Catherine, un videojuego que combina amor, sexo, celos y madurez

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Temas mundanos tratados de una curiosa forma en un universo de pesadilla es la propuesta de Catherine
Madrid.- La industria del videojuego ha madurado considerablemente, lejos quedan los años en los que se lazaban al mercado inocentes propuestas, pueriles en algunos casos; fruto todas ellas de la juventud e inmadurez del medio, incluso del perfil del jugador.
Con los años, según han ido evolucionando la tecnología, el creador y el usuario final, las propuestas han ido tornándose, a nivel argumental, más adultas y complejas, con ejemplos determinantes como Heavy Rain, el videojuego francés, exclusivo de PlayStation 3, que es a los videojuegos lo que Sev7n al cine.
Aún así, pocos son los videojuegos que tratan de forma seria y adulta temáticas tan universales como el amor, la madurez, la inseguridad, los celos o la infidelidad. Materias muy vistas en otros medios culturales como el cine o la literatura, pero que se prodigan poco en la industria del ocio electrónico.
Catherine es algo así como un extraño producto en unos grandes almacenes, solamente apto para los paladares más exquisitos. Un juego con un estética anime muy marcada, que trata sin pudor los asuntos antes mencionados; un título alejado de los cánones y de las modas que rigen esta poderosa industria cultural, en definitiva, una propuesta arriesgada y valiente que, ya les adelantamos, hay que recibir con todos los sentidos dispuestos a empaparse de esta necesaria experiencia.
En este videojuego encarnaremos a Vincent Brooks, un estereotipado personaje que se debate entre el amor de su vida: Katherine, que pretende afianzar la relación dando el santo paso del matrimonio y Catherine, una sensual e inesperada visita que volverá su mundo de creencias ya establecidas completamente patas arriba, todo ello aderezado con unas extrañas y recurrentes pesadillas en las que deberá luchar por su vida. Unos sueños nocturnos que no solamente le afectan a él, sino que parece una epidemia que aqueja a varones de unos treinta años.
La magia del personaje de Vincent reside en que presenta los tópicos que podemos encontrar dentro de nosotros, es un alter ego tan humano, por momentos, que nos hará debatirnos entre el odio, el amor o la compasión. De hecho, muchas veces entenderemos sus dudas, sus decisiones o su indeterminación. Ahí reside la magia de Atlus, creadores del juego; Vincent no es el personaje más complejo con el que hemos jugado, pero sí es uno de los más cercanos a una psique humana, es el prototipo de hombre del siglo XXI, tan seguro y convencido de todo hasta que un pequeño viento termina con su castillo de naipes en el suelo.
A nivel argumental el juego se mantiene sólido y no es para menos, puesto que es su gran baza y arma principal, sustentando con firmeza el resto de carencias que podremos encontrar a nivel jugable, porque si Catherine es poderoso a nivel narrativo y de guión, en el plano jugable la tónica que nos propone se acaba haciendo algo repetitiva al cabo de unas horas. Aunque no cansa al jugador, sino que, simplemente, no le muestra nuevos aliencientes y sorpresas en este sentido.
Catherine se divide en dos fases muy claramente diferenciadas, por un lado encontramos las fases de pesadilla que nos asaltarán por la noche cuando Vincent vaya a dormir. Estos momentos oníricos, que podrían haber sido sacados de las atormentadas mentes de David Lynch o de Tim Burton, muy alegóricos y similares a los círculos infernales de la Divina Comedia, son unas complejas fases de puzles en las que deberemos correr por nuestra vida, puesto que el suelo se derrumba, mientras creamos caminos con las cajas o bloques que nos encontramos.
La fortaleza jugable del título reside en estas ocho fases (ocho noches de pesadilla) de puzles, muy complejas según avanzamos, puesto que no solo encontraremos bloques helados, que exploten o que se resquebrajen según pasamos sobre ellos, sino que aguardarán más sorpresas como enemigos que nos estorbarán, nos empujarán al vacío o, directamente, nos machacarán... porque sí, descubriremos junto con Vincent que no estamos solos estas aterradoras noches, sino que todo apunta a que esta pesadilla afecta colectivamente a más almas atormentadas.
Pero más allá de correr por nuestra vida, nuestra alma y cordura (que irá consumiéndose en dudas y remordimientos), entre rompecabezas llegaremos a una especie de Purgatorio, las similitudes con la obra de Dante Alighieri son bastante profundas, en el que deberemos hablar con los personajes que allí nos encontraremos, todos ellos caracterizados como ovejas, que nos contarán sus temores, ideas e incluso nos mostrarán nuevas técnicas para superar los puzles. Pero, además, podremos comprar diferentes items que nos ayudarán en nuestra escalada, ya sea creando nuevos bloques o permitiéndonos subirlos de dos en dos.
