Observamos la Vía Láctea a menos de una hora de Saltillo... y recordamos lo efímeros que somos (video)
El fotógrafo Daniel Bates captura la magia de la vía láctea y la naturaleza nocturna en las afueras de Saltillo
SALTILLO, COAHUILA.- A 45 kilómetros al Sur de Saltillo, donde la ciudad queda detrás y la oscuridad que regala el campo permite admirar un cielo repleto de estrellas, el fotógrafo profesional Daniel Bates Hurtado, se encontró con la Vía Láctea y la conciencia universal de ser parte del todo.
“Yo empecé haciendo fotografía de insectos, de artrópodos en general. Hacía muchas salidas al campo buscando arañas, bichos, de todo”, relató. Luego de un año de estas expediciones, complementó su catálogo con paisajes, amaneceres y atardeceres. “En algún punto me atravesé con la fotografía nocturna, y con la Vía Láctea”.
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El profesional de la fotografía detalló que captar la naturaleza equivale a contemplarla y encontrar detalles de tiempo, espacio y esencia que te ubican en la realidad. “Es justo esa búsqueda la que me lleva a encontrar la Vía Láctea, como el símbolo del tiempo de nosotros como seres humanos, es decir lo efímeros que somos”.
Frente a vegetación de la zona, ganado y madrigueras de perritos llaneros, Daniel Bates explicó el contraste de tiempo a través de la fotografía, en referencia de la existencia humana en diferentes momentos.
“Estamos nosotros, con nuestra esperanza de vida de 80 años, si bien nos va, y me han tocado lugares donde hay árboles o sotoles de 600 años, o las huellas de dinosaurio, que tienen 600 millones de años, unas yucas que tienen 300 años, la vía láctea y nosotros parados haciendo un registro temporal tan efímero de eso”.
El encuentro entre Daniel Bates y la naturaleza invita a través de la fotografía a reconectar. “Tenemos ritmos muy dinámicos en la ciudad, nuestro día a día depende de la ciudad, y salir, nos convierte en una especie de astronautas en nuestro propio planeta”. Para el fotógrafo las visitas al campo se vuelven impensables ante la inminente falta de comodidades o las probables complicaciones, que en la ciudad no existen.
Para el profesional, esta cercanía que requiere su trabajo con la naturaleza le genera un tema que pudiera encasillarse en respeto, pero que se amplía a la empatía como ser vivo que comparte un espacio.
“Al salir al campo me topo con situaciones como un razer, con luces, alto volumen, destruyendo madrigueras, el suelo. Es divertido, sí, pero no en cualquier espacio”, aconsejó que al ser visitante en un sitio hay que considerar que nuestra presencia entorpece el hábitat natural. “Si vas a un lugar es importante saber qué dejas de escuchar, de sentir, de vivir, por llevar tus comodidades, y considerar cómo entorpecemos el hábitat”.
En medio de la oscuridad, Daniel Bates no ha tenido encuentros paranormales, pero sí cuidado de donde pisa y a donde avanza. Relató que en una ocasión le fue más sencillo andar con la luz de su linterna apagada, pues cada que la encendía, el movimiento de los insectos en el suelo, semejaba las escenas de película de terror donde la maldad es representada con el correr de estos seres vivientes.
“Con frecuencia me encuentro animales, viudas negras, serpientes y otros bicharracos, y guardas distancia, porque no estás ahí para hacerles daño, tienes que tener posturas que no los hagan sentir amenazados”. Daniel Bates ha tenido la oportunidad de admirar víboras de cascabel, escuchar el aullido de los coyotes, ver los halcones peregrinos en vuelo y cazando.
Captar la naturaleza requiere preparación. Realizar astro fotografía es relativamente sencillo dice el experto, desde la cuestión técnica. “La parte complicada está en encontrar las condiciones climáticas adecuadas, que la Luna no opaque Vía Láctea, alejarse de la ciudad, que el centro galáctico quede lejos de cualquier fuente de luz”.
Este lunes la noche se prestó para observar la vía láctea a simple vista. El cielo despejado permitió hacer fotografías incluso con la cámara de un teléfono celular. También pudo observarse la estrella polar y la constelación de la Osa Menor. Daniel Bates refiere que captar la Vía Láctea previo al amanecer debe hacerse entre el invierno y la primavera, y que el invierno, es buena temporada para fotografiar constelaciones.
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