Una especie endémica del valle de Saltillo ya no se ve por los arroyos y manantiales de la capital. La contaminación del hábitat, la introducción de especies invasoras a manos del hombre y el desecamiento de los afluentes, han terminado por extinguir a esta especie que hoy sólo se conoce en fotografías. Ahora sólo queda una pequeña población en Arteaga y especialistas piden cuidarla
- 08 mayo 2023
Es una especie única en el mundo, nativa del valle de Saltillo, que, según reportes de expertos en biología, hoy se encuentra en grave riesgo de desaparecer, debido a factores que han destruido o modificado su hábitat original.
Se trata de un pez endémico de esta región conocido como Sardina de Arteaga, Carpa de Saltillo, Charalito de Saltillo, Sardina de Salinas o Gila Modesta, por su nombre científico, y que al menos en los últimos 20 años ha visto disminuida su población por acción de agentes ambientales y su máximo depredador: el hombre.
De acuerdo con la página Naturalista de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, (Conabio), en el año 2000 se estimaba que el tamaño de la población de esta especie en el arroyo Los Chorros de Arteaga, su mayor hábitat, era de entre 3 mil y 4 mil organismos.
No obstante, registros hechos por investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), indican que de 2015 a 2017 se habían observado en Los Chorros solamente entre 500 y 700 de estos peces.
Es decir que en 17 años, la Carpita disminuyó su población hasta 82.5 por ciento.
“Su distribución se ha visto afectada. Puede que haya todavía por ahí ejemplares dispersos que se quedaron en zonas marginadas del arroyo”, señala el biólogo Omar Germán Silva Escalera autor de la tesis Caracterización del Hábitat de la Sardina de Arteaga Gila Modesta.
Durante su charla “Reflexiones sobre el agua y la biodiversidad”, impartida el 30 de marzo de 2023 en la UAdeC, Eugenio Barrios Ordóñez, director de Agua de la Fundación Río Arronte advertía:
“Perder una especie es lo peor que nos puede pasar, ya no podemos recuperarla”.
LA CARPITA DESAPARECIÓ DE SALTILLO
Años atrás estudiosos de la fauna acuática habían alertado sobre la extinción en el valle de Saltillo de la Gila Modesta, comúnmente llamada Carpita de Saltillo.
La Carpita que anteriormente abundaba en arroyos y manantiales como Buenavista, Guanajuato de Arriba, Guanajuato de Abajo, La Torre, El Pozo Azul, y otras 10 localidades, no se ha vuelto a encontrar más.
Esta especie, descrita por el zoólogo estadounidense Samuel Garman en 1881 y registrada por el biólogo Salvador Contreras Balderas en 1964, está incluida en las listas de la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-2010, bajo la categoría de En Peligro de Extinción(P).
Así mismo, ha pasado a formar parte de la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), bajo la categoría de En Peligro Crítico.
Preguntado sobre si en Saltillo la Carpita ya desapareció definitivamente, Sergio Marines Gómez, director de Protección de la Fauna Mexicana A.C., (Profauna), asociación que tiene a su cuidado el área protegida de la Sierra Zapalinamé, confirma:
“En Saltillo sí, y si no la cuidamos en Arteaga posiblemente también pueda extinguirse”.
Dice que en 2008 Profauna hizo un estudio de peces de Zapalinamé y la carpita ya no estaba.
En su Informe final del Proyecto P128 Banco de datos de la ictiofauna del Río Bravo desde 1902 a 1992 en la colección ictiológica de la UANL, el biólogo Salvador Contreras Balderas la había reportado como desaparecida del valle de Saltillo.
CONTAMINACIÓN DEL HÁBITAT
En una visita realizada por Semanario al Arroyo Los Chorros, puente 2, kilómetro 230–231, de la carretera 57, Saltillo – Matehuala, el punto donde investigadores en peces habían registrado la mayor población de Carpita, no se observó ejemplar alguno de este pez ni de ninguna otra especie.
En cambio, se advirtió un paisaje donde abunda la basura, desechos de autopartes, y apenas un hilo de agua cristalina que corre por la acequia de este arroyo hacia el ejido Altos de Bella Unión y la Villa de Arteaga.
