La inesperada fuerza de Bernie Sanders pone a temblar a los Clinton
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La reina del Partido Demócrata no calculó el efecto del mensaje del senador "socialista". Luego del desastre en Nueva Hampshire la campaña se centrará en el apoyo de negros y latinos
Nueva York.- Tiembla el reino de los Clinton ante la inesperada fuerza de la campaña presidencial de Bernie Sanders, que ha alarmado a la cúpula política del Partido Demócrata, y ha generado furia y un poco de pánico en lo que su contrincante llama "la maquinaria política más poderosa de país".
La aplastante victoria de Sanders sobre Hillary Clinton en la contienda electoral en Nueva Hampshire el martes –por más de 21 puntos–, fue sólo el golpe más reciente contra la reina del Partido Demócrata. El casi empate en Iowa el 1º de febrero ya había revelado la vulnerabilidad de su campaña, con indicadores de que su hasta hace poco supremacía en las encuestas nacionales se desmorona rápidamente.
Los Clinton no habían calculado el efecto tan potente del mensaje esencial de Sanders, quien declaró triunfante el martes que "esto no es nada menos que el inicio de una revolución política" de una amplia coalición que demanda que "el gobierno pertenece a todos y no sólo a algunos donantes ricos". Subrayó: "no podemos tolerar que Wall Street y los multimillonarios compren las elecciones. Eso no es democracia. Eso es la oligarquía".
Ese mensaje, durante semanas, ha incluido el hecho de que Clinton es parte de ese sistema, que acepta donaciones millonarias de Wall Street y donantes súper ricos, y que tiene relaciones muy cercanas con ese sector.
Tan fuerte ha pegado que Clinton ha tenido que insistir en que ella no es ningún títere de los intereses ricos, que es más progresista que Sanders, que se ha enfrentado a los intereses de Wall Street de manera más pragmática, y que ha dedicado toda su vida a las mejores causas populares.
Pero su respuesta no ha funcionado, más bien es hueca, señalan críticos.
Jeffrey Sachs, uno de los economistas más destacados del mundo, sorprendió con una crítica devastadora de Clinton. El asesor especial de la Organización de Naciones Unidas, director del Earth Institute y profesor en la Universidad de Columbia, considerado como una de las 100 personas más influyentes del mundo por la revista Time, escribió en el Huffington Post la semana pasada: "No hay duda de que Hillary es la candidata de Wall Street. Pero aún más peligroso es que ella es la candidata del complejo militar-industrial". Agregó que las relaciones de ella y su marido con Wall Street fomentaron dos burbujas financieras y la gran recesión que siguió, ya que promovieron la desregualción financiera que llevó a esa crisis mientras "ganaban elecciones y se enriquecieron bastante". Acusó, además, que ella ha apoyado todas las guerras deseadas por el "estado de seguridad manejado por los militares y la CIA".
Otros han documentado la fortuna de los Clinton en sus tratos con Wall Street. Por ejemplo, Hillary Clinton recibió casi 3 millones de dólares sólo por ofrecer 12 discursos a banqueros entre 2013 y 2015, reporta la analista del sector financiero (incluyendo unos 675 mil de Goldman Sachs), Nomi Prins, en TomDispatch.
La noche de su desastre en Nueva Hampshire, Clinton y su equipo indicaron que la campaña se centrará ahora en promover el amplio apoyo que tiene entre los votantes afroestadunidenses y latinos.
Para Clinton, mucho dependerá de esas bases afroestadunidenses y latinas del partido. Pero Sanders está amenazando su dominio en esos sectores. Hoy, Sanders desayunó con el reverendo Al Sharpton, líder de derechos civiles, en el famoso restaurante Sylvia’s, en Harlem, y entre sus promotores hay figuras afroestadunidenses destacadas como el filosofo político progresista Cornel West, y apenas la semana pasada el líder afroestadunidense Ben Jealous, ex presidente de la organización nacional de derechos civiles más antigua del país –el NAACP– declaró su apoyo activo a Sanders.
La profesora Michelle Alexander, reconocida experta que en gran medida detonó el debate nacional sobre la crisis de la encarcelación masiva en este país y sus implicaciones racistas –señaló en su libro The New Jim Crow que hay más hombres negros en las prisiones hoy día que esclavos justo antes de la Guerra Civil– lanzó una acusación devastadora al afirmar que no entendía cómo algún afroestadunidense podría votar por ella dado "el daño que los Clinton han hecho a millones de familias que fueron destruidas la última vez que estuvieron en la Casa Blanca, gracias a su abrazo orgulloso a la maquinaria de la encarcelación masiva", y después detalla las políticas promovidas por los Clinton desde los 90 en este sentido.
Mientras tanto, la otra carta clave para Clinton que usa una y otra vez es que es mujer, y que representa la posibilidad histórica de ser la primera presidenta. Pero en los últimos días, también cometió errores graves que se revirtieron en su contra. Primero, Madeleine Albright, ex secretaria de Estado, la presentó en un acto de campaña en el cual exigió que las mujeres demócratas deberían de votar por ella, ya que eso sería "una revolución" y exclamó: "Hay un lugar especial en el infierno para las mujeres que no se ayudan entre sí".
Pero aún, a la legendaria figura del movimiento feminista, Gloria Steinem, de 81 años, le preguntaron en una entrevista televisiva por qué las mujeres jóvenes están apoyando a Sanders, y respondió que era para atraer la atención de los jóvenes: "Cuando una es joven, sólo te estás pensando ¿dónde están los chavos? Los chavos están con Bernie".
La tormenta de críticas que estos comentarios desataron –sobre todo entre las jóvenes que condenaron las sugerencias– llevaron a Steinem a ofrecer una disculpa y donantes de Clinton pidieron que las dos mujeres ya no participen en actos de campaña futuros.
Poco después, perdería el voto femenino en Nueva Hampshire al obtener 46 por ciento contra 53 por ciento de Sanders; peor aún, Sanders ganó 82 por ciento del voto de las mujeres jóvenes, según encuestas de salida de casillas.
Las primeras dos contiendas de este proceso electoral comprobaron que los y las jóvenes sorprendieron a Clinton con su abrumador apoyo a Sanders, algo que está haciendo tambalear el tablero de su juego electoral (Clinton perdió el voto joven por casi 6 a 1). Pero también hubo indicadores de que Clinton perdió a la clase trabajadora, de hecho, el único sector de votantes que ganó fue el de los blancos con ingresos mayores a 200 mil dólares anuales.
Por ahora, cunde un poquito de pánico en la familia real del Partido Demócrata.
Retazos
El triunfo contundente de Donald Trump sigue generando alarma entre la cúpula republicana y comunidades inmigrantes por todo el país. Nueva Hampshire depuró aún más al elenco de precandidatos. La ex ejecutiva Carly Fiorina y el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, anunciaron hoy que abandonan la carrera.