Vivimos en la era de la Inteligencia Artificial. Esta nos permite acceder a miles de datos en volúmenes y velocidades que antes eran impensables. Nos permite interactuar de maneras inadvertidas con algoritmos y personas. Está cambiando las forma, la lógica y el fondo en que hacemos las cosas. Y aunque su impacto todavía no se dimensiona del todo, está abriendo puertas para reimaginar el futuro.
Esto, por supuesto, reaviva antiguas discusiones y pone sobre la mesa otras nuevas. Por ejemplo, el tema de la verdad.
Una condición que, según el filósofo saltillense Jesús Humberto Aguilar Esparza, es necesaria para ejercer la libertad. Pero, ¿cómo se relaciona la tecnología con estos conceptos?, ¿hacia dónde llevarán las personas su uso?, ¿cuáles serán los impactos profundos en la humanidad?
Ya se ha abrogado el tema desde el punto de vista empresarial. Ya se ha abordado el tema desde la perspectiva económica. Ahora conviene escuchar lo que el doctor en filosofía por la Universidad McGill en Montreal, Canadá, tiene para decir.
Ha impartido cursos y seminarios en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Academia Interamericana de Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de Coahuila.
Su trabajo se enfoca en las neurociencias cognitivas, la ética, la filosofía de la educación y la filosofía del derecho.
Actualmente es profesor de tiempo completo en el Rochester Institute of Technology del estado de Nueva York en los Estados Unidos y el pasado mes de agosto estuvo de visita en la ciudad para hablar sobre filosofía e inteligencia artificial.
Aguilar habló sobre las posibilidades y desafíos que enfrenta el mundo ante la era de la inteligencia artificial en entrevista para A La Vanguardia.
A lo largo de la historia, algunos científicos sostienen que es imposible acceder a la verdad.
Esto puede leerse en dos sentidos, seguramente muchos más, pero al menos son dos sentidos. La puedes tomar literalmente y eso es una contradicción. Porque sí alguien te dice que el conocimiento de la realidad siempre quedará fuera de nuestro alcance, entones cómo sabes algo así. Qué perspectiva tienes para afirmarlo.
Hay ejercicios retóricos de humildad donde el pensador o la pensadora te dice “nunca vamos a entender la realidad”. Tenemos evidencia contundente de que somos entidades limitadas cognitivamente, por el solo hecho de que tenemos un instrumento, el cerebro, que por muy poderoso que es, tiene sus límites.
Por un lado el instrumento que tenemos para entender la realidad es limitado, porque cada vez que creemos que ya tenemos la versión definitiva que ha sido del mundo físico, surgen nuevos fenómenos observados o inconsistencias en las teorías que nos remite, otra vez, a la confesión de que todavía no entendemos la realidad.
Se puede generalizar en que la realidad es tan compleja, que nunca vamos a tener la versión definitiva . Entonces se puede pensar con humildad e indicar que el conocimiento siempre va a tener limitaciones.
Los optimistas te pueden decir, pues sí, pero quizá ahora lo vamos a vincular con inteligencia artificial.
Hay otras maneras, no necesariamente restringidas por la biología, que sí son estrategias de procesamiento de información suficientemente sofisticadas como para darles la categoría de inteligente que van a generar teorías, que sí pueden ser exhaustivas.
¿Es posible acceder a la verdad gracias a la inteligencia artificial?
Con la ayuda de estas nuevas tecnologías probablemente si vamos a llegar a tener un día la versión final de qué ha sido el mundo físico.
Aunque los escépticos dicen que para el libro final todavía nos falta mucho y a lo mejor nunca lo vamos, pero están estas cosas como la inteligencia artificial que a lo mejor sí llegamos a ese punto.
La realidad es tan compleja, que nunca vamos a tener la versión definitiva.
La inteligencia artificial, ¿es un aliado o una amenaza?
Pueden ser las dos. Creo que estamos hablando en este momento de la capacidad que tiene la inteligencia artificial de generar el equivalente a una súper inteligencia que llegue a darnos la versión definitiva de cosas que nuestra inteligencia nunca va a poder aspirar. Entonces ahí sería una aliada en la búsqueda de la verdad.
