Extorsiones ‘frenan’ venta de cabrito
Un vendedor contó a VANGUARDIA que hace tres años un hombre empezó a extorsionar a los comerciantes con 500 pesos por semana.
El cabrito ha dejado de ser negocio. Los comerciantes que desde hace años se dedican a la venta de caprinos al sur de la ciudad revelaron que las ventas han disminuido por extorsiones que sufrieron.
Uno de estos vendedores —que pidió el anonimato— contó a VANGUARDIA que hace tres años un hombre empezó a extorsionar a los comerciantes con 500 pesos por semana. Los cobros por derecho de piso se repitieron durante dos años, hasta que el criminal fue aprehendido hace poco más de un año por la Policía.
“Decían que estaba coludido con un comandante de Ramos Arizpe, pero cuando no venía él, mandaba a un chavalo para recordarnos que le teníamos que depositar, si no venían y nos recogían un cabrito o un borrego. Por eso teníamos miedo”, afirmó el comerciante.
Antes las ventas eran mayores pues tenían clientes de China y Monterrey, Nuevo León; Reynosa, Tamaulipas; y otras ciudades.
“Ya se quitaron ellos (criminales) y estamos por quitarnos nosotros, porque andamos mal porque no podemos salir de los ranchos porque tenemos miedo de que nos quiten nuestro dinero”, dijo.
De acuerdo con datos del Gobierno de Nuevo León, las ventas de cabrito en esa entidad han disminuido 35 por ciento de 2014 a 2015.
Los principales productores han sido Zacatecas, San Luis Potosí y Tamaulipas, dejando de lado a Coahuila, quien hasta hace unos años era uno de los proveedores de las mesas regiomontanas.