El narco también se disputa la CDMX
Tepito, Tláhuac y la zona Roma-Condesa son sitios donde la venta de drogas, los ajustes de cuentas y el terror reina, de acuerdo con un reportaje de El País
Aunque desde hace décadas en México se tiene la impresión que la guerra entre narcotraficantes se da tradicionalmente en las frontera en ciudades de Tamaulipas, y en el Pacífico, sobre todo por Sinaloa, evidencias plasmadas en los últimos años demuestran que la sede de los poderes del país y el centro político y financiero más importante también padece los embates de grupos criminales, en donde también participan las fuerzas federales
El medio español cita que el éxito durante muchos años de la estrategia de seguridad en la capital mexicana ha radicado en mirar hacia otro lado.
“Asociar el narco a la periferia, a barrios peligrosos, a pobres. Si no cruzas esa calle estarás a salvo. Vivir pensando que los muertos no mancharán las zonas lujosas de la ciudad, que uno de los centros más poderosos de distribución de droga y armas de la capital no está a 10 minutos a pie del Palacio Nacional.
“Esto no es Sinaloa, aquí no hay narcos. Ningún señor de la droga se ha adueñado jamás de la ciudad. Sin embargo, los criminales locales de poca monta son capaces de pasearse por una de las zonas más emblemáticas con rifles de asalto y secuestrar a 13 jóvenes. Pueden darle un balazo a un chico de 16 años en un barrio de moda al salir de una discoteca. Y pueden provocar un operativo de la Marina”, consigna el periódico.
En un recuento de hechos y recorridos por las zonas con mayor presencia de naromenudistas, El País concluye que Tláhuac, Tepito y la “joya de la corona”, el corredor Roma-Condesa, se han convertido en los últimos años en el escenario de una pugna entre diferentes bandas.
Refiere que las consecuencias de la violencia de los grupos criminales en esas zonas coinciden con las que imponen los grandes cárteles en otros Estados: secuestros, extorsión, peleas de plaza, asesinatos.
Aquí, refiere el medio, son disputas del narco que el gobierno rebaja a la categoría de narcomenudistas que controlan territorios que son tan grandes como Madrid o Barcelona.
El reportaje recuerda lo ocurrido entre los años 2013 y 2015 cuando bares y discotecas de La Condesa y las áreas cercanas al Paseo de la Reforma se convirtieron en zonas de secuestro y ejecuciones.
En el año 2015 fue asesinado en el bar Heavens el primo de los líderes de Unión Insurgentes, El Chaparro. Dos años antes habían secuestrado y asesinado ahí a 13 jóvenes, el móvil fue el narcomenudeo.
Hoy, ante los asesinatos que se siguen dando en el área, empresarios capitalinos temen que la violencia pueda recrudecerse.
El artículo consigna algo que se ha vuelto común en el barrio bravo de Tepito, donde abiertamente se vende una gama de drogas abiertamente.
Y como en el mercado, como si se tratara de artículos lícitos, la mercancía se anuncia con todo y precio: "Mota comer, 5", es la marihuana más barata que tienen, una cantidad suficiente para dos o tres porros cuesta solo cinco pesos. "Coca, 300", "Roca, 100", "Ácidos, 100", "Mona, 20". A un lado, despachan heroína, cocaína de colores, pastillas o "tachas" de anfetaminas, metanfetaminas y demás compuestos”.
En Tepito, dice El País, desde octubre del año pasado a marzo han asesinado en estas calles a más de 20 personas. El barrio está viviendo uno de los peores momentos de violencia de los últimos años.
En Tláhuac en julio del año pasado se dieron narcobloqueos y la gente se alzó armada para vengar la muerte de un capo.
En un operativo muy similar a los que se dan en Reynosa o Matamoros, la Marina abatió al Ojos, un capo con arraigo y respaldo popular por gran parte de esa delegación.
Hoy Tláhuac, dice El País es un centro de distribución de drogas y sigue siendo un pueblo sin ley.
Con información de El País