Debate sobre género se calienta con el debut de Semenya en Río 2016

Deportes
/ 16 agosto 2016

Los tests supuestamente revelaron que Caster Semenya tiene una condición biológica intersexual o hiperandrogenismo. Pero ni ella ni la IAAF lo confirmaron jamás.

En el presente la decisión sobre Chand puede ser vista como una victoria para los derechos humanos. En el futuro, puede convertirse en una derrota para las mujeres en el deporte"...

Las eliminatorias de los 800 metros femeninos del atletismo de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro comienzan este miércoles en medio de crecientes temores a que el reavivado debate sobre género explote una vez disputada la final el sábado. Y con consecuencias imprevisibles.

Caster Semenya de Sudáfrica es la gran favorita y no se descarta que pueda atacar el récord mundial de 1:53,28 minutos que la checa Jarmila Katrochvilova estableció hace 33 años en julio de 1983.

La sudafricana de 25 años está logrando otra vez tiempos veloces este años tras varias temporadas modestas. Llegó a los 1:55,33 minutos, lo que la ubica en el puesto doce de todos los tiempos. Y también corrió dos veces 1:55,64 este año.

Semenya apareció en escena en 2009 con tiempos increíbles y un título mundial en Berlín.

Pero en el mismo campeonato se supo que la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) le pidió que se someta a pruebas de género.

Ni la IAAF ni la federación sudafricana manejaron siempre bien el tema. Los tests supuestamente revelaron que tiene una condición biológica intersexual o hiperandrogenismo. Pero ni ella ni la IAAF lo confirmaron jamás.

A Semenya se le permitió seguir compitiendo con las mujeres pero se cree que debió tomar medicación para reducir su nivel de testosterona a menos de 10 nanogramos por litro, que es lo que establecen las reglas de la IAAF. Eso pudo haber influido en empeorar sus resultados en las pasadas temporadas.

Se cree que ahora volvió a mejorar porque ya no debe bajar su nivel de testosterona tras una resolución de la Corte Arbitral del Deporte (CAS) del año pasado.

Tras una apelación de la atleta india Dutee Chand, quien presenta altos niveles de testosterona, la CAS señaló que la IAAF no puede probar totalmente que el límite es "necesario y proporcionado para buscar la elegibilidad legítima objetiva para competir en el atletismo femenino con el fin de asegurar la justicia en la competición atlética".

La CAS le dio a la IAAF dos años para presentar argumentos más fuertes o anulará la regla, lo que llevó al Comité Olímpico Internacional (COI) a pedir al ente rector del atletismo y a otras entidades deportivas "que vuelvan a la CAS con argumentos y evidencias que sustenten la readmisión de las reglas sobre hiperandrogenismo".

La decisión de la CAS y los veloces tiempos de Semenya llevaron ahora a una fuerte controversia sobre cómo la anulación del límite de testosterona afecta al deporte.

"En el presente la decisión sobre Chand puede ser vista como una victoria para los derechos humanos. En el futuro, puede convertirse en una derrota para las mujeres en el deporte", señaló la revista "Sports Illustrated" en su última edición.

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El "New Yorker" habló de "un tema de competitividad no de derechos humanos".

La médica estadounidense Joanna Harper, que integró paneles del COI y es además transgénero, dijo a la web sportsscience.com que se opone a la resolución de la CAS y más bien apoya al COI y a la IAAF. Considera que las atletas con una alta base de testosterona tienen ventaja si compiten contra la amplia mayoría de mujeres.

Harper cree que atletas intersexuales pueden alzarse con varias medallas en Río, lo que puede generar controversia. "Es muy posible que veamos todo un podio intersexual en los 800 metros en Río, y no me sorprendería ver a hasta cinco mujeres intersexuales entre las ocho finalistas. Hay potenciales medallistas intersexuales en otras competencias también", agregó.

La IAAF no hizo comentarios desde un comunicado emitido después de la decisión de la CAS, pero se cree que comparte estos temores.

De todas maneras, también hay otras voces, como la de la especialista en bioética Silvia Camporesi, quien comentó en un artículo ampliamente difundido en los últimos días que "poner un límite al hiperandrogenismo y distinguirlo de otras variaciones biológicas que pueden otorgar ventajas es, en el mejor de los casos, una política inconsciente".

"Hay una cantidad de otras variaciones -tanto biológicas como genéticas- que no están reguladas por la IAAF y que, aunque sean ventajosas para el rendimiento atlético, no son consideradas injustas para la competencia", añadió.

En Sudáfrica, en tanto, la Liga de Mujeres del Congreso Nacional Africano (ANCWL) condenó este fin de semana duramente lo que consideró es una cobertura mediática injusta, diseñada para "perpetuar la idea de que una mujer africana no tiene la capacidad de sobresalir en el deporte".

Un comunicado de la ANCWL publicado en medios locales señala: "La elegibilidad de Caster Semenya para competir contra otras atletas femeninas no es un tema debatible dado que nació mujer y ningún grado de humillación pública puede cambiar su género".

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