Escupir en la historia: lugares emblemáticos de Saltillo que dejamos morir y ya no existen
Los edificios también pueden ser asesinados. Pero los que tienen relevancia histórica son muertos al menos tres veces: una, como inmuebles por su estética y arquitectura; otra, por su valor cultural inmanente; y la tercera, por la relación que guardan con las ciudades que los contienen y las personas que los rodean.
Trastocar la identidad que los vuelve únicos, convertirlos en zapaterías, transformarlos en estacionamientos, dejarlos deteriorarse hasta las ruinas. Son algunas de las maneras en que Saltillo mata el legado de sus construcciones emblemáticas.
El 29 de agosto de 2024, corrió el rumor de que la casona donde hoy vive la Librería Carlos Monsiváis estaba en renta. Al día siguiente la dirección del recinto perteneciente al Fondo de Cultura Económica desmintió el cierre. Pero los habitantes de la capital no dudaron en temer que se trataba de otro caso más en el que una transacción inmobiliaria dictaría sentencia sobre una construcción simbólica. ¿Por qué nos hemos acostumbrado a esto?
Este artículo ofrecen un humilde ejercicio de memoria con varias preguntas al alza: ¿Qué edificios sí tuvieron un final como los citados? ¿Es la riqueza histórica un ingrediente inseparable de la tragedia? ¿Qué es hoy de aquellas obras legendarias que no están ni a la sombra de su legado?
Aquí una breve recapitulación de algunos lugares que ya no existe o nadie atesora.
Cine Palacio
Primero fue la casa del general Vito Alessio Robles. Para diciembre de 1941, el edificio fue convertido en el Cine Palacio que se volvió popular en la esquina de Guadalupe Victoria y Manuel Acuña. El proyecto fue diseñado y construido en estilo art déco por el arquitecto Mario Pani. dirigido durante décadas por Gabriel Ochoa Aguirre.
Como casa de películas tuvo como responsable a Gabriel Ochoa Aguirre. El cine funcionó por 74 años, aunque en la última década ya casi nadie lo visitaba. Maquinaria pesada derribó su fachada en el último trimestre de 2015. En su lugar, hay una zapatería.
Sociedad Manuel Acuña
En 1906 se fundó la Benemérita Sociedad Mutualista y Recreativa Manuel Acuña. Ocupó el 186 de la calle Morelos desde 1925, sucediendo al Mesón Huizache. Se volvió famosa en Saltillo por los bailes rancheros y ser pieza imprescindible en la vida social de la época.
Una disputa legal iniciada en 2013 por un pagaré dudoso culminó en un fallo judicial y la pérdida del centenario edificio. La demolición inició en enero de 2021 y terminó en 2023. En su lugar, hoy reza un enorme estacionamiento.
El autódromo de la carretera Saltillo-Monterrey
En otoño de 1988 se inauguró el Autódromo Norte. Se ubicaba en lo que hoy es el Parque Industrial Santa María, Ramos Arizpe, junto a la carretera Saltillo-Monterrey. Tenía capacidad para 18 mil personas y celebra eventos cada 15 días.
Fue demolido a finales de los 90’s por conflictos entre los socios del lugar, así como la sequía económica a finales de siglo. Hoy el sitios está abandonado.
Edificio Coahuila
Referencia obligada en Saltillo, ya que fue por varias décadas uno de los inmuebles más altos de la ciudad. Diseñado en 1954 por el arquitecto José María Morales del Bosque, se aperturó en 1966, con la presencia del el otrora residente de México, Gustavo Díaz Ordaz.
Se encontraba en la calle Ateneo, entre General Cepeda y Guerrero frente a lo que hoy es la Plaza Ateneo. Albergó dependencias de gobierno de los tres órdenes. Fue demolido en 2015 y sobre su espacio se levantó la Plaza Ateneo.
Plaza de Toros Tlaxcala
En 1848 la alcaldía de Saltillo acordó levantar una plaza de todos en el terreno que hoy abarcan las calles de Pérez Treviño, Allende y Padre Flores. La obra se inauguró dos años después con cupo para 4 mil personas.
En 1896 el ayuntamiento ordenó la demolición de la plaza. En su lugar se levantó el actual Mercado Juárez y parte de la Plaza Acuña. Se incluyó esta construcción por su perspectiva histórica, ya que en Coahuila las corridas de toros fueron prohibidas en 2015.
Los antiguos cines
Este rubro es ocupado por cinco viejas salas de cine que brindaron entretenimiento en la ciudad, antes de que las cadenas nacionales tomaran el control del mercado. Nos referimos al Olimpia Vistarama, Saltillo, Elena, Florida y el Royal.
El único de ellos que sobrevive de alguna forma es el Olimpia, aunque ahora proyecta únicamente películas pornográficas y en diferentes momentos se ha criticado el mal estado de sus instalaciones. El resto fueron demolidos, convertidos en casas o negocios.
La calle de las librerías
Como uno de los brazos que conectan la Plaza de Armas con el resto del centro, la calle Ignacio Zaragoza fue apodada “la calle de las librerías”. Y es que durante casi 30 tuvo a las principales tiendas de libros.
La Fornés, la más antigua fue fundada en 1903. Después vinieron la Cristal, Selecta, y Zaragoza. Hoy esos espacios están abandonados, son locales de ropa, comida, y salud dental.
Casa donde se hospedó Miguel Hidalgo
El 5 de octubre de 1811, Miguel Hidalgó llegó a Saltillo y se hospedó en la casa del tesorero municipal, Manel Royela. El inmueble estaba ubicado en la esquina sur poniente del cruce en Juan Aldama y la vialidad homónima al prócer de la independencia.
Con el tiempo la propiedad pasó a manos de Lorenzo Ildefonso Blanco, cuya familia después la vendió a Abraham Iga y eventualmente la traspasaron a Salvador José. Con una primera remodelación fue transformada en mueblería y más recientemente en una tienda de zapatos.
Aquel velódromo del sur
Hay quienes le atribuyen a Óscar Flores Tapia los primeros pasos en la modernización de Saltillo. Se dice que en 1978, después de ver a un grupo de ciclistas, el gobernador los invitó a seguirlo para mostrarles donde erigiría un velódromo para practicar sin exponerse las calles con automóviles.
Dicho lugar nombrado Óscar “Chango” Vélez fue construido en la colonia 26 de marzo. Y aunque vecinos aseguran que tenía un uso frecuente, en 2010 las instalaciones fueron derrumbadas para poner en su sitio el Biblioparque Saltillo Sur.
Hotel y Banco Coahuila
Otro de los casos más conocidos. Fue una figura central en la vida económica del siglo XX. Inaugurado