En trámite, permisos para ‘mini ciudad’ en la sierra de Arteaga, afirma el despacho Bosco Arquitectos

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Los inversionistas del proyecto de construcción de una “mini ciudad” en la sierra de Arteaga, que incluye siete mil viviendas y lagos artificiales, se encuentran tramitando los permisos ante las autoridades correspondientes, informó el despacho Bosco Arquitectos, responsable del diseño del plan maestro.
“Este proyecto, debo aclarar, está en trámite actualmente, no está autorizado todavía. Sabemos que nuestro cliente está en trámite de los permisos necesarios con Semarnat. El plan maestro de la primera etapa está terminado, normalmente lo que hacemos es que se pone en manos de autoridades y se responden todas las dudas de Semarnat sobre el impacto ambiental, eso sí es nuestra responsabilidad. Eso ya lo hemos respondido y está todo caminando bien”, expuso en entrevista con VANGUARDIA el arquitecto Bosco Gutiérrez Cortina, director general y fundador de la firma.
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- ¿De dónde son los inversionistas del proyecto y cuál es la ubicación del mismo? Solo sabemos que está en la sierra de Arteaga.
“Es un desarrollo de un grupo de inversionistas de Monterrey y Saltillo. Nos pidieron que estudiáramos una zona de aproximadamente 750 hectáreas para hacer un desarrollo a futuro, dividido en etapas de crecimiento conforme el mercado lo vaya demandando. “Nosotros proponemos lo que se debe de hacer para que sea responsable desde el punto de vista ecológico, de mercado y de aprovechamiento actual de las circunstancias físicas del terreno. El desarrollo está entre la localidad de Arteaga y la sierra, rumbo a un desarrollo de alta calidad que está en lo alto de la sierra (Tierra Serena), por ahí más o menos”.
- ¿Qué encontraron, qué tipo de condiciones naturales y de disposición de agua?
“Con una zona prácticamente sin árboles. Es un terreno como si fuera una cazuela, con dos partes muy altas que suben a las montañas y luego una parte central que es como una cuenca de escurrimiento en épocas de lluvia, que parte el terreno prácticamente en dos partes.
“Vimos una zona muy erosionada, con una gran capacidad de captura de agua pluvial por los mismos escurrimientos, y el primer planteamiento es aprovecharlos. Esa agua, al pasar corriendo por el valle causa muchos trastornos tanto a carreteras como a Saltillo, porque llega hasta allá el escurrimiento.
- ¿Cómo se almacenaría esa agua y para qué se utilizaría?
“La primera etapa busca retener el agua del escurrimiento mayor, al centro del terreno, retenerlo en una represa, un laguito producto del escurrimiento en la zona. Pensamos que casi con la primera época de lluvias se va a llenar.
“No es un agua de pozo. Aunque tenemos derechos de pozo, no vamos a usar el agua del subsuelo para llenar los lagos ni para regar las áreas verdes del desarrollo. Se va a regar del agua de escurrimiento que va a llenar los lagos, aprovechar el escurrimiento para bombear el agua para los camellones y la zona de reserva ecológica”.
- ¿A qué se refiere con zona de reserva ecológica?
“Los inversionistas, por sugerencia nuestra, también contrataron a un despacho internacional especializado en este tipo de desarrollos urbanos, que apoyó con estudios de sustentabilidad ecológica y movilidad.
“Este estudio nos llevó a determinar que todos los terrenos con más del 30 por ciento de pendiente no se iban a tocar. Aproximadamente el 45 por ciento de las 750 hectáreas lo estamos dejando como reserva ecológica. Y del 55 por ciento restante que se desarrollaría, solo se contemplan viviendas en el 30 por ciento (de ese 55 por ciento). Vamos a tener una densidad muy baja, de 90 viviendas por hectárea, aproximadamente”.
- Aún así hablamos de siete mil viviendas en la sierra, campo de golf...
