera incorrecta. Así mismo también indico a los presentes que el leer debe ser una actividad placentera y personal, insinuando así que esta acción debe llevar a un cuestionamiento, en la mayoría de los casos.

CUENTIBROS
Entre las “confesiones” —u obsesiones— del autor, declaró que a él le gusta escribir “Cuentibros”, recalcando que el nombre más cercano podría ser Flash fiction o microrrelatos, aunque no los considera de esa manera ya que son muy largos. Dichas historias no serían más que vivencias del propio autor (o de conocidos), ideas disruptivas que ha tenido o planes que le han propuesto.
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Este tema dio pie para hablar de la creación de una historia y luego pasarla a papel, mismo que consistiría en tomar los mejores elementos del chisme y el chiste: del primero para saber qué contar, que sea “irresistible” al lector y del segundo para ser conciso con la historia e incluso “rematar” con el final.
¿PROBLEMAS CON ESCRIBIR SUS OBRAS?
Sin duda, una de estas confesiones que cautivaron a la audiencia fue la de que, por alguno u otro motivo, Jorge no ha podido terminar sus obras él mismo. Citó el caso de Cochabamba, libro que “dejó reposar” durante 22 años hasta que la persona en que se basó para escribirla murió.
También platicó acerca de Un bosque flotante, novela que escribió sobre su infancia y con la que comparte crédito con su amigo Bill, siendo éste el que escribió el final de esa historia de la que ya no recordaba mucho.
¿MONOLOGUE?
Al final de la plática, Jorge narró un par de ficciones de las cuales destaca una vivencia que tuvo en un avión, donde se hizo pasar por un “Sacerdote del Faje”, con la que toda la sala rió por las ocurrencias del autor en ese improvisado personaje, extendiendo hasta el límite el chiste de un clérigo que apoya dicha práctica sexual.
Finalmente, Jorge agradeció a los presentes por el rato de apreciación y risas con respecto de su obra, invitando al público a hacer preguntas y conviviendo brevemente con las personas que le saludaron en su mesa.