Bates Motel llega el lunes a México
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Después de varios meses de haberse estrenado en Estados Unidos, por fin llegará el próximo lunes a México la serie Bates Motel (Universal Channel, 22:00 horas), una precuela moderna de la cinta Psicosis de Alfred Hitchcock y de la novela homónima de Robert Bloch.
Yo, que no soy buena para el terror (lo siento), me resistía a conocer la propuesta televisiva sobre uno de los psicópatas más populares de la literatura y el cine. Pero, no hay que preocuparse, nada pasó. Lo cierto es que Bates Motel, aunque entretenida y bien actuada, es una versión bastante más suave de lo que podría esperarse. No se trataba de mostrar asesinatos morbosos (que no lo hace, tampoco) como actualmente lo explotan muchas series de televisión, sino de apostar por el más sutil, aguzado, ambicioso suspenso. Y por la tensión psicológica.
La idea de Bates Motel es en extremo arriesgada. Darle vida a un Norman Bates en su adolescencia es una tarea tan ambiciosa como complicada, pues el trasfondo de esta historia es, a mi ver, completamente psicológico. Un asesino en serie fue un bebé, un niño, un jovencito. ¿Cómo, cuándo y por qué una persona termina convertida en la más perversa, desconocida e incontrolable versión de sí misma? Estas elementales preguntas las tendría que responder Bates Motel. En su primera temporada, de 10 episodios, sólo se muestra una probadita de todo lo que posiblemente pasó por la imaginación de Bloch, de Hitchcock y de los que han aportado sus ideas a la dramática trama. Es el día a día de un jovencito tildado de friki, que intenta comenzar una nueva vida al lado de su madre y su hermano después de la dudosa muerte de su padre.
Con esta premisa, existe una palabra que quizá definirá el éxito o el fracaso de Bates Motel. Ritmo. En la televisión, el ritmo es esencial para, por ejemplo, poder contar una historia a cuentagotas y mantener la atención de la audiencia durante varias temporadas. Y Bates Motel -creada por Anthony Cipriano- pretende introducirnos en la psique del protagonista, pero se distrae con la obligación de contar esas historias pequeñas necesarias en un serial televisivo. Y para rematar, algunas de estas historias secundarias carecen de valor en la narración y una que otra hasta resulta ridícula, fuera de lugar. Al final, todo tendrá que llegar a su punto de encuentro, mostrar congruencia para que funcione.
Lo más destacado de Bates Motel (que calificaría con un 6.5 de 10), son las actuaciones de sus dos protagonistas. Vera Farmiga como Norma y Freddie Highmore como Norman. Están excelentes, y cuando les toca mostrar esas vertientes psicológicas, pueden ponernos chinita la piel.
Bates Motel es una historia aceptable si se juzga sin pasado ni comparaciones; aunque decepcionará a muchos fanáticos del mítico suspenso propuesto por Hitchcock. Mi Twitter: @CalladitaR