Al respecto, en una ficha informativa del Programa Operativo Quinquenal 2023-2027 de la Reserva Natural Estatal Sierra de Zapalinamé, se lee que el área de distribución de la Carpa de Saltillo es muy reducida, y por estar localizada junto a la carretera 57, una de las principales y más transitadas autovías del país, su hábitat “está expuesto a una alta fuente de contaminantes, derivada de accidentes automovilísticos”.
Con base en información obtenida vía transparencia (solicitud folio 050100600003323), la dirección de Protección Civil de Arteaga contó 702 accidentes acaecidos a lo largo de 10 kilómetros de esta carretera, sólo entre 2016 y 2022. Los tráileres acaparan la estadística.
Tal situación ha provocado graves daños al ecosistema, primero por la falta de agua, después por la contaminación. Aunado a que el hábitat de la Carpita está muy cerca de la carretera 57, lugar donde se vierten aceites, combustibles y otros desperdicios, opina Alejandro Villarreal Maury presidente de la Asociación de Propietarios del Agua de Riego de Arteaga.
“Hay muchos accidentes que provocan también mucha contaminación de los mantos y, por ende, la pérdida del ecosistema de la Carpita”, añade.
TRAGEDIA DE 25 AÑOS
La tragedia de la Carpita comenzó en 1998, luego de un accidente en el que una pipa derramó 10,000 litros de tolueno en Los Chorros.
El derrame, documenta la bióloga Lourdes Arcelia Barajas Martínez en su tesis Estado Actual de la Población de la Sardina de Arteaga Gila Modesta, eliminó a toda la flora y fauna del hábitat, (plancton, bentos, peces, plantas), en un tramo de 3 kilómetros del arroyo.
Una década después, en una expedición realizada por distintos puntos de Arteaga y el valle de Saltillo, los biólogos Salvador Contreras Balderas y Alberto Contreras Arquieta, se toparon de frente con la devastación.
La exploración, efectuada en febrero de 2008, quedó plasmada en el estudio Peces del Área Natural Protegida Sierra de Zapalinamé y Regiones Aledañas, elaborado por ambos investigadores para Profauna A.C.
Dicha investigación reveló que en algunos puntos de Los Chorros y el valle de Saltillo como el Parque La Cascada, junto al Entronque Los Lirios, el Rancho Los Chorros, el Puente entre Los Chorros 1 y 2, Bella Unión y Arteaga y el arroyo y bordo de la Universidad Antonio Narro, no se observó ningún ejemplar e incluso en varios trechos los afluentes se habían secado, cuando años atrás se reportó una población baja o muy abundante de Gila Modesta.
“La Carpita estuvo presente hasta el siglo pasado en Saltillo. Actualmente no hemos encontrado ejemplares ya que algunos de los manantiales donde se distribuía, y que se ubicaban en las periferias de la ciudad, se han secado. La población que conocemos y que estamos monitoreando es la que se halla en el arroyo Los Chorros, de Arteaga”, corrobora Sergio Marines Gómez, director de Profauna A.C.
一 ¿Qué fue lo que ocasionó su extinción en Saltillo?
一 El crecimiento de la ciudad provocó que se secaran los manantiales. Saltillo se secó por la alta demanda de agua que tenemos los habitantes, si no todavía hubiera ojitos por todos lados. Se secan y entonces desaparecen los peces.
Y afirma que muchos de los peces de la región han estado desapareciendo.
La carpita de Saltillo es una de las pocas que quedan.
ESPECIES INVASORAS
La carretera no es el único peligro para este pez de entre 10 y 25 centímetros, cuerpo alargado y ligeramente robusto, dorso gris plateado, vientre claro y rojas aletas.
La introducción por el hombre de especies exóticas en su hábitat ha puesto en serio riesgo a la Carpita de Saltillo pues compiten con ella por alimento, devoran sus crías y huevecillos o se convierten en sus depredadores.
Según el estudio Peces del Área Natural Protegida Sierra de Zapalinamé y Regiones Aledañas, en distintos tramos del arroyo Los Chorros se han detectado especies invasivas como la carpa común, el bagre de canal, guayacón mosquito, gupy, robalo y mojarra tilapia.
Peces, algunos de ellos, que se venden en acuarios.
