Aladdin

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/ 30 mayo 2019

    A finales de la década de los 80 los estudios Disney apostaron por una nueva era de películas de animación originales, tras repetir sus clásicos animados de una generación a otra.

    Gracias a esa renovación, hicieron las delicias particularmente de la naciente generación de los hoy millenials puesto que les tocó crecer con clásicos originales como “La Sirenita” (1989); “La Bella y la Bestia” (1991); “Aladdín” (1992); “El Rey León” (1994) y “Toy Story” (1995) -esta a su vez su primera asociación con otra compañía con la que hicieron su respectiva historia en el género animado como Pixar-, entre otras más.

    Pues luego de vivir otra crisis de originalidad en la que los mismos Pixar han estado siendo recurrentes en las secuelas de éxitos anteriores como la mencionada “Toy Story”, Disney optó, con resultados que fueron de menos a más, en realizar desde 1996 versiones en acción viva de clásicos animados como “La Noche de las Narices Frías” en “101 Dálmatas” (Stephen Herek, 1996) hasta más recientemente “Dumbo” (Tim Burton, 2019), esta última como bien lo comentamos  hace casi dos meses cuando se estrenó que se vio favorecida por la mano de un director propositivo y con un estilo propio como Tim Burton, quien de igual forma había ya dado un éxito al estudio con otro de sus clásicos animados como “Alicia en el País de las Maravillas” en el año 2010.

    Todo esto viene al caso con que el fin de semana pasada Disney “volvió a las andadas” con el estreno mundial que incluyó a México y a Saltillo de “Aladdin”, la versión en acción viva de la cinta ganadora de dos premios Oscar a la Mejor Música y la Mejor Canción de 1992 (“A Whole New World”) y que es recordada en particular por ahora sí que la genial interpretación del genio de la lámpara que interpretó en su versión en inglés el desaparecido actor Robin Williams, misma que le valió el ganar un Globo de Oro Especial por su extraordinario trabajo vocal en el doblaje.

    “Aladdin” (ya sin traducir el nombre al castellano de plano) inicia con un marinero de color también vestido a la usanza oriental interpretado por Will Smith quien cuenta a sus hijos la leyenda de un joven ladronzuelo pero de buen corazón que es Aladdin (Mena Massoud), quien conoce en las calles de una ciudad de Medio Oriente a una joven llamada Jasmine (Naomi Scott), quien no es otra que la princesa del reino en cuestión a quien su padre quiere casar sin considerar sus sentimientos entre los que se cuentan pasear con libertad como cualquier chica de su edad. En medio de este juego de roles, Aladdin es asignado por un brujo del Palacio de nombre Jafar (Marwan Kenzari) a encontrar la mencionada lámpara maravillosa para en su caso utilizarla para fines oscuros que Aladdin tendrá que enfrentar.

    Sorpresivamente con una dirección ágil de Guy Ritchie (“Snatch”; “Sherlock Holmes”) y un guion que incluye la reciente ola de empoderamiento femenino en su caso de la princesa Jasmine de la autoría de John August (“El Gran Pez”) “Aladdin” truinfa … a pesar de que Will Smith no logre superar a Williams.

    Comentarios a:  galindo.alfredo@gmail.com;  Twitter: @AlfredoGalindo

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