Coahuila: Acompañamiento psicológico a víctimas de violencia sexual debe ser con perspectiva feminista
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La activista feminista Ariadne Lamont señala que el acompañamiento psicológico ofrecido por el Estado a víctimas de abuso sexual debe ser con perspectiva feminista (es decir, que las psicologas deberían ser feministas), esto propicia evitar que haya un proceso de revictimización.
Este tipo de enfoque permitiría abordar el problema y el contexto. Se le explicaría a la víctima que en el cerebro existen ciertos neurotransmisores y, dependiendo de los neurotransmisores que se segregan, son las reacciones que una persona puede tener (por ejemplo, huir o ser incapaz de moverse). Y estos no los puede controlar la víctima.
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También recalca la importancia de que los abogados que lleven casos de violencia sexual, cuenten con perspectiva de género, al igual que el Ministerio Público y recuerda que la parte juzgadora tiene la obligación constitucional de juzgar con perspectiva de género.
Cuando no se juzga con esta perspectiva, los casos no progresan. Señala que es obligación del Estado contar con todos los recursos que una víctima de violencia de género necesita.
Con la creación de la nueva Fiscalía de las Mujeres y la Niñez en Coahuila, señala la importancia de cuestionar a Katy Salinas, la nueva fiscal, si sus psicólogas cuentan con el entrenamiento suficiente para ofrecer psicoterapia feminista, porque la psicoterapia que da cualquier profesional de salud mental, no es suficiente para quienes vivieron violencia de género.
“Cuando una psicóloga, por muy chingona que sea, no tiene este giro (un enfoque feminista) pues no va a servir de mucho, es como la mitad de una psicóloga. Es como una abogada, si la abogada no tiene perspectiva de género, es la mitad de una abogada”, agregó.
PENDIENTE LEGISLAR SOBRE ESTUPRO
En el estado de Coahuila, existe el tipo penal denominado como estupro (artículo 235 del Código Penal); consiste en que una persona adulta sostenga cópula con un menor de 18 años de edad y mayor de 15.
Ariadne señala que, de acuerdo con la Neurociencia, el cerebro humano madura a los 25 años, por lo que no se puede decir que una persona entre los 15 y los 18 sabe bien lo que hace, pues no cuentan con la madurez.
“Independientemente de lo que diga el Código Penal, es un abuso, porque hasta fisiológicamente no están preparadas esas personitas para saber qué es lo que está pasando y son fácilmente convencidas de que lo que están sintiendo es amor”, dijo.
Añade que los legisladores y las legisladoras tienen pendiente reformar este artículo, tomando en cuenta estos criterios. Como antecedente, recuerda que en 2017, cuando se pidió la primera alerta de género, las expertas (el equipo estaba formado por académicas y ciertas instituciones) reunidas para realizar la petición señalaron al Congreso de Coahuila que se debe legislar y elevar a rango de violación el estupro.
Pero en mesas de trabajo. la entonces procuradora de la Pronnif, Yezca Garza, dijo que no iba a promover que se elevara el estupro a violación, porque eso sería criminalizar la sexualidad de los adolescentes.
Recalca que es un delito (el estupro) que no debería de existir, porque la persona adulta (ya sea hombre o mujer, aunque la mayoría son hombres) sabe cómo acceder a una adolescente, “cómo deslumbrarla, cómo hacer que ella misma vaya como corderito al matadero, porque ellos son los de la experiencia”.