Otras investigaciones como la tesis Caracterización del Hábitat de la Sardina de Arteaga Gila Modesta del biólogo Omar Germán Silva Escalera, han reportado la presencia en Los Chorros del langostino rojo o acocil.
Una especie de cangrejo originaria del centro de Texas y Louisiana, extendido ampliamente en el norte de México y oeste de Estados Unidos, y que representa una amenaza aparte para la Carpita.
El documento lo describe como un animal que al ser excavador puede alterar el ecosistema nativo de la Carpita, así como su alimentación.
En zonas donde ha sido introducido se ha observado una disminución de anfibios, ya que consume sus huevos.
Tiene un alto potencial colonizador, por lo que ha sido catalogada como especie exótica invasiva.
“¿Cómo llegaron a Los Chorros todos esos individuos?, lo desconozco, pero es la misma gente. Sucede con las tortugas que luego ya no saben qué hacer con ellas y van y las tiran a cualquier lugar con agua y se vuelven especies invasoras”, dice Rosa María Ortiz Badillo, experta en agrobiología.
Durante la expedición realizada por los biólogos Contreras Balderas y Contreras Arquieta en los distintos hábitats de la Carpita, se había observado la presencia de especies invasoras exóticas como el platy variado, la carpa común, la tilapia, el gupy, el bagre de canal y la lobina negra.
“Impactando a la poca fauna que queda de peces locales”, consigna el estudio de Profauna.
La investigación también destaca el caso del puente entre Los Chorros 1 y 2, punto del Arroyo Los Chorros que se encontraba prácticamente seco al momento del recorrido.
“No corre agua desde hace por lo menos 8 años. Aún en época de lluvias no alcanza a escurrir agua por el cauce natural del arroyo. La única agua que escurre circula por un canal revestido de concreto para el uso agropecuario. Todos los peces en la zona casi han desaparecido”, se lee en el documento.
El único lugar donde los científicos Contreras Balderas y Contreras Arquieta encontraron a la Carpita de Saltillo fue en el denominado Puente Chorro 2, señalado como el lugar con la población más grande de Gila Modesta que se conoce.
“En este sitio y los siguientes 700 metros río abajo es donde actualmente se concentra la población del Gila modesta, aunque, muy raro en la acequia, y escaso en el río”, apunta el diagnóstico.
En un recuento de los peces, producto de una captura realizada por ambos biólogos en julio 2008, se descubrió que el 97.5 por ciento eran invasivos, como los platys variados, 0.5 eran carpa, 0.5 gupys y solo un 1.5 por ciento Gila Modesta.
OTRO DERRAME
Tiempo después del desastre que ocasionara el derrame de tolueno, dice una memoria histórica entregada por Semarnat vía la solicitud de información 330026723001203, se evidenciaba en la zona un incremento en la abundancia y diversidad de organismos.
En marzo de 2022 ocurrió otro siniestro: el derrame de 50 mil litros de aceite de petróleo sobre el arroyo Los Chorros. Esta contaminación terminó por ahogar a la población de peces.
En esa ocasión, de acuerdo con una nota publicada por el diario Milenio, el saldo de la catástrofe fue de al menos 450 Gilas muertas.
Sergio Marines Gómez, el director de Profauna A.C. asevera que la afectación fue de mayor magnitud, pues de acuerdo con los monitoreos realizados por esta organización en el tramo donde se suscitó el percance, hacia abajo, murió la mayor parte de la fauna acuática, así como casi toda la flora de agua.
“Hemos tenido accidentes que nos han causado graves daños a la población, afortunadamente es una especie bastante resiliente, que aguanta mucho y se ha recuperado después de esos terribles percances”.
A 15 años del estudio de peces realizado por los biólogos Contreras Balderas y Contreras Arquieta, no se sabe cuál es el volumen actual de población de la Carpita Saltillo que aún sobrevive en el arroyo Los Chorros de Arteaga, Coahuila.
“Faltan investigadores que se dediquen a generar información para proponer acciones de conservación de esta especie”, declara Loraine Matías Palafox, doctora en Ciencias Biológicas y jefe de departamento de la subdirección general de Información y Evaluación de Especies de la Conabio.
Marines Gómez asegura, sin precisar una cantidad, que la población de Carpitas podría ser de miles.
