Esperanza y desconfianza en la carrera por la vacuna contra el COVID-19
La comunidad científica global tiene opiniones divididas entre las dos vacunas más prometedoras que desarrollan Rusia y Oxford
Ante la presión por crear una vacuna eficaz y segura para combatir al COVID-19, en las últimas semanas se ha desatado la controversia no solo entre la comunidad científica, si no también en los distintos gobiernos y la sociedad en general.
Desde enero, cuando inició la pandemia por el virus SARS-CoV-2, se han tenido más de 150 vacunas candidatas y de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay 28 que están siendo sometidas a ensayos clínicos entre las cuales hay seis que se encuentran en la fase 3.
Rusia anuncia ser el primero
El pasado 11 de agosto el presidente de Rusia, Vladimir Putin, aseguró que su país tiene la primera vacuna aprobada contra el COVID-19. El mandatario indicó que dicha vacuna lleva por nombre Sputnik-V, fue desarrollada por el Instituto Gamaleya y registrada después de dos meses de ensayos en humanos.
En los planes se contempla comenzar la inmunización de grupos vulnerables, dando prioridad al personal de salud, entre finales de agosto y principios de septiembre. Y se espera que las campañas masivas empiecen en octubre.
Ante el anuncio, la OMS hizo un llamado a la prudencia, hizo hincapié en que la homologación de una vacuna conlleva un procedimiento riguroso y recalcó que ésta, como el resto, deberán seguir los trámites de precalificación y revisión determinados.
En rueda de prensa, el portavoz de la OMS, Tarik Jasarevic, sentenció que “acelerar los procesos no debe significar comprometer la seguridad” y agregó que el organismo mundial se encuentra en contacto con las autoridades rusas y otros países con proyectos para desarrollar vacunas.
La noticia emitida por el gobierno ruso ha provocado escepticismo en varios expertos internacionales, quienes han cuestionando la velocidad con la que se ha desarrollado la vacuna, incluso han sugerido que los investigadores que trabajan en el caso podrían estar economizando esfuerzos.
En entrevista para BlackPress USA TV, el doctor Anthony Fauci, experto en enfermedades infecciosas de Estados Unidos, dijo que “cualquiera puede decir que tiene una vacuna y fabricarla, pero hay que demostrar que es segura y efectiva, lo cual dudo que lo hayan demostrado”.
En el mismo contexto el especialista reprobó el hecho de anunciar una campaña masiva de vacunación sin haber terminado las pruebas a mayor escala ni haber pasado por la fase 3, la última etapa de proceso en ensayos, que es cuando se prueba en miles de personas.
México y Argentina se suman a la carrera
La semana pasada, los gobiernos de México y Argentina anunciaron que producirán para Latinoamérica la nueva vacuna contra el coronavirus y que esta será desarrollada por el laboratorio AstraZeneca en colaboración con la universidad británica Oxford y la Fundación Slim.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, señaló que la vacuna que nombrada AZD1222 se encuentra en la fase III y que estaría lista para el primer trimestre de 2021 si los resultados de la fase 3 son positivos en noviembre.
Fernández adelantó que se planea producir entre 150 y 250 millones de vacunas destinadas a toda Latinoamérica para distribuirse equitativamente entre los países que lo demanden, con excepción de Brasil.
Martha Delgado, Subsecretaria para Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), apuntó que México necesitaría de 200 millones de dosis de la vacuna contra el COVID-19.
Por lo pronto, los científicos de Oxford demostraron un gran avance después de descubrir que la fórmula desencadena una respuesta que puede ofrecer una “doble defensa” contra el virus.
En los resultados completos se encontró que los ensayos ejecutados en mil 77 adultos británicos de entre 18 y 55 años, arrojaron que la vacuna inducía fuertes respuestas de anticuerpos y células T, que pueden mejorar aún más después de una inyección de refuerzo.
Tras los resultados emitidos por Oxford, los expertos elogiaron los trabajos de investigación. “La vacuna de Oxford es muy interesante porque es la única que utiliza adenovirus de chimpancé”. Lo precisó a Infobae el doctor Ricardo Rüttimann, médico infectólogo de la Fundación del Centro de Estudios Infectológicos. Por su parte el infectólogo Eduardo López señaló que: “es una muy buena vacuna. Es una vacuna vectorial, adenovirus de chimpancé”.
China también desarrolla su patente
Este lunes medios locales chinos informaron que el país asiático aprobó la patente de una vacuna para el coronavirus que podría ser producida en masas en un periodo de tiempo breve.
Nombrada Ad5-nCoV, la vacuna utiliza un virus debilitado del resfriado común para introducir material genético del nuevo coronavirus dentro del cuerpo humano. El objetivo es que el cuerpo produzca anticuerpos que reconozcan y combatan al SARS-CoV-2.
Detrás del desarrollo se encuentran el Instituto de Biotecnología de Pekín y la biofarmacéutica china CanSino Biologics. De acuerdo a información publicada en la revista The Lancet, la fase 2 del ensayo clínico, que incluyó a más de 500 personas, demostró que es segura y que genera una respuesta inmune en la mayoría de los receptores.
A pesar de los rápidos progresos que se han dado a conocer, la mayoría de los expertos consideran que será hasta mediados del 2021 cuando se podrá tener una vacuna disponible a nivel mundial.