Catherine oculta más sorpresas. El título indaga en los temores de Vincent y del usuario, en sus creencias y en sus ideales, para lograr ofrecer una experiencia sincera con el jugador, el videojuego nos propondrá una serie de preguntas, que deberemos contestar sinceramente si queremos disfrutar del juego como fue concebido. De este modo se nos interrogará sobre temas como el matrimonio, los hijos, la amistad, el dinero, el sexo... Cuestiones, algunas muy triviales y, otras, duras y descarnadas. Obviamente, nuestras respuestas a estas preguntas y nuestra actitud con otros personajes cambiará la experiencia del juego y nos presentará finales alternativos.
El juego no solamente se desarrolla en estas fases nocturnas, sino que también nos permitirá jugar por el día, siendo estas fases las que nos permitirán ahondar en el espíritu de Vincent, para ello y, como no podía ser de otro modo, pasaremos mucho tiempo en el bar "Stray Sheep" (La oveja descarriada), donde conversaremos con nuestros amigos y el resto de parroquianos, desmadejando la historia del juego, mientras lidiamos con Katherine y Catherine. Así pues, deberemos responder a los mensajes de móvil que ambas nos remitirán. Aquí yace otra de las grandes cuestiones del juego, puesto que al igual que con las preguntas que se nos plantearán, según cómo contestemos a los SMS (con un botón escribimos y con otro borramos y seleccionamos otra frase) nuestra relación estas dos mujeres cambiará y, por tanto, el juego.
Les podemos asegurar que habrá momentos en los que reflexionarán varios minutos hasta dar con el mensaje correcto o, al menos, el correcto para ustedes.
Por tanto, en las poco menos de 20 horas que dura el juego, dependiendo de nuestro comportamiento, nuestras respuestas y nuestros mensajes de móvil, al final nos toparemos con uno de los ocho finales que encierra Catherine, todos ellos acordes a nuestras decisiones.
A nivel visual, Catherine apuesta por un estilo gráfico anime, no en vano grandes secciones del juego se nos contarán como si estuvieramos viendo una película de animación japonesa, todo muy cuidado y con un tono `cell shading' (una técnica que imita el trazado de un cómic) que le sienta de lujo. La sensualidad y el erotismo también es algo muy presente en el juego a nivel artístico, pero alejado de todo lo explícito, puesto que Catherine se recrea en la insinuación, dejando para la imaginación del jugador el resto.
Poco que reprochar al juego a nivel sonoro, puesto que cuenta con un doblaje más que notable, en inglés, eso sí, donde destaca la voz de Troy Baker, consumado doblador de videojuegos y de películas, que pone voz a Vincent Brooks. Las melodías del juego son suaves e intimistas en el bar, mientras que en las pesadillas acompañan a la escena para buscar el protagonismo.
A pesar de las voces en inglés, Catherine ha llegado a las tiendas con subtítulos en castellano, por lo que no tendrás problemas para disfrutar de esta intensa experiencia.
Conclusión
Catherine es un producto atípico, valiente y alejado de las tendencias que sigue esta industria. A nivel jugable es repetitivo, lo que vemos en las dos primeras horas de juego se repetirá hasta la saciedad las dieciocho siguientes, pero aún así, su fuerte está en cómo narra una historia normal, común, muchas veces leída, escuchada, vista o, porqué no decirlo, vivida.
La grandeza de Catherine reside en su poderosa propuesta narrativa, en su capacidad por desnudar al jugador, que muchas veces no sabrá si responde como Vincent o como él mismo. Jugar de forma sincera a Catherine es una experiencia sana, que reconciliará a los jugadores con sus pecados.
Pero repetimos, no gustará a todo el mundo. El juego requiere de una sensibilidad y de unas ganas por caminar a través de senderos tortuosos que cualquiera no está dispuesto a andar o a entender.
En definitiva, una experiencia necesaria y llena de coraje que, esperemos, sea el inicio de más propuestas similares en el futuro, porque los videojuegos las necesitan.
Te gustará: Si buscas una propuesta diferente y arriesgada. Si te gustan los retos y los rompecabezas.
No te gustará: Si esperas un juego sexual y explícito. Si quieres tiros y acción a raudales.
Por: Alfonso Gómez Aguirre (vadejuegos.com)