Hay que tomar riesgos que le pongan a uno muy nervioso: Karla Berman, la mujer que dejó Google para brillar en los negocios y Shark Tank

¿Qué tiene que decir sobre el emprendimiento, el éxito y el liderazgo una mujer con un máster por la Harvard Business School, que ha trabajado en empresas como CNN, Google y SoftBank y ahora participa en la edición latinoamericana de Shark Tank?

7 septiembre 2024
Hay que tomar riesgos que le pongan a uno muy nervioso: Karla Berman, la mujer que dejó Google para brillar en los negocios y Shark Tank

Google le enseñó a cambiar el pesimismo por el optimismo. Considera que el liderazgo se tiene que vivir para aprenderlo y aunque no sabe qué pasará con las empresas ante la inteligencia artificial, está segura que cambiarán.

Dejar esa empresa líder en tecnología fue un golpe a su autoestima, decisión cuestionada hasta por sus hijas, aunque fue la mejor de su vida.

Hoy se dedica a las inversiones y a la consultoría de negocios. Karla Berman se define a sí misma como una persona curiosa y nerd, sin tiempo suficiente para leer todo lo que quiere.

Esta semana visitó Saltillo para la presentación de su conferencia “Cambia antes de que sea necesario” en el marco del Segundo Foro Inmobiliario “IA Transformando el Sector Inmobiliario” organizado por la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) en la capital coahuilense.

La integrante de Shark Tank México, es experta en transformación digital, ha tenido posiciones de liderazgo en Google, SoftBank y CNN además de varias startups de la región y charló en exclusiva para A LA VANGUARDIA.

