‘¡Qué Bello es Vivir!’: El mejor regalo cinematográfico para la Navidad 2020
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Cada Nochebuena es tradición en los Estados Unidos que la cadena NBC transmite por televisión un clásico por excelencia relacionado a la Navidad como lo es “¡Qué Bello es Vivir!” (Frank Capra, 1946).
Curiosamente, justo hoy que es Nochebuena y mañana Navidad el canal FOX Classics transmite para sus suscriptores en punto de las 12:07 del mediodía y las 18:55 de la tarde esta cinta que aunque fue la gran perdedora en la entrega del Oscar de su año a pesar de estar nominada en categorías importantes como la de Mejor Película; Mejor Director; Mejor Actor (James Stewart); Mejor Edición (William Hornbeck) y Mejor Sonido (John Aalberg) frente a la gran ganadora de aquel año que fue “Los Mejores Años de Nuestras Vidas”, de William Wyler, ganadora de siete estatuillas, en gran parte por centrarse en las historias de tres soldados veteranos de las Segunda Guerra Mundial que regresan a su “nueva normalidad” en cada uno de sus hogares … todavía estando muy reciente aquel conflicto armado.
Sin embargo, como ha sucedido en muchos otros casos en la historia del mencionado premio, en la actualidad más norteamericanos mantienen en la memoria colectiva un clásico como “¡Qué Bello es Vivir!” que “Los Mejores Años de Nuestras Vidas” y las razones es que como la gran historia universal que se ha trascendido el tiempo pero también las fronteras, y en un momento como el que vivimos con una Navidad atípica como la que ya estamos experimentando la esencia de este filme está más viva que nunca.
Esto porque después de los créditos iniciales escritos sobre tarjetas navideñas, esta producción de bajo presupuesto del desaparecido estudio RKO (el mismo que produjo otro inmenso filme de los años 40 como lo es “El Ciudadano Kane”, de Orson Welles”) nos muestra las calles nevadas de un poblado llamado Bedford Falls donde se escuchan las plegarias de varios de sus habitantes pidiendo por un hombre llamado George Bailey, rezos que llegan hasta el cielo de una Nochebuena llena de estrellas donde un Ángel llamado Clarence (Henry Travers) es asignado a encontrarse con el mencionado George Bailey porque a las 10:45 está considerando botar el mayor regalo que le da Dios al hombre: su vida, y si logra evitarlo el podrá hacerse acreedor a las alas de ángel que aún no ha podido obtener.
Para esto, a Clarence se le pone en antecedentes de quién es George Bailey desde su infancia, cuando en el año de 1919 evita que el boticario del pueblo envenene a un niño enfermo al darse cuenta que por seguir afectado por la muerte de un hijo víctima de la influenza se ha equivocado de polvos de la medicina que George iba a entregar al enfermo y en vísperas de la Gran Depresión, en 1928, ya convertido en un hombre emprendedor (James Stewart), sacrifica su luna de miel con su esposa Mary (Donna Reed) por no desamparar a los pobladores a los que su empresa de préstamos la situación económica les impide pagar sus respectivas hipotecas, pero justo al término de la Segunda Guerra Mundial todo se le revierte hasta el punto en el que considera esa Nochebuena terminar con su vida.
Por todo lo anterior expuesto, “¡Qué Bello es Vivir!” es el mejor regalo cinematográfico que se le puede dar a un espectador en la situación de desesperanza y crisis de todo tipo que vivimos porque es un retrato del mundo que en otras épocas ha padecido también situaciones adversas que se han podido afrontar con fe, esperanza y solidaridad. Si tiene oportunidad, no se la pierda. ¡Feliz Navidad!
Comentarios a: galindo.alfredo@gmail.com; Twitter: @AlfredoGalindo