¿Y donde está el trabuco del Heat?
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Miami no supo ni pudo encontrar respuesta para Boston y cayó el jueves por la noche 112-107 ante los Celtics
Poco antes del comienzo del juego, el coach Erik Spoelstra había comentado sobre el proceso de análisis de sus jugadores tras la decepcionante derrota ante Utah y proclamó con palabras solemnes: "ahora somos un equipo diferente''.
Sí, peor.
Miami no supo ni pudo encontrar respuesta para Boston y cayó el jueves por la noche 112-107 ante unos Celtics que siguen dominando a su antojo al ganar 12 de sus últimos 13 desafíos contra el Heat.
Boston reafirmó que sigue siendo el mejor conjunto del Este gracias a hombres como Ray Allen, quien terminó con 35 puntos, incluidas siete canastas de tres; y Paul Pierce y Kevin Garnett, con 25 -capturó 13 rebotes- y 16 cartones cada uno.
Como si fuera poco, Rajon Rondo repitió la dosis de asistencias al repartir 16 para hacer pedazos la defensa del Heat.
Por Miami destacaron LeBron James con 35 puntos y Udonis Haslem con 21 y 10 rebotes, pero esta vez Dwyane Wade estuvo apagado y se echó de menos su liderazgo. Al final sólo aportó ocho unidades.
Los más de 20,000 aficionados reunidos en la American Airlines Arena fueron enmudecidos y se podía apreciar la falta de intensidad en el edificio, algo que no pasó inadvertido para alguien en especial: Pat Riley.
Sentado muy cerca de la cancha y del dueño del equipo, Mickey Arison, el presidente del Heat no pudo ocultar su frustración por la demora en que su inversión millonaria tarda en cobrar una figura vencedora.
A Riley se le vio apuntando en una libreta de notas y la televisión no dejó de enfocarlo cada vez que Miami fallaba alguna asignación en la cancha o cuando Boston llegó a tener 20 puntos de ventaja en el tercer período.
¿Cuánto más permanecerá sentado?
Este debió haber sido el choque de la revancha, luego del fácil éxito de Boston en el inicio de la temporada, y el que reafirmaría la fe de Miami tras el extenuante fracaso en tiempo extra ante Utah.
Ni lo uno ni lo otro.
Los Celtics pusieron de manifiesto las dos principales carencias de Miami en las posiciones de armador y centro, y reafirmaron que la experiencia de jugar juntos no se adquiere en puñado de encuentros.
Desde que comenzó el partido los jugadores del Heat salieron demasiado tensos a la cancha y eso los hizo presa de la precisión ofensiva de hombres como Allen y Pierce, mientras Rondo distribuía balones y hallaba los espacios para alimentar a sus compañeros.
El segundo y el tercer parcial fueron desastrosos para el Heat, que vino a intentar la recuperación en el cuarto período, pero ya el daño estaba hecho.