Coahuila: expareja de Pepe Mazter busca justicia; denuncia que vocalista tiene ‘fuertes influencias’
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Mientras Pepe “N” declaraba: “yo conozco a las autoridades de hoy, conozco muy bien al gobernador, conozco muy bien al presidente municipal de Saltillo y yo creo que ellos me van a ayudar, también le agradezco a (los medios de comunicación) que hayan venido ahorita que estoy haciendo la denuncia por amenazas”, Iris “N” su ex pareja y sus hijos, barrían en una estética de la colonia Otilio González, los vidrios y la sangre que habían quedado de la última vez que Pepe, uno de los cantantes más queridos de Coahuila, los visitó.
A él le bastó hacer algunas llamadas para tener la atención de periódicos físicos, digitales y televisoras, ella sólo pudo denunciar la última agresión del artista, mediante su Facebook.
Pepe, vocalista de Sonido Mazter, con quienes ha dado conciertos en Estados Unidos, Argentina, Bolivia, Brasil, Perú y Bolivia, declaró que “trabaja en las cantinas, no tiene dinero y es contratado eventualmente”.
Cuando Iris quiso denunciar los golpes que recibió, le dijeron en una reconocida televisora que no estaban interesados en su historia. El cariño de los fans es tal que, incluso tras circular el video de la agresión que él realizó, las denuncias contra su exesposa han procedido con una velocidad acelerada.
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TOMA VALOR
El pasado 6 de junio, Pepe llegó a casa de Iris para comer junto a sus hijos, se trataría de un lunes cualquiera para esta familia moderna pues, hace unos años, él se casó con la mejor amiga de Iris. Y aunque dice que al principio fue muy duro, aprendió que “él es libre de buscar la felicidad con quien él lo crea”. Así que la convivencia se ha mantenido en términos. La comida terminó en golpes y por primera vez en nueve años, ella decidió denunciarlo, pues por fin tenía como prueba un video que grabó su menor hijo.
Pepe declaró en una rueda de prensa que el video fue una trampa, que “Iris lo quería ver muerto o en la cárcel”, al confrontarla respecto a esto, ella declara: “muerto no me sirve para nada y en la cárcel menos porque a mí no se me olvida que es el papá de mis hijos, yo lo adoro y no quiero dañarlo, sólo temo por mi seguridad”.
Iris y Pepe se hicieron novios en 2003. Ella guarda una carpeta de 10 centímetros de grosor donde ha recopilado las denuncias por golpes, órdenes de restricción y la demanda por pensión alimenticia. Ignora los papeles mientras busca el documento que certifica su concubinato.
Ella lamenta no haber insistido en tomarle fotografías. Su papá, quien también fue testigo, apunta: “Yo quisiera saber... ¿cómo se sentiría un padre al ver que su hija está siendo golpeada?”. Ella y yo teníamos un pacto, si ella decía que se había caído, yo le creía. Hoy que se decidió a hablar, tiene mi apoyo. “No quiero ir a marchar porque te mataron”, dice un WhatsApp que interrumpió la entrevista.