“Es una población grande y que sigue creciendo, pero si tomamos en cuenta que probablemente sea la última población que quede en el mundo es muy pequeña.
“Estamos hablando de miles de individuos, pero si lo vemos en un contexto global y con el riesgo que tiene por estar cercana a una carretera tan transitada y aparte transitada por muchos vehículos con materiales peligrosos...”.
SE QUEDAN SIN AGUA
La disminución del agua en su ecosistema es otro de los principales lastres a los que día a día se enfrenta la Gila Modesta.
Sobre el particular, el estudio Peces del Área Natural Protegida Sierra de Zapalinamé y Regiones Aledañas, precisa que “las causas principales de riesgo y extinción de las especies se dan por abatimiento de los ríos y mantos freáticos”.
Dicha investigación reveló en 2008 que el arroyo Los Chorros se hallaba prácticamente seco desde principios del siglo XXl, y que “aun en época de lluvias no alcanza a escurrir agua por su lecho”.
El estudio revela además que una de las razones del abatimiento de este afluente, que tiene una extensión de 8 kilómetros, es que su agua es canalizada en un 99.5 por ciento, “dejando casi seco el cauce natural del mismo”.
Al respecto el Plan Director de Desarrollo Urbano Arteaga 2005 – 2027, confirma que entre las principales fuentes de abastecimiento de agua potable de este municipio se encuentra el manantial Ojo Negro, localizado justo en lecho mismo del arroyo Los Chorros.
Y que para el año el 2000 existían 2 fuentes de abastecimiento que servían al área urbana, denominados Chorro #1 y Chorro #2, (Ojo Negro), los cuales tenían un gasto de 25 y 38 litros de agua por segundo, respectivamente.
No obstante, Alejandro Villarreal Maury, presidente de la Asociación de Propietarios del Agua de Riego de Arteaga, afirma que ya para 2016 se estaban extrayendo del manantial Ojo Negro 60 litros de agua por segundo y que en la actualidad la explotación llega al doble.
“Enfrentamos una sequía inminente y el pronóstico de agua para esos manantiales es muy reservado”.
Circunstancia que impacta el hábitat de la Carpita, especie catalogada como de vulnerabilidad “muy grave”.
“Para empezar cada vez hay menos agua y el crecimiento inadecuado de Arteaga ha llevado a que se necesite más agua para la gente. Hay obras que ha hecho el municipio y que han maltratado el ecosistema y eso lleva cada vez más al deterioro de esa especie en peligro”, previene Villarreal Maury.
Por ejemplo, afirma, la introducción de una tubería de 18 pulgadas que toma el agua del manantial Ojo Negro para darle servicio a las industrias y a nuevos fraccionamientos.
“Yo formo parte del grupo que defiende esa agua para el sustento del ecosistema de Arteaga y ahí está incluida la carpita”, señala.
Juan Carlos Loyola Licea, experto en biología, dice que en los ecosistemas de todo el mundo, y México no es la excepción, las especies de cuerpos de agua dulce están en riesgo, sobre todo por el uso humano del agua.
“Una cantidad importante de peces de agua dulce ya desaparecieron y otra está amenazada, por el uso que el hombre ha hecho del agua. En el caso de la Carpita es lo mismo”.
Datos de la Dirección de Agua de la Fundación Río Arronte, indican que desde 1970 a la fecha se ha perdido en el mundo 83 por ciento de la biodiversidad de agua dulce.
“Los ecosistemas de agua dulce muestran la tasa de pérdida más alta, más que los bosques, más que los océanos. Toda esta pérdida de biodiversidad está muy relacionada con la pérdida de hábitat. Y perdemos hábitat porque perdemos agua ¿Quién pone la presión?, las actividades humanas”, afirmó Eugenio Barrios Ordóñez, director de Agua de la Fundación Río Arronte, durante la conferencia “Reflexiones sobre el agua y la biodiversidad”, impartida el pasado 30 de marzo en la UAdeC.
EL VALOR DE LA CARPITA
Sobre el valor de la Carpita de Saltillo el biólogo Andrés Rodríguez Gámez dice que además de su endemismo, hay que considerar su importancia biológica y ecológica como parte de la composición de los cuerpos de agua que antes abundaban en la región.
