Educación escolar: ¿Lápiz y papel o tableta digital?

Vida
/ 3 noviembre 2016

“Si ahorramos trabajo al cerebro no aprendemos. Esta es la cuestión de por qué hay que ir al método tradicional” .

La cuestión es que el cerebro está preparado para aprender cuando interactúa, y los dispositivos digitales que utilizamos para aprender interactúan por nosotros. Es decir que lo que hacen es evitar que aprendamos . “Si ahorramos trabajo al cerebro no aprendemos. Esta es la cuestión de por qué hay que ir al método tradicional” .

Así opina el catedrático de Psiquiatría y especialista en Neurociencia, el alemán Manfred Spitzer, entrevistado por EFEsalud con ocasión de su reciente visita a España para impartir varias conferencias sobre el tema, invitado por Obra Social “la Caixa” y la Fundación Aprender a Mirar.

Director de la Clínica Psiquiátrica de Ulm (Sttugart) y autor entre otros de libros como “La Demencia Digital” y “La enfermedad cibernética”, Spitzer opina que padres y profesores son los responsables de ofrecer a los jóvenes las mejores condiciones para que el cerebro tenga éxito en el aprendizaje; también considera que los políticos y los responsables de educación deben investigar más y estar más seguros de la utilidad didáctica de los medios digitales, sin dejarse llevar por la influencia de las empresas tecnológicas.

En su opinión, el uso de dispositivos digitales para el aprendizaje puede debilitar el cerebro, y sostiene que las consecuencias de un aprendizaje pobre y superficial provocan un conocimiento muy superficial de la información y trastornos en el lenguaje, déficit de atención y depresiones”.

Así, por ejemplo, la escritura es fundamental para fomentar la coordinación y las habilidades manuales y su ejercicio periódico es fundamental para la actividad cerebral.

“No estamos reivindicando la vuelta a métodos tradicionales en todo, pero lo que los adultos podemos aprovechar de la tecnología para aumentar nuestra eficiencia no es ni mucho menos lo que necesitan los niños para aprender”.

"Y refiere que siempre hay que ponderar la utilidad y los riesgos que provocan las tecnologías cuando se sustituyen por métodos tradicionales de aprendizaje.”

En edades muy tempranas no necesitan de esas máquinas para aprender, y además el riesgo es mucho mayor cuando se usan estas tecnologías. Si bien es verdad que a edades de 13, 14 y 15 años se pueden utilizar para ilustrar gráficamente algo, por ejemplo, pero siempre hay que ponderar la utilidad directa con el peligro”.

También advierte este experto que las nuevas tecnologías son causa directa de enfermedades mentales como el insomnio, la depresión, incluso diabetes, alteran los ritmos de sueño y causan fatiga .

Hay muchos daños que sí se ha demostrado y sin embargo siguiendo con la ponderación no hay nadie que haya demostrado que exista un beneficio directo. 

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