Para ti, ¿qué significa ser líder y cómo debería prepararse alguien para ser líder?
No tengo una definición mejor que las que hay en los libros de texto, pero sí te puedo decir que uno se tiene que preparar para ser líder desde muy chico y que no importa a qué te vayas a dedicar, las cualidades de liderazgo te van a servir.
Los mejores líderes que he conocido son personas que desde muy jóvenes, y estoy hablando de 13, 14 o 15 años, buscan activamente oportunidades de liderazgo. Lo veo en la gente que admiro, que conozco y también la gente que admiro que no conozco.
Creo que es bien importante que a los chavos de la secundaria les demos oportunidades de liderazgo.
En México no es tan común este tema de las sociedades de alumnos. Tener una responsabilidad que te rebasa cuando eres joven te prepara para cuando eres más grande. Si tu abuelo tiene una tienda y te deja la caja registradora cuando tienes 12 años y sientes que te vas a morir de la preocupación, es lo mejor que te puede pasar.
La única manera de aprender a ser líder para mí es siéndolo y poniéndote en lugares donde las responsabilidades te rebasan y no te dejan respirar de la preocupación.
¿Cómo fue trabajar en Google y cómo marcó tu camino?
Trabajar en Google fue maravilloso. Para mí Google sigue siendo la compañía de tecnología que mayor bien le ha hecho a la humanidad. Y quizás me tomé demasiado Kool Aid estando ahí, pero yo creo que hay que amar lo que uno hace y sí creo que hay un antes y después en la experiencia humana de Google.
Claro que todo lo que vino antes, la creación del Internet, la creación de la computadora personal, son cosas sin las que Google no hubiera podido existir, pero poder tener toda la información del mundo de una manera accesible y organizada, es una cosa que a mí me sigue maravillando cada día.
Me cambió de muchas maneras. La primera es que me ayudó a ser muy optimista. Yo crecí en una época en nuestro país donde siempre eran malas noticias: devaluación, crisis económica, crisis de seguridad, políticos que no nos gustaban.
Oía a mi alrededor muchas malas noticias todo el tiempo y cuando entré a Google, de pronto todo eran buenas noticias. Era ‘el precio de la acción sube’, ‘cada vez hay más gente conectada a Internet’, ‘cada vez más gente se mete a YouTube’, ‘cada vez hay más creadores que ganan mil dólares al mes’.
Era buena noticia, tras buena noticia, tras buena noticia. Eso es lo que le agradezco a Google, que me hizo ser una persona profundamente optimista. La gente más inteligente que yo conocía era muy pesimista. Yo veía en las noticias a los analistas políticos siempre diciendo que México se va a ir al tercer mundo y no sé qué y la inteligencia artificial nos va a matar y bla, bla bla.
Yo creía que era sinónimo de ser inteligente, ser pesimista. Y en Google me di cuenta que la gente más inteligente que yo conocía, y que además era mucho más inteligente que todos esos otros, al contrario, eran tan optimistas que a veces parecían ingenuos, como niños chiquitos.
Creo que eso me cambió para muy bien en lo personal.
Dejaste Google en un punto muy alto de tu carrera, ¿Cómo fue tomar esa decisión? ¿Qué te decían las otras personas?
Fue muy difícil tomar una decisión así porque alguien como yo, que soy muy insegura y que me encanta el halago externo, la verdad era padrísimo.
Llegaba a cualquier lado y la gente me decía ¿y tú a qué te dedicas? Y yo decía ‘yo trabajo en Google’ (se acomoda el cabello en gesto de presunción). Entonces irme de ahí fue muy difícil por eso, porque era como una parte muy importante de mi autoestima.
Cuando me fui, la verdad es que la reacción fue unánimemente negativa. La gente que me conocía profesionalmente y que no sabía exacta la historia, aunque no se la creía, pensaba una de dos ‘a Karla la corrieron’ o ‘Karla ya no pudo porque tiene cinco hijas’, etcétera. Fue duro.
¿Te arrepientes?
No, no, no, para nada, fue la mejor decisión de mi vida. A pesar de que amo Google y volvería 100 veces, pero hay que tomar riesgos que le pongan uno muy nervioso.
¿Sientes que México va en el camino correcto para la digitalización?
México es una mina de oro que a veces los únicos que no la vemos somos los mexicanos.
Cuando yo veo México con los ojos de mucha de la gente que viene de afuera, veo un país con un demográfico increíble, un mercado muy atractivo en términos de tamaño, con un lugar geográfico realmente privilegiado y con todos los indicadores de adopción digital más espectaculares.
Somos el cuarto país del mundo con mayor uso en YouTube, el cuarto país del mundo con mayor uso de Waze, el sexto país del mundo con mayor uso en Google Maps, el tercer país del mundo, me parece, con mayor uso en WhatsApp.
