A debate: ¿Qué hacer con las cebollitas y bengalas que se venden en bulevares de Saltillo?
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La temporada navideña en Saltillo trae luces, alegría y, junto con ellas, un encendido debate sobre la venta de cebollitas y bengalas.
Aunque estos pequeños artefactos pirotécnicos son considerados de bajo riesgo, su uso y comercialización colocan tanto a ciudadanos como a autoridades en una difícil encrucijada respecto a su regulación.
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Aunque están compuestos de pólvora, lo que técnicamente los categoriza como pirotecnia, la regulación de estos productos queda en una “zona gris”.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), encargada de controlar materiales explosivos, afirma que la vigilancia de cebollitas y bengalas recae en las autoridades civiles. Sin embargo, estas últimas mantienen una postura ambigua.
Juan Francisco Martínez, comisionado de Protección Civil, admite que estos artículos no están permitidos oficialmente, aunque son considerados de bajo riesgo. “No están permitidos, aunque son clasificadas de bajo riesgo”, declaró.
TOLERANCIA EN LAS CALLES
A pesar de la falta de autorización, su venta se tolera ampliamente en cruceros y puntos concurridos. Esto responde, en parte, a que los esfuerzos oficiales se concentran en combatir explosivos más peligrosos.
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Sin embargo, especialistas en seguridad advierten que incluso estos productos “inofensivos” representan riesgos considerables, especialmente en manos de niños o personas inexpertas. Además, su uso indiscriminado puede generar accidentes, daños ambientales y estrés en mascotas.
UNA RESPONSABILIDAD COMPARTIDA
Mientras la regulación sigue siendo ambigua, la responsabilidad recae principalmente en los ciudadanos. Comprar y usar cebollitas o bengalas implica asumir riesgos, seguir recomendaciones de uso y proteger tanto a las personas como al entorno.
El debate sobre estos pequeños fuegos artificiales refleja un dilema no resuelto. La pregunta es clara: ¿deben las autoridades tomar medidas más estrictas o tolerar su uso como un punto medio razonable?