Historias de amor: El primer amor es una pequeña locura

Saltillo
/ 14 febrero 2016

Gael dijo estar enamorado de su compañera Valeria

Gael merodea por la Plaza de Armas, busca con quien platicar, prende y apaga a su antojo la fuente que está frente a Catedral. Está inquieto, emocionado, quiere contarle a todos que está enamorado de Valeria, la niña que ante sus ojos, es la más hermosa de la escuela. 

Su maestra dice que es el niño más alto del salón, apenas tiene siete años y trabaja —como él dice—ayudando a cruzar la calle a los invidentes y recogiendo la mercancía de los comerciantes que venden churros y elotes en los alrededores de la plaza. 

De tanto trabajar tiene ahorrados 180 pesos que le servirán para comprar un oso de peluche a Valeria, su compañera de clase y a quien se le declaró hace 7 días en el jardín de la escuela a la hora del recreo. 

“Siempre le había querido decir, tenía mucho miedo, mis amigos me decían: ‘dile, dile, dile’ y cuando me dijo que sí todos me dieron un aplauso”, recuerda Gael. 

Su mamá está de acuerdo con que tenga novia, porque la niña le cae muy bien. El problema es que su papá no sabe, y no se lo quiere decir por temor a que lo regañe. 

“Le ayudo a cargar su mochila cuando vamos subiendo las escaleras, le ayudo también a su hermanito chiquito y le empiezo a regalar cosas a él”, cuenta el niño. 

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—¿Y ella qué te dice a ti?—Antes de responder, Gael suspira: 

“Ella me dice que me ama y yo también siempre le digo, siempre le doy un beso en la boca pero a escondidas”, platica.  

Las citas entre Gael y Valeria son en el jardín de la escuela a la hora del recreo, donde él cree que nadie los ha visto, donde nadie se asoma. 

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