El juego, el descanso y la recreación

Deportes
/ 3 abril 2016

La práctica deportiva no sólo proporciona bienestar físico y mental, sino también solaz, esparcimiento e incluso confiere valores como lealtad, disciplina, perseverancia, determinación. 
Todos los deportes tienen una dimensión lúdica. En su tiempo, el filósofo Aristóteles decía que también cumplen una función catártica, puesto que, literalmente, el vocablo catarsis se refiere a la liberación de perturbaciones interiores, determinantes de ciertos trastornos e impulsos negativos. 

En tanto juego, el deporte se ubica en un estado intermedio entre el trabajo y el reposo. Es evidente que muchas actividades deportivas cumplen una función de relajación y de descanso, lo que ayuda a recuperarse de las tensiones del trabajo y de la fatiga. El poeta hindú Rabindranath Tagore dijo: “El descanso pertenece al trabajo como los párpados a los ojos”. 

Como espectáculo de masas, el deporte también tiene una dimensión dramática puesto que conlleva conflictos, hazañas y acontecimientos notables, semejantes al teatro, por tanto emotivos y liberadores. Hay evidencias de que desde la antigüedad las actividades deportivas han sido medios de liberación de tensiones. Según el libro “El Ocio”, de Roger Sue, en la antigua Grecia, “los espectadores de las obras de teatro se unían al juego de los actores de tal manera que vivían la tragedia que se les estaba presentando. De esto resultaba un fenómeno de liberación por medio de lo imaginario y de resolución de los conflictos en la representación teatral”.

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