Por otro lado, también está la historia de la inteligencia artificial como una tecnología que, por lo menos hasta ahora puede ser una herramienta que nos lleve a problemas muy serios, tanto por ser usada por gente contraria a nuestros valores, como por gente mala.
También está la posibilidad, un poco más especulativa, pero probablemente real, de que se generen inteligencias artificiales lo suficientemente inteligentes y autónomas como para que empiecen a tomar decisiones propias, y sus decisiones y sus acciones no coincidan con lo que nos conviene la humanidad. Entonces ahí se convierte en un riesgo.
Si somos optimistas podemos ver a la inteligencia artificial como una súper herramienta que nos va a ayudar a hacer cosas que hasta hace poco nos parecían inconcebibles como desentrañar las verdades más profundas de la realidad, hacer ciencia a nivel más alto.
La posibilidad de tener un sistema artificial que se comparen con Newton, Einstein, Darwin y que descubran ecuaciones que capturen la realidad que los humanos jamás hubiésemos imaginado.
Si somos optimistas, podemos ver a la inteligencia artificial como una súper herramienta que nos va a ayudar a hacer cosas que hasta hace poco nos parecían inconcebibles.
¿La inteligencia artificial nos dará un respiro, más tiempo para hacer cosas que hasta ahora no tenemos tiempo para hacer porque estamos consumidos en cosas triviales, pero necesarias?
Que si el tiempo libre que quede le pueda ayudar al ser humano a sentarse a pensar en el sentido de la vida, creo que eso puede pasar. Pero ahí la pregunta que nos deberíamos hacer es ¿qué van a hacer los seres humanos con ese tiempo libre?
Y bajo el supuesto de que efectivamente va a haber más tiempo libre, para los que tengan la fortuna de que esos trabajos que les consume tanto tiempo sean llevados a cabo por estos sistemas, a lo mejor lo único que van a hacer es estar todo el día frente al teléfono intercambiando trivialidades en facebook, pensando que están aburridos.
Que ese tiempo extra, ese respiro, lo pasen haciendo tonterías. Está esa posibilidad que a mí me parece muy real.
Lo más probable es lo contrario. Creo que no va a haber respiro. Yo creo que se va a incrementar la productividad. Yo creo que va a haber mucha gente que va a perder los empleos tradicionales que van a ser absorbidos por esta tecnología.
Cuando esto pase, la gente se va a tener que adaptar y van a descubrir carreras que no sabías que existían. Vas a ser más productivo. Por ejemplo, un burócrata que pasaba el día arreglando 10 problemas al día, ahora va a resolver 10.000 con la ayuda de la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial va a tener una información tuya súper personalizada. Te va a conocer mejor que tus seres queridos.
¿La inteligencia artificial va a revolucionar la vida diaria?
Hace 20 años no era posible nada de esto.
Bueno, ahora imagina la inteligencia artificial haciendo una revolución parecida al internet, pero exponencialmente va a ser mucho más transformador que el internet. Entonces, a veces también es difícil imaginar qué va a pasar.
Con la inteligencia artificial vas a poder hacer miles de cosas, desde comunicarte, arreglar tu entretenimiento, hasta poder abordar temas religiosos, de física cuántica o sobre el clima de Saltillo.
La inteligencia artificial va a tener una información tuya súper personalizada. Te va a conocer mejor que tus seres queridos y probablemente mejor que tú misma. Va a conocer tus problemas físicos, psicológicos y te va a ayudar a que obtengas tus fines, pero a lo mejor vas a tener tu mejor amiga o amigo en este sistema.
Eso es lo que está en el futuro.
Jesús Humberto Aguilar Esparza
Obtuvo el grado de Doctor en Filosofía en la Universidad McGill en Montreal, Canadá.
Desde 2003, trabaja como profesor de tiempo completo en el Rochester Institute of Technology, Nueva York, EE. UU.
Ha colaborado con instituciones educativas mexicanas en CDMX, Veracruz y Coahuila.
Su labor docente y de investigación se centra en filosofía de la acción, filosofía de la mente, neurociencias cognitivas, ética, filosofía de la educación y filosofía del derecho.