Chivas, el problema no era sólo Vucetich
“Nuestra intención es que el equipo sea dirigido por el mejor entrenador del mundo, me importa un pepino si viene de la Luna, pero que sea el mejor que pueda dirigir a Chivas”. Eso dijo Jorge Vergara (qepd) en agosto de 2002, durante la presentación del proyecto Chivas a los medios de comunicación. Han pasado 19 años y la lista de entrenadores en el Guadalajara ha sido muy extensa.
Han pasado Daniel Guzmán, Eduardo de la Torre, Hans Westerhof, Benjamín Galindo, Juan Carlos Ortega, Xabier Azcargorta, José Manuel de la Torre, Efraín Flores, Omar Arellano, Paco Ramírez, Raúl Arias, José Luis Real, Fernando Quirarte, Ignacio Ambriz, Alberto Coyote, John van´t Schip, Ricardo La Volpe, Carlos Bustos, Ramón Morales, Matías Almeyda, José Cardozo, Tomás Boy, Luis Fernando Tena y Víctor Manuel Vucetich. De todo, de casa, foráneos, experimentados, defensivos, agresivos, y sólo dos títulos de Liga en poco menos de dos décadas. Raquítico balance.
Hay un común denominador en todas estas etapas: Un organigrama en el que el director deportivo existe y el cuerpo técnico está a sus órdenes para recibir futbolistas contratados; claro, combinado con lo que debería ser más constante y de calidad: Jugadores de fuerzas básicas.
Es decir, si Amaury Vergara se dio cuenta del desencanto de los aficionados, de la falta de liderazgo de Víctor Manuel Vucetich y de poner en riesgo la imagen de su exitosa empresa, seguramente también se dio cuenta de que la dirección deportiva es mucho más mediática que exitosa en las contrataciones de futbolistas.
Por eso, la decisión de Vergara toma una fuerza excesiva ante lo que viene. Seguramente, desde las oficinas deportivas del club aún no tienen un plan de acción, porque simplemente fue una decisión de la verdadera cabeza del equipo, de ninguno de sus empleados. Plan B no había; por eso, en el escueto comunicado sobresale que el Clásico lo jugarán con un entrenador institucional; es decir, con Marcelo Michel Leaño. Claro, si no se hizo de ayer a hoy una negociación fast track con el nuevo entrenador.
Chivas ya probó la desgastada fórmula típica del futbol mexicano. Es tiempo de hacer cambios estructurales, de una nueva gestión en todos los sentidos. Lo de hoy, desde lo deportivo hasta la imagen y comunicación que desarrollan, está estancado, personajes que prefieren el lucimiento personal que el institucional, siempre buscando que se manejen sus intereses, no los del equipo de futbol.
Un gran manager general, que sea a la vez el entrenador, con el poder para manejar los equipos de límite de edad, las fuerzas básicas, las contrataciones, la comunicación, todo lo que no ha servido para maldita cosa en las últimas décadas. Eso es lo que se necesita en Chivas. Es una gran área de oportunidad para Amaury Vergara, para encontrar una reestructura real, porque con los mismos, pasará lo mismo, no hay garantía de nada. Tuvieron su oportunidad, pero no la supieron aprovechar. Tal vez, encontrar al mejor entrenador del mundo será imposible, pero siguiendo los pasos del fundador de Omnilife, cerca estarán, si se atreven a cambiar.