Micromedición, clave para frenar desperdicio de agua: CEAS
La Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento de Coahuila (CEAS) señaló que iniciará un programa para aumentar la micromedición del uso de agua en municipios que carecen de este sistema para frenar el desperdicio y los daños al medio ambiente provocados por la sobreexplotación del líquido.
“Los municipios que no cuentan con micromedición son los que tienen mucho desperdicio, baja recaudación. La micromedición es clave: lo que no se mide no se cuida”, explicó Alberto Nerio Maltos, director general de la CEAS,
Esta es una de las medidas que el estado de Coahuila implementará ante la escasez de agua y la sequía cada vez más aguda y prolonga, la cual ya no solo se trata de un fenómeno climatológico de la temporada, sino una transformación del hábitat, de acuerdo con la especialista Rosario Sánchez Flores, directora del Foro Permanente de Aguas Binacionales y senior research scientist del Texas Water Resources Institute, Texas A&M University.
La doctora experta en temas hídricos explicó que la extracción intensiva y extensiva del agua en el Estado, principalmente destinada a la agricultura de forrajes para alimentar el sector ganadero y lechero.
De acuerdo con la CEAS, el 75 por ciento del agua de Coahuila tiene fines agrícolas, solamente el 15 por ciento es para uso público urbano y el 10 por ciento en el sector industrial.
“Efectivamente, la vocación de Coahuila en la mayor parte de su territorio es ganadera, y la hemos estado convirtiendo en agrícola, lo cual aunado a la extensa sequía que vivimos ha generado un desequilibrio en los acuíferos”, afirmó el titular de la Comisión Estatal de Aguas y Saneamiento.
Otras de las acciones que la CEAS implementó para garantizar el abasto de agua potable en la entidad son la inversión en tanques de almacenamiento, redes de distribución e infraestructura hidráulica.
Sin embargo, “la situación complicada que se vive por la sequía, nos ha obligado a realizar perforaciones cada vez más profundas”, admitió el Nerio Maltos, lo que de acuerdo con activistas e investigadores ha provocado que el líquido se contamine de metales pesados como el arsénico.
Además, Coahuila ha construido pequeñas presas para captar más agua en la temporada de lluvias y que esta se infiltre en el subsuelo para recargar los mantos acuíferos, pero los cambios al ecosistema, el calentamiento global, han afectado estas épocas de precipitaciones pluviales.
Por ejemplo, 2021 fue el año más seco y la temporada de lluvias no recargó las principales presas del Estado, que terminaron el año en los niveles más bajos en más de una década.
Este marzo la sequía se agudizó en Coahuila, pues 13 de los 38 municipios reportaron condiciones extremas y excepcionales, mientras que los niveles moderados y anormales se extendieron por todo el Estado; la Región Sureste reportó niveles anormales.