Las fotos que muestran la cantidad de azúcar que tiene estos productos
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Sinazucar.org es un proyecto que denuncia en imágenes la cantidad de azúcar presente en bebidas, cereales, salsas y otros productos industriales
Un yogur de frutas Danone “0%”, 4 terrones de azúcar. Un brik de 200 mililitros de salsa de tomate Hacendado, otro tanto. Una porción de 50 g. de cereales infantiles para el desayuno de Kellog´s, 4,6 terrones. Y un café Mocca Blanco Venti de Starbucks, con nata y sirope de chocolate, la prodigiosa cantidad de 20.
Cuando consumimos cualquiera de esos alimentos, rara vez somos conscientes del montón de azúcar que nos estamos metiendo en el cuerpo, un azúcar que puede crear dependencia y cuyo abuso produce sobrepeso, diabetes, caries o riesgo cardiovascular. O no leemos las etiquetas donde se indica, o no entendemos a qué corresponden exactamente las cantidades que allí se indican. Esta ceguera es la que empujó a Antonio Rodríguez Estrada a crear SinAzúcar.org, una iniciativa para difundir imágenes en las que los productos aparecen acompañados de la cantidad de azúcar que contienen, medido en una unidad familiar y comprensible para todos: el terrón.
“Una de las causas de la epidemia de obesidad actual es el abuso de productos industriales en la alimentación diaria”, explica este fotógrafo entusiasta de la alimentación sana. “SinAzúcar.org pretende visualizar el azúcar oculto en estos alimentos procesados de una forma simple y gráfica para que puedan ser compartidas facilmente a través de las redes sociales. Es mi granito de arena para mejorar los hábitos de consumo”.
Aunque la idea quizá no sea muy original -la web estadounidense Sugar Stacks o la cuenta de Instagram @dealerdesucre llevan haciendo algo similar desde hace tiempo-, el proyecto presenta dos novedades: los productos retratados provienen del mercado español y las imágenes, brillantes y pulidas, imitan deliberadamente la estética publicitaria con la que se suelen anunciar. “La industria alimentaria nos presenta sus productos de forma brillante para seducir al consumidor. Si queremos luchar contra este marketing debemos ser capaces de ponernos a su nivel y usar sus propias armas para crear imágenes atractivas que comuniquen eficazmente”, asegura el fotógrafo, que terminó hace unos meses un curso de nutrición deportiva en el Instituto de Ciencias de Nutrición y Salud.
Rodríguez Estrada comenzó publicando fotos de productos con grandes cantidades de azúcar, como las bebidas azucaradas. Pero enseguida entendió que sorprendían más los alimentos en los que este ingrediente resulta más inesperado, como una salsa de tomate o un yogur para bebés. Por ello ha decidido dar prioridad a la denuncia de este tipo de comestibles frente a los que el consumidor baja la guardia con más facilidad, sobre todo cuando presentan reclamos saludables como "0%" o vienen avalados por sociedades médicas sin demasiados escrúpulos.
Para calcular la cantidad de azúcar, el fotógrafo usa la información que da el propio fabricante en el etiquetado. En el caso de alimentos más genéricos como tostadas de pan de molde, tarta de queso, donuts de chocolate o golosinas, toma una marca de referencia y aplica la misma norma. Cada uno de los terrones de las fotos pesa cuatro gramos.
Algunas de las imágenes de la iniciativa empujan a pensárselo dos veces antes de darles ciertos preparados a los niños o zumbarnos una bebida “energética”, unas galletas o unos cereales. ¿Pero cómo se explica que nos hayamos vuelto tan insensibles a semejantes cantidades de sacarosa? “Unas de las consecuencias del abuso del azúcar es la subida del umbral de sabor dulce”, expone Rodríguez Estrada. “Cada vez necesitamos más para que algo nos sepa bien. Si educamos desde pequeños nuestro paladar con batidos, yogures azucarados o refrescos, cuando somos adultos un café con 20 terrones de azúcar nos resulta delicioso”.
Como era previsible, SinAzúcar.org ha recibido el apoyo de no pocos dietistas-nutricionistas a través de las redes sociales, a quienes el fotógrafo espera ayudar en la pelea por una alimentación mejor y en contra de las malas prácticas de la industria alimentaria. Por el contrario, entre las marcas retratadas en las imágenes reina por ahora el silencio. “Todavía no me ha contactado ninguna”, afirma Rodríguez Estrada con sorna, “pero cada vez que entro al Starbucks noto que me miran mal”.