“Las siete mil viviendas son a futuro, por etapas, que pueden ser en 10 o 20 años, en que esto vaya a tener mercado. De las 750 hectáreas, aproximadamente 100 hectáreas se van a destinar a un parque lineal, que en el plano que publicamos en nuestras redes sociales apareció como un campo de golf.
“No es que nosotros quisiéramo este campo de golf, ni creo que se vaya a hacer, lo que pasa es que el despacho internacional nos sugirió dejar el área verde de un ancho de 100 metros para que, si en un futuro el agua de los retenes alcanza para hacer un campo de golf de conciencia ecológica, pues que el parque lineal permita que esto pueda suceder”.
- Habla de que se encontraron un área prácticamente sin árboles, pero que utilizarán el agua del lago para regar áreas verdes... ¿de qué areas verdes hablamos?
“Vamos a reforestar muchísimo el valle, porque ahorita está muy erosionado por los escurrimientos. No hay árboles. Y nosotros al crear este microclima con los lagos-presas, vamos a crear el reforestamiento de la zona con especies endémicas. No queremos que cambie la fisonomía ecológica de la zona.
“Lo más importante para nosotros fue la sustentabilidad ecológica del desarrollo, hablamos de un desarrollo balanceado. No hacerlo así no solo es una irresponsabilidad, sino que ya no es una condición que el mercado busque. El mercado pide alta responsabilidad ecológica”.
- ¿Tienen una fecha programada para iniciar físicamente con el proyecto, obras?
“Cuando nos den la autorización, esperamos que pronto, no tenemos fecha aún. Entonces ya haremos el proyecto definitivo, ahorita con el de la primera etapa siempre dejas un poco de espacio a los comentarios que te hagan las autoridades, porque normalmente hay retroalimentación del proyecto”.
“Creo que una vez presentado así (con la explicación de sustentabilidad ecológica) cambia el panorama del impacto, a como se ve la imagen en los medios. Está hecho con estudios muy completos, llevamos un año trabajando este proyecto”.
UN PROYECTO CUESTIONADO
Tras darse a conocer el proyecto, a través de las redes sociales de Bosco Arquitectos, VANGUARDIA consultó a Griselda Salas, urbanista y catedrática de la Universidad Autónoma de Coahuila, sobre la viabilidad del mismo y el posible daño al ambiente.
“Está fuera de la realidad y va en contra de la estrategia de vivienda adecuada y urbanización sostenible marcada por ONU Hábitar, que apunta a restaurar los terrenos ociosos al interior de las ciudades.
“Lo que necesitamos es el rescate de todas esas áreas serranas que son las que nos ayudan a filtrar el agua que nos llega, a conservar la oxigenación de la región”, expuso.
En ese sentido, usuarios de redes sociales cuestionaron la noticia, que se da en el marco de la peor sequía en Coahuila en los últimos 10 años, y tras una serie de incendios que dejaron cientos de hectáreas afectadas precisamente en la sierra de Arteaga.
“Ven la tempestad y no se hincan”, “no permitan la destrucción de los bosques” y “van a destruir lo que nos queda”, son solo algunas de las miles de reacciones de ciudadanos que a través de redes sociales rechazan el proyecto en los límites del estado con Nuevo León.
Por su parte, autoridades del municipio de Arteaga dijeron no tener ningún conocimiento del proyecto, ni haber autorizado algún tipo de permiso para este.
“He estado investigando en Desarrollo Urbano y no se tienen algún recibo de proyectos o permisos otorgados para complejos de esa magnitud”, detalló el regidor Gabriel Orsúa.
Desde la semana pasada VANGUARDIA solicitó información sobre solicitud de permisos para un proyecto de este tipo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), sin embargo no se ha tenido respuesta.
Esta “mini ciudad” en la sierra consta de 7 mil viviendas, un centro urbano, lagos, áreas verdes, parques para niños y hasta un estadio.