Violencia de género, ¿qué hacemos contra ella?
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Aunque en Coahuila contamos con una Secretaría dedicada al tema, las cifras reveladas por el INEGI dejan claro que poco o nada se está haciendo para combatir el problema
De acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), realizada por el Inegi, nuestra entidad ocupa el noveno sitio en el deshonroso ranking que mide la incidencia de casos de violencia en contra de mujeres.
Más allá de la posición en esta “lista de la ignominia”, vale la pena visibilizar algunos de los datos duros del estudio, entre ellos el hecho de que en Coahuila dos de cada tres mujeres, de 15 años y más, asegura haber vivido al menos un episodio de violencia en su vida.
Este dato es mucho más importante que el primero, pues bien podríamos estar en el noveno lugar del ranking, pero con una menor incidencia de casos lo cual, aunque no dejaría de ser importante, resultaría menos grave porque estaríamos hablando de menos mujeres violentadas.
Es importante, por ello, no poner todo el énfasis sólo en el lugar que ocupamos en la tabla, sino más bien en los datos desagregados. Otro de ellos es el relativo a la violencia en el ámbito laboral, rubro en el cual una de cada tres mujeres reportan haber sido víctimas de la misma. Y eso nos coloca, además, en el segundo lugar nacional de incidencia.
¿Por qué Coahuila es un estado en el cual las mujeres son víctimas de violencia en tal medida? La respuesta no la aporta el estudio del Inegi pero debería ser un dato importante a identificar por parte de las autoridades municipales y estatales de Coahuila.
Y es que tales cifras dejan claro que poco o nada se está haciendo –o poco o nada se está logrando– en términos del combate a la violencia de género, es decir, en términos de las obligaciones que el Estado mexicano ha contraído en este rubro específico.
En Coahuila contamos con una Secretaría dedicada específicamente al tema, es decir, dedicada a los temas de género, entre ellos el de la violencia. ¿Qué políticas ha diseñado y puesto en práctica esta dependencia gubernamental para combatir el fenómeno? ¿Qué resultados ha obtenido a partir de los recursos que ha invertido en ello?
Los gobiernos municipales también tendrían que ofrecer explicaciones en este sentido. Al menos los más importantes de la entidad, en cuyas estructuras figuran áreas dedicadas específicamente al tema y que cuentan con presupuestos que deberían ser destinados a combatir el fenómeno.
La realidad que retrata este estudio es una que debería preocuparnos –y ocuparnos– a todos. No es un dato menor el hecho de que la mitad de las mujeres entrevistadas para el mismo hayan sufrido violencia emocional, y que más del 40 por ciento denuncie haber sido objeto de alguna agresión de carácter sexual en al menos uno de los ámbitos de su entorno, por citar sólo dos de los ejemplos de la medición.
Una vez más, estudios como el que ha realizado el Inegi demuestran claramente que fenómenos como la violencia de género no se combaten sólo con buenas intenciones, sino que requieren de políticas públicas bien diseñadas y mejor implementadas para obtener resultados concretos que, al menos por ahora, no se ven por ninguna parte.