“Y lo que le ha afectado es falta de cultura, el poco interés de la gente”.
Loraine Matías Palafox, doctora en Ciencias Biológicas y jefe de departamento de la subdirección general de Información y Evaluación de Especies de la Conabio, asegura que la Norma Oficial Mexicana NOM 059 SEMARNAT 2010, ha servido para la toma de decisiones de las instituciones encargadas de crear programas de manejo y conservación de especies.
“Es mejor tener una norma que no tenerla porque esto nos permite contar con un inventario de lo que está sucediendo con nuestra riqueza, qué destino están teniendo nuestras especies”, comenta.
Pese a todos los peligros que hoy ponen en riesgo la vida de la Carpita, la bióloga Lourdes Arcelia Barajas Martínez, concluye en su tesis Estado Actual de la Población de la Sardina de Arteaga Gila Modesta, que el arroyo Los Chorros registra condiciones adecuadas para el desarrollo de esta especie “y las características fisicoquímicas del afluente indican su nivel de recuperación”, sin embargo, añade: “la situación de la población de Gila Modesta se considera sería”.
“Durante nuestros trabajos en el sitio pudimos observar que su alimento no faltaba, algunas Carpitas eran de tamaño muy grande, muy sanas...”, comparte el biólogo Omar Germán Silva Escalera, autor de la tesis Caracterización del Hábitat de la Sardina de Arteaga Gila Modesta.
Sergio Marines Gómez, director de Profauna A.C., comenta incluso que en los análisis del agua del arroyo Los Chorros, realizados periódicamente por esta organización, el líquido ha resultado de buena calidad.
“Sólo que tenemos una alta presencia de coliformes fecales y eso es porque mucha gente va a hacer turismo o va a pasar los fines de semana, no tiene las medidas adecuadas y esto contamina el agua. Ahorita estamos monitoreando fuertemente la especie. Se hacen monitoreos cada estación del año, tanto de calidad del agua, como de la especie”.
一 ¿Las coliformes dañan a la Carpita?
一 La Carpita está adaptada a ese tipo de condiciones, es un animal silvestre, igual que otras especies de peces que viven ahí y que son muy resistentes a esas bacterias...
Semanario mandó analizar al laboratorio del Centro de Investigación Química Aplicada, (Ciqa), dos muestras de Los Chorros, una del tramo del arroyo donde se ubica la cascada, y la otra del puente 2, en el kilómetro 230 de la carretera 57, el sitio que hace años fue considerado el mayor hábitat de la Carpita.
El examen arrojó que en ambas colectas la calidad del agua del afluente es óptima, si no para consumo humano, cuando menos sí para le supervivencia de la Sardina de Arteaga.
Parámetros como el ph, dureza y sólidos disueltos, están, según este análisis, dentro o por debajo de los máximos permitidos por la NOM-127-SSA1-1994, Salud Ambiental.
“En el caso de los coliformes no se detectaron ni totales ni fecales, lo cual indica que no hay contaminación por alguna descarga de aguas residuales domésticas. En forma muy general se ve que las aguas son muy aceptables, son aguas muy aptas para la vida acuática”, dice Raúl Herrera Mendoza, especialista en agua.
Empero los expertos consultados para este reportaje urgen a las autoridades ambientales a poner en marcha un programa de protección de esta especie única en el planeta y que hoy más que nunca está en peligro latente de desaparecer.
Por su parte Sergio Marines informa que en la actualidad Profauna está en proceso de firma de convenios con dueños de predios particulares en Los Chorros, a fin de poner en marcha programas conjuntos de conservación de la especie.
Algunas de las actividades que hoy desarrolla Profauna es el ataque de especies exóticas invasoras, en el caso de plantas el pirul y el carrizo, que utilizan una gran cantidad de agua y hacen que los manantiales bajen su caudal.
En el caso de animales, se realiza un control de la población de langostino, especie que está causando problemas a la carpita, ya que se come sus huevecillos y crías, pequeños moluscos y plantas que son alimento de esta especie.
Cuestionada sobre si últimamente ha realizado avistamiento de la Carpita de Saltillo en la región, la ambientalista Éricka Toledo responde:
“Nunca he visto una, más que en fotografías...”.