Cachorros, un equipo lleno de historia y catástrofes
Son ya 108 años sin un título y pasaron 71 para que Chicago volviera al Clásico de Otoño; mañana inician la ruta a la ruptura del maleficio
Es muy probable que no sobreviva nadie que haya visto campeones por última vez a los Cachorros de Chicago. Fue el 14 de octubre de 1908, al ganar 4-1 la Serie Mundial a los Tigres de Detroit.
La primera aspiradora es patentada por la marca Hoover, Henry Ford produce el primer Ford modelo ‘T’, y Theodore Roosevelt declinó buscar un tercer periodo en la presidencia de los Estados Unidos. Ése era el entorno de 1908. Desde entonces, un sinnúmero de calamidades han dado forma a la narrativa de los Chicago Cubs, equipo cuyo infortunio a veces ha rozado lo inimaginable.
Fue en 1945 cuando los Cubs habían llegado por última vez al Clásico de Otoño. Esa ocasión cayeron ante Detroit, y en medio de esa serie se originó la infame maldición de la cabra, cuando Billy Sianis, dueño de una taberna con el nombre de Billy Goat Tavern, llevó a Wrigley Field a Murphy, su cabra mascota, pero por el olor se le pidió que se retirara junto con el animal y maldijo a los Cachorros, diciendo que no ganarían de nuevo.
Otro calamitosa capítulo en la historia de los Cubs ocurrió en 1969, cuando Chicago dilapidó una ventaja de 17.5 juegos sobre el segundo lugar, los Mets de Nueva York, equipo que tuvo marca de 23-7 en los últimos 30 juegos, mientras los Cachorros perdieron 17 de los últimos 25 encuentros.
¿A qué se le atribuye esa situación? En un juego en septiembre, en el Shea Stadium, el entonces estelar antesalista de los Cachorros, Ron Santo, estaba en el círculo de espera, cuando detrás de él pasó caminando, como si nada, un gato negro, considerado un símbolo de mala suerte.
La catástrofe no paró allí. En 2003, en el Juego 6 de la Serie de Campeonato de la Nacional, ante los Marlins de Florida. Un batazo de foul de Luis Castillo se cargó hacia entre el jardín izquierdo y la grada de ese lado, cuando apareció Steve Bartman, quien fue por varios años el hombre más odiado de la ciudad, pues le quitó lo que parecía un inminente out a Moisés Alou, jardinero izquierdo de los Cubs, quien no hizo la jugada y ello derivó en dos derrotas que impidieron al equipo volver a una Serie Mundial.
En octubre de 2011, los Cubs firmaron a Theo Epstein como presidente de operaciones de beisbol y aunque el éxito no fue inmediato, sí el esperado tras cinco años, al guiar a Chicago a su primera Serie Mundial en 71 años y a la espera de quebrar un maleficio aún mayor. En 2004, en el mismo puesto, en Boston, Epstein ayudó a que los Medias Rojas rompieran una sequía de 86 años sin un título. De lograr el cetro con los Cubs en 2016, el lugar de Epstein en el Salón de la Fama del beisbol sería innegable.