El otro día también le pregunté a la gente de Duolingo y me dijeron que somos el cuarto país del mundo con mayor uso en Duolingo y con una hambre de conectarnos al mundo digital increíble.
Tenemos todo para ser una potencia digital.
¿Qué problemas de hoy podemos atacar a partir de las nuevas tecnologías?
¡Cuánto tenemos! (risas)
Dicen que para los emprendedores cada vez que ven un problema se les hace agua a la boca y salivan porque ahí ven una oportunidad. Si nos ponemos esos lentes y salimos todos los días y vemos todo lo que nos choca de este país, pero paramos a decir ‘A ver, ¿qué oportunidad hay ahí y cómo la podemos resolver con tecnología?’. Otra historia sería.
Los emprendedores que yo más admiro son los que agarran y dicen ‘es una mierda comprar un coche usado en este país’ y van y fundan Kavak. O ‘es increíble que en este país no se puede obtener un préstamo para un pequeño negocio’ y van y fundan Confío. O ‘es terrible la experiencia de compra y comercio electrónico de las grandes tiendas departamentales’ y se traen Mercado libre a México.
¿Cómo fue tu llegada a Shark Tank y qué crees que has aportado y has aprendido?
Fue una coincidencia maravillosa del destino. Yo jamás pensé en salir en un programa en televisión. Tengo una mamá que es muy famosa y que siempre estaba en la televisión y yo justamente decidí muy joven que yo no quería ser como ella, porque dicen que es sano para las niñas, sobre todo mujeres, tener una sana diferenciación de la madre.
Entonces yo era una mujer seria y formal que trabajaba en el mundo corporativo y un día me habló el productor de Shark Tank y me dijo ‘tenemos un increíble panel de Sharks, pero creemos que nos hace falta un inversionista profesional’, quiere decir un inversionista al que le pagan por invertir el dinero de los demás.
Yo no era 100 por ciento este perfil, pero trabajaba en muchos fondos de inversión. Al principio fue un poco complicado porque no sabía de dónde iba a sacar el dinero para invertir y había algunas cositas que me daban miedo, como por ejemplo que la gente pensara que yo era millonaria como los otros Sharks.
También está la parte de pensar en si por salir en un programa de televisión mi credibilidad baja y al final, un poco como las mejores decisiones de mi vida, hice un excel perfecto de ponderación.
La decisión era no, y me desperté a las 3:00 a.m, y le dije a mi esposo: ‘yo creo que sí lo voy a hacer’.
¿Dónde crees que está la clave para el éxito o el fracaso de una startup?
Hay tantas cosas que le juegan en contra a una startup.
Pero yo creo que algo de lo que no se habla suficiente es de la suerte, porque quisiéramos pensar que todos los éxitos se atribuyen 100 por ciento a nosotros.
Acabo de leer un libro que se llama ‘Suerte y Éxito’ y lo que dice, que también lo dice Scott Galloway, que es uno de los pensadores modernos que a mí más me gustan, es que la verdad mucho se lo debemos a la suerte.
La suerte de haber nacido en México en un momento donde ya hubo transición democrática, donde las mujeres tenemos derecho al voto, donde tenemos un excelente tratado de libre comercio con Estados Unidos, donde China y Estados Unidos se están madreando.
Habiendo dicho eso, de lo que sí controla el emprendedor, yo creo que una de las claves más importantes es aprender a traer a un muy buen talento, porque cuando creces no puedes depender al 100 por ciento del fundador, aunque él sea el que toma la última decisión.
Paul Graham acaba de sacar un artículo que habla de que a los emprendedores muchas veces los empujan los inversionistas a decir ‘ya tienes que contratar a un manager profesional’.
Lo que no se dan cuenta es que no siempre es así, que a veces las empresas sí deberían de hacer todo lo que el fundador dice, solo porque el fundador lo dice, que va en contra de todo lo que hemos aprendido en las lecciones de negocio.
Fue muy difícil trabajar con esos fundadores como Steve Jobs, pero hizo la compañía más exitosa del mundo. No se equivocó, pero aun así tuvo que juntar a un equipo espectacular.
¿Qué es más importante tener una buena idea, contar con el capital para realizarla o encontrar un buen equipo?
Yo creo que encontrar un buen equipo. Te juro que no tienes idea cuánta gente viene y me cuenta que ellos tuvieron la idea de hacer Uber hace 10 años o hace 20 años, o Netflix hace 15 años, o Mercado Libre hace 16 años.
Yo me acuerdo un día perfecto, con mi esposo estábamos yendo a Blockbuster y me dijo, ‘¿no sería increíble que pudieras no ir a Blockbuster y tener la película en tu casa?’ Pues ahí está la idea, pero las ideas no te llevan a ninguna parte. El capital creo que sí es muy importante, pero el equipo es más importante.
En algunas ocasiones hemos escuchado de algunos empresarios que por su ubicación, Saltillo puede tener un desarrollo como un corredor tecnológico importante en el país. ¿Tú qué opinas?
En el camino de Monterrey para acá le hablé a mi papá.
Mi papá fabrica tornillos, tuercas, arandelas y similares. Todo tipo de sujetadores. Y en algún momento hizo un proyecto aquí que al final no se consolidó para la industria automotriz.
Entonces me decía, ‘qué padre que estás en Saltillo, que sigue tan moderno y tan industrial’.
Yo creo que sí, yo creo que las ciudades industriales que han logrado sobrevivir los vientos en contra y fortalecerse, como es Satillo, están ahorita en una posición muy interesante por todo el tema del nearshoring, están cerca de la frontera, están cerca de Monterrey, tienen gente altamente educada.
Entonces ojalá que sí, porque necesitamos muchos más polos de desarrollo, no todo puede pasar en México, Guadalajara y Monterrey.
La inteligencia artificial no solo impacta en el mundo de la tecnología, sino en todas las industrias. ¿Cómo ves el mundo y las empresas en cinco años con los avances que recién hemos tenido?
No sé, lo que sí sé es que se van a ver muy diferentes a cómo se ven. Algo que he repetido últimamente es una frase que leí que me voló los sesos, que dice que tendemos a sobreestimar el efecto de la tecnología en el corto plazo y a subestimarlo en el largo.
Cuando salió ChatGPT, todos nos volvimos locos. Dijimos ‘no manches, esto va a cambiar todo, ya todos nos vamos a quedar sin trabajo’. De pronto pasaron 18 meses y pues no pasó tanto, ¿no? Más o menos seguimos haciendo todo más o menos de la misma manera.
Entonces como que nos relajamos todos y decimos: ‘ni era para tanto, ¿no?’
Ese me parece que es el punto más peligroso, cuando crees que no era para tanto porque en 18 meses no pasó nada. Ahorita es cuando más preocupados deberíamos de estar.
Deberíamos estar todos tratando todos los días de aprender un poquito sobre cómo usar inteligencia artificial, tomar un cursito, leer un artículo, ver un video, oír un podcast y usarlo todos los días, aunque da flojera. Porque la verdad es que sí es cierto que cuando usas alguna de estas herramientas de inteligencia artificial, al principio es como cuando contratas a un becario que es medio burro.
Dices ‘mejor lo hago yo porque en lo que le explico cómo se hace el Excel...’. Pero si no entrenas al becario, nunca va a funcionar. Y si te tomas el tiempo de entrenar al becario, eventualmente te va a poder quitar parte de tu chamba.
¿Definitivamente en la inteligencia artificial la práctica hará al maestro?
Totalmente.
En nuestro país tenemos muy pobres las habilidades de lectura, y por lo tanto de comprensión lectora, y por lo tanto de redacción.
Eso va a ser lo más importante. Porque si tú no sabes pensar qué quieres, luego traducir eso a palabras y luego escribirlo para dar una instrucción, puedes tener la inteligencia artificial más picuda del mundo y es como cuando a la gente le das una calculadora científica y dicen ‘¿qué hago con tantos botones?’
Has comentado que para ser un buen ciudadano debemos estar suscritos a un periódico, ¿es correcto?
Por lo menos a uno. Yo creo que sí, que la prensa libre y responsable es importantísima para el desarrollo de cualquier país.
Estoy un poco preocupada por la calidad del periodismo en México. Yo aprendí a escribir en el periódico Reforma y lo amo con locura, pero la verdad es que su app... me quiero morir cada vez que la abro.
Entiendo que es muy difícil, pero en México necesitamos mejores medios.
¿Cómo fue tu invitación al Foro de la AMPI y de qué tratará tu conferencia?
Me invitaron aquí al congreso de la AMPI y me dio mucha alegría por dos cosas.
Primero, porque no conocía Saltillo, tengo algunos amigos de aquí que le dicen Saltiyork y entonces siempre he tenido curiosidad de conocerlo.
La otra cosa por la que quería venir es porque AMPI me parece una organización increíble. Mi primer trabajo saliendo de la maestría fue trabajar en Metros Cúbicos, que fue la primera PropTech de México y conocí muy bien al gremio inmobiliario, sobre todo en el centro del país y la verdad es que es un gremio padrísimo.
Creo que siguen teniendo las mismas dolencias que tenían hace 15 años cuando los conocí, que es una profesión para la que todavía no se requiere una licencia y entonces hay mucho charlatán.
Creo la AMPI hace un esfuerzo muy grande para profesionalizar a los agentes inmobiliarios.
Para la mayoría de nosotros la compra más importante que vamos a hacer en toda nuestra vida va a ser una casa y solo la vamos a hacer una vez o dos veces, entonces el rol de la gente inmobiliaria es realmente muy importante y por eso me emociona mucho estar aquí.

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