Confirman manipulación de emisiones en automóviles Porsche
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En concreto, el modelo afectado por la manipulación es el Cayenne 3 litros TDI.
La industria del automóvil alemana escribió hoy un nuevo capítulo negro en su historia después de que el Gobierno del país confirmase que la automotriz Porsche, filial de la atribulada Volkswagen, instaló un sistema ilegal que manipula la emisión de gases contaminantes en el modelo Cayenne.
Durante una comparecencia extraordinaria ante los medios de comunicación celebrada en Berlín, el ministro de Transporte de Alemania, Alexander Dobrindt, ordenó la revisión obligatoria de 22,000 vehículos en toda Europa y señaló que el Ejecutivo de Angela Merkel decretará una prohibición para impedir nuevas matriculaciones de estos automóviles, con el objetivo de que ninguno de ellos pueda llegar al mercado.
En concreto, el modelo afectado por la manipulación es el Cayenne 3 litros TDI. Según explicó Dobrindt, el dispositivo en cuestión era capaz de detectar si estaba siendo sometido a una medición de gases en laboratorio, momento en que se activaba. Esto, sin embargo, no ocurría cuando se llevaba a cabo una conducción real por carretera.
"En investigaciones llevadas a cabo de forma interna, Porsche detectó irregularidades en el software que controla el motor y las comunicó a la autoridad competente", indicó la automotriz desde Stuttgart una vez terminada la rueda de prensa del ministro.
Las primeras sombras de manipulación sobre Porsche salieron a la luz a principios de este mes, cuando la Fiscalía de Stuttgart abrió una investigación al gigante automotor Porsche por posible manipulación de las emisiones de los motores.
La Fiscalía inició las pesquisas por una posible manipulación de las emisiones de los motores de los vehículos de diésel de Porsche. En aquel momento indicó que las sospechas se centraban en un trabajador desconocido de la automotriz y en una filial estadounidense de Porsche.
Casi dos años después de que saltase a la luz el escándalo de manipulación de emisiones de Volkswagen que afectó a unos once millones de vehículos en el mundo, las sombras de duda amenazan con empañar de nuevo el prestigio de la industria automovilística alemana.
A los casos de trucaje en automóviles diésel se suma además la sospecha de que las principales fabricantes germanas integrasen desde los años 90 un cártel empresarial que se habría reunido en grupos de trabajo secretos para llegar a acuerdos sobre desarrollos tecnológicos, costes y proveedores.
La información, todavía sin confirmar, fue desvelada la semana pasada por la revista "Der Spiegel" e implica, además de a Porsche y a Volkswagen, también a BMW, a Daimler y a Audi.
El grupo Volkswagen, matriz de Porsche, afronta en la actualidad causas penales y uno de sus ejecutivos en Estados Unidos cumple prisión preventiva.
En 2016, la facturación del grupo ascendió un dos por ciento, hasta los 217,300 millones de euros (253,000 millones de dólares), mientras que los beneficios netos se situaron en los 5,100 millones de euros.