De casi morir a crear banderillas coreanas: joven revoluciona la cocina de Saltillo ‘LoganKDogs’
Xavier de la Fuente es un emprendedor de Saltillo, cuya historia de resiliencia y pasión por la cocina se refleja en su proyecto. Comparte su travesía fusionando su experiencia en comunicación y fotografía con la gastronomía coreana
Xavier de la Fuente, un joven emprendedor de 33 años oriundo de Saltillo, lleva consigo una historia de resiliencia y pasión por la cocina que ha marcado su trayectoria. Con 18 años de experiencia como cocinero, Xavier nos lleva a través de sus inicios, desafíos y logros en el mundo culinario, destacando su proyecto actual, LoganKDogs, especializado en banderillas coreanas.
Su historia se remonta en un viaje de regreso de Saltillo, durante una madrugada de abril del 2023, cuando sufrió un mortal accidente. Tras haber sobrevivido y resultado ileso, decidió retomar su gran pasión: la cocina.
DEL SABOR DE HOGAR A AUTODIDACTA Y EMPRENDEDOR
El interés de Xavier por la cocina se gestó desde temprana edad, inspirado por las habilidades culinarias de su madre y abuela. Sin embargo, fue una enfermedad a los diez años la que lo llevó a adentrarse en el arte de cocinar para sí mismo, desarrollando un gusto y habilidad únicos.
La transición de ser un cocinero autodidacta a emprender su propio proyecto culinario implicó experiencias en eventos y restaurantes que sirvieron como su escuela. Su enfoque en las técnicas culinarias y la minuciosidad en la preparación de platillos a la orden le otorgaron una perspectiva valiosa.
> ¿Cómo nació tu interés por la cocina y cuál fue la influencia de tu madre y abuela en este proceso?
“Pues el interés fue meramente por siempre ver a mi mamá cocinar y a mi abuela en Torreón cuando la visitábamos allá, porque ella vivió ahí toda su vida. Y cocinaba muy rico mi abuelita, mi mamá, no se diga. En la casa acostumbrábamos mucho a comer siempre ahí. No éramos de comprar comida, no éramos de pedir tampoco a domicilio ni nada de eso. Era un poquito más raro eso, pues era más de cocinar en la casa.
“Y por una enfermedad que tuve desde los diez años tuve que empezar a cocinarme mi comida desde chico porque no había como tiempo suficiente a veces para que mi mamá hiciera para las dos cosas, ¿no? Mi comida y aparte la normal que era sin grasa, sin picante, sin ciertas proteínas. Ahí fue donde ya empecé a hacerme el huevo, las papitas, los frijoles. Ahí fue donde me nació el gusto y la habilidad de cocinar ahí en la casa”.
> ¿Cómo fue la transición de ser cocinero autodidacta a emprender un proyecto culinario?
“Fue como se puede considerar mi forma de hacer las recetas, porque yo antes que dedicarme a cocinar, tal cual en restaurantes, pasé un tiempo haciendo un diplomado en la UTC, ahí en 2011 fue cuando salí con un diplomado de dos años donde realmente, siendo sincero, no aprendí mucho en cuanto a técnicas o platillos como tal, sino más bien lo administrativo y todo lo que hay detrás de la cocina.
“Saliendo de ahí me puse a trabajar en eventos en Villa Ferré, y de ahí me brincaron a don Artemio porque veían que tenía cierta habilidad para trabajar a la minuta, que es trabajar platillos a la orden, conforme los van capturando los meseros, ahí fue donde aprendí, más que nada, esa fue mi escuela, los eventos de Villa Ferré y don Artemio, pero por diferencias con la administración en cuanto a lo que ganaba, y también mucha gente me lo decía, tú agárralo como escuela, y fue lo que hice, agárralo como escuela, más que como un trabajo”.
LA VIDA SE DIVIDE ENTRE LA TÉCNICA, LA TRAGEDIA Y LA PASIÓN
La formación de Xavier en comunicación y su tiempo como fotógrafo se revelaron cruciales para su perspectiva culinaria y el desarrollo de su emprendimiento. Este cambio se consolidó después de sobrevivir a un accidente automovilístico, convirtiéndose en un punto de inflexión que lo llevó de vuelta a su verdadera pasión: la cocina.
La fusión de sus experiencias previas se refleja en su capacidad para trabajar solo, aplicando técnicas y habilidades aprendidas a lo largo de los años. Además, la fotografía se convierte en un elemento clave para destacar visualmente sus creaciones culinarias.
> ¿Cómo influyó tu formación en comunicación y tu experiencia como fotógrafo en tu perspectiva culinaria?
“Más que como comunicólogo, creo yo que entré a comunicación por la misma necesidad que yo tenía de saber hacer más cosas. O sea, yo ya tenía dominado lo que era cocinar, lo operativo, y dije, ¿cómo lo voy a hacer si un día pongo un negocio? Yo me daba cuenta, digo, nos tocó el cambio de lo análogo a lo digital y de lo digital a todas las redes sociales, donde cada vez es más importante comunicar las cosas a través de las plataformas. Y ahí fue cuando dije, tengo que aprender a hacer esto”.
“Yo estudiaba antes de comunicación, estuve unos semestres en mercadotecnia, pero por el plan de estudios no me convencí de quedarme ahí. Y fue cuando cambié a comunicación. Ahí fue donde ya, no me titulé como tal, pero todas las materias las aprobé, solamente quedé viendo ahí unos trámites, no me terminé titulando, pero creo que lo que aprendí, trabajé ahí en proyectos dentro de la facultad de la UAdeC, me ayudó para poder modelar todo lo de mi negocio, ¿no? Hacer logotipos, fotografías, modelado de los platillos, todo eso fue lo que creo que me complementó mucho a ayudarme a formar el negocio desde cero”.
> ¿Puedes compartir alguna anécdota interesante durante tu tiempo como fotógrafo recorriendo Coahuila para un partido político?
“Básicamente trabajando en ese año 2023 con un partido político, en una campaña aquí, en unos viajes que hacíamos, era andar atrás del candidato en ese entonces, en ese trayecto de la frontera hacia acá, de Piedras Negras hacia Saltillo, y ya en la noche nos volcamos en carretera”.
“Llevamos cuatro compañeros y el chofer. Digo, afortunadamente salimos todos ilesos, con golpes, con cortadas y así, pero ahí fue cuando estaba apenas trabajando la idea del negocio, no sabía qué iba a vender, no sabía qué iba a hacer como tal, ni dónde, ni cómo, ni con qué, pero yo tenía la noción ya de volver a cocinar después de dos años alejado de las cocinas. Y después de la volcada, me quedó claro, después de ese accidente, que pude haber salido sin caminar o de haber salido sin vida de ahí, no podría hacer todo lo que estoy haciendo ahorita. Que si bien ahorita no va muy bien, que digamos en cuanto a nivel de números y así, pero es lo que yo quería hacer, estoy haciendo lo que me gusta”.
> ¿Cómo integras la fusión de tus experiencias culinarias previas en este proyecto?
“Más que nada con las técnicas, por eso me permito trabajar solo. Digo, gente que podrá tener mucha experiencia dirigiendo cocinas, el no tener la habilidad con el cuchillo o con ciertas máquinas o procesadores, te fuerza a tener que emplear a alguien o que tenga la experiencia o que tenga la habilidad para hacer ciertas técnicas de corte, de cocción y mantener la inocuidad”.
“A mí me gusta mucho trabajar de manera ordenada, limpia como si fuera un platillo para mí, siempre he trabajado así, entonces aquí es donde creo que voy a tratar de emplear todo eso, lo he hecho por otra gente, en proyectos de bares, en restaurantes, en eventos donde he puesto mis manos para otras personas, no para que saquen provecho, pero que sacan una renta de ese trabajo, ahora me toca a mí hacerlo”.
EL RETO DE SER EMPRENDEDOR
El mayor desafío que enfrentó al iniciar LoganKDogs fue el financiero, invirtiendo todos sus ahorros para adquirir el equipo necesario. A pesar de los obstáculos, ha logrado reinvertir gradualmente y, hasta la fecha, su negocio representa una inversión significativa.
Un momento destacado y significativo fue el intento de robo a su casa, donde su perro Logan defendió no solo su hogar sino también los recursos vitales para su emprendimiento. Este evento marcó la conexión intrínseca entre su vida personal y el proyecto culinario.
> ¿Cuáles fueron los mayores desafíos que enfrentaste al iniciar tu negocio culinario?
“Principalmente el dinero. Porque todos sabemos que en los últimos años la inflación ha estado con todo, y cuando tú inviertes... Bueno, lo primero que hice fue comprar freidora, el equipo industrial que yo sabía que era el que tenía que funcionar siempre sí o sí, de manera eficiente, y eso fue lo más caro”.
“Me desfondé, todos mis ahorros se fueron ahí. Y hablando de eso, de los ahorros, el reto fue ese, como que mantenerme con muy poquito presupuesto en orden para empezar de a poco, y lo que fuera generando irlo reinvirtiendo, y así ha sido”.
> ¿Podrías compartir algún logro o momento destacado que te haya marcado en esta travesía emprendedora?
“De ese dinero con el que empecé eran ahorros de toda la vida, de trabajo, de ser empleado y así, y una vez en mi casa, en mi casa habitación, se me tiraron a robar. Tengo un perro, un perro de la raza American Bully que se llama Logan, él duerme y se la vive en el balcón la mayoría del tiempo, por ahí se brincaron, se metieron a la casa con todo y el perro”.
“Sin embargo, la persona que entró a hacer el robo y al estar a esculcando dejó mal cerrada esa puerta. La habitación a la que logró ingresar a esculcar es el cuarto principal, mío y de mi pareja, ahí teníamos el dinero, equipo, cámaras de fotografía y cosas guardadas, el que evitó que ese robo llegara más allá de moneditas, cartera y otros objetos de valor, lo principal que fue el dinero ahorrado y esa cámara profesional y todo lo que teníamos ahí, lo defendió el perro de alguna manera”.
“Cuando llegamos a la casa vimos señales de que habían ingresado forzando esa puerta y que habían encerrado al perro en ese cuarto, donde estaba ese dinero y esa cámara que ahorita nos están sirviendo para este emprendimiento, Por eso se llama Logan el proyecto”.
> ¿Qué consejos darías a jóvenes emprendedores que están considerando seguir su pasión y lanzar su propio proyecto?
“En la volcada me pasó que, cuando empiezo a dar vueltas, el carro nos agarró dormidos a los que íbamos atrás, y de hecho en las fotos que hay del vehículo se ve el lado del carro donde yo iba se ve levantado, ¿por qué crees que fue? Levanté los brazos lo más fuerte que pude, me agarré con los pies, con los brazos, apreté lo más que pude y es eso, no bajar los brazos, tratar de aunque esté todo en contra de uno, pues hacer las cosas”.
ATREVERSE A EXPERIMENTAR PARA VENCER LA RUTINA
La innovación en el menú de LoganKDogs se inspira en las tendencias culinarias virales en las redes sociales. Xavier busca ofrecer su versión única de platillos, como las banderillas coreanas, manteniendo una conexión con la comunidad y desafiando las expectativas de los paladares saltillenses.
> ¿Cómo te mantienes al tanto de las tendencias culinarias y cómo incorporas la innovación en tu menú?
“Básicamente, me nutro de redes sociales. Yo lo que veo en redes sociales es que de alguna forma se vuelve viral o atractivo, lo trato de, no de replicar, pero de hacer mi versión. Las banderillas, de hecho, al principio las empecé a hacer de una forma cuando tenía local ahí en la calle de Victoria, y ahorita las estoy haciendo de otra forma, de alguna manera.
“Creo que soy el pionero en esto en Saltillo, porque las intenté vender hace un año, hace un año y medio. En un pequeño carrito aquí en el centro, pero por diferentes motivos decidimos echarlo para atrás el proyecto, más que nada por seguridad, y por limpieza. Y ahí fue donde me di cuenta de que sí podía funcionar, sin embargo, tenía que ser de esta forma”.
> ¿Hay algún platillo o técnica culinaria en particular que te apasione experimentar?
“Pues lo más básico, cortar. O sea, cortar verduras, cortar carne, cortar... Lo básico es lo que más creo que sé dominar y que más me gusta hacer. Ya de ahí, creo de eso en delante, lo demás es bien fácil, digo, dentro de lo que cabe. Lo que sí es una maldita friega es la limpieza, es lo que no me gusta”.
> ¿Cómo te involucras con la comunidad en Saltillo y qué importancia le das a esta conexión en tu negocio?
“Pues mira, soy de Torreón; sin embargo, yo me considero alguien de Saltillo porque solo me llevaron allá a nacer y me trajeron, mi acta dice Torreón, pero mis 33 años los he vivido aquí, los he trabajado aquí, y pienso quedarme aquí un buen tiempo todavía”.
“Sé que la comunidad de Saltillo en general es calificada, a veces mal juzgada, como gente que no quiere probar cosas nuevas. Y precisamente ese es nuestro eslogan, atrévete a probar algo nuevo, algo diferente. No creo que se deba a la resiliencia, o a decir nada más ‘no quiero probar porque no’. Aquí la gente está acostumbrada a probar cosas que ya funcionan o que ya saben a qué saben. Por ende, creo que el éxito que tuvimos en Victoria se debía a eso, a que nosotros presentábamos en una vitrina caliente, en el mostrador las banderillas ya hechas para que a la gente se les antojara”
“Saltillo funciona como un laboratorio muy interesante de, digamos que de mercadotecnia. Porque aquí para comprar hay que ver, para comprar hay que enseñar y para comprar hay que dar a probar. Si no tienes eso en tu negocio, la gente no lo ve, la gente no lo prueba, la gente no lo conoce aunque sea de vista. Difícilmente te lo van a consumir, tienes que ser muy inteligente a saber cómo presentarte las ideas para que tengan éxito en la comunidad saltillense”.
BOLA, BOLITA DE CRISTAL ¿QUÉ ES LO QUE EL FUTURO ME DEPARARÁ?
Xavier vislumbra un futuro para LoganKDogs que va más allá de ser una franquicia, aspirando a convertirlo en un restaurante centralizado en Galera 523. Su enfoque está en crear un ambiente cálido y familiar, colaborando con amigos y profesionales afines.
En cuanto a nuevas especialidades, planea introducir platillos como el Arroz Frito y el Ramen, mostrando su compromiso con la innovación continua y la diversificación del menú.
> ¿Tienes planes para expandir tu presencia a otras localidades?
“La idea en un principio era comida rápida, nada más banderillas, servicio express, pasa, llévatelo. Pero yo estaba todavía con esa idea de no estar tan seguro de quererme dedicar a esto de aquí en delante. Pero la buena respuesta que hemos tenido de parte de la gente de la zona centro de Saltillo me ha revivido esas ganas de tener un restaurante o una cocina pequeña”.
“Te comento eso porque al principio yo quería hacerlo franquicia y creo que ahorita ya dio un giro hacia otra dirección en la que yo quiero montar algo que sea un poquito más cálido de cierta forma porque creo yo que competir contra franquicias es muy difícil”.
“Estoy compitiendo contra varias (franquicias) en Victoria, que me hicieron ver varias cosas. Entre ellas, con mucho respeto, lo digo, la pérdida de la calidad porque no es lo mismo tener a cinco o seis personas que bien están estudiando preparatoria o que se dedican a otra cosa, tener ese trabajo como de medio tiempo o como un ingreso por mientras”.
“Haciendo ya sea papas, haciendo boneless, haciendo lo que todo mundo vende. Vi tan particular mi producto, que creo que puedo a partir de ahí ya hacer otras cosas como lo que estamos ofreciendo ahora, que son ideas de lo mismo. Son papas, pero hechas espiral, son cebollas fritas, como los aros de cebolla, pero hechas flores. Entonces, lo que quiero trabajar es eso más que nada, la presentación y pues que sea algo hecho al momento, que tenga un poquito más de calidad”.
> Dado tu trasfondo en comunicación y fotografía, ¿cómo logras equilibrar esas pasiones con tu dedicación a la cocina?
“Creo que la cocina, los platillos como tal, ya tienen cierta atracción o atractivo visual y es más fácil sacarlos una buena foto y esa es mi idea básicamente, ahorita la gente a todo le quiere tomar foto y ya todo lo quiere compartir en las redes sociales, por eso mis platillos son particularmente vistosos”.
“Trato de que sean así en su presentación para que la gente solita vaya diciendo ‘ah mira, este platillo está coqueto’. Sabe a lo mismo de siempre, sabe a papas, sabe a frituras, sabe a salchichas, sabe a lo mismo que puedes encontrar en cualquier snack en cualquier otro lado, en un hot dog en un elote, en lo que sea, pero lo curioso que se ven o lo llamativo que se ven a través de su presentación es lo que yo quiero generar en la gente que tengan esa voluntad de tomar una foto y compartirla”.
> ¿Tienes alguna visión a largo plazo para tu proyecto culinario?
“Pues como visión te digo, quiero que sea más que una franquicia, un restaurante. No descarto el hecho de que pueda convertirse en una cadena pequeña, pero quiero primero centralizarlo en algún lugar”.
“Pienso que Galera 523 es un buen lugar para hacerlo, este que es un proyecto que también tiene poco, pero creo yo que también, digo, viendo el futuro, dejarlo como un negocio meramente familiar o donde pueda emplear yo amistades, amigos y pues colaborar con gente que sea de lo mismo, de donde vengo yo, que vengan en lo culinario, de comunicación, para hacer un poquito más de mancuernas, como se dice, sacar el proyecto adelante. No sé en qué va a terminar, pero hasta donde lo llevamos creo que va bien”.
> ¿Planeas incorporar nuevas especialidades o expandir el concepto?
Sí, las especialidades yo creo que las vamos a ir sacando mes con mes. El mes de febrero queremos estrenar el Arroz Frito y el Ramen. Digo, lo detuvimos por ciertas cuestiones de logística y por pruebas que falta hacer. A mí me gusta probar los platillos, hacerlos varias veces antes de definirlos y en febrero vamos a anunciar los platillos nuevos y esperemos que sea así cada bimestre”.
“Enero y febrero van a ser esos platillos, las banderillas que manejamos, la espiropapa, la cebolla y lo que viene que es el ramen y el arroz y ya veremos lo que es marzo, abril y los demás meses que vamos a ir sacando”.
ATRÉVETE A PROBAR ALGO DIFERENTE
Finalmente, Xavier invitó a todos los amantes de la cultura coreana y la gastronomía a visitar LoganKDogs en Galera 523, Zona Centro de Saltillo, para disfrutar de las deliciosas banderillas coreanas y las próximas especialidades que sorprenderán a los comensales.
La historia de superación y pasión culinaria de Xavier se entrelazan para dar vida a LoganKDogs, un proyecto que va más allá de la comida, convirtiéndose en un símbolo de resiliencia y creatividad en la escena gastronómica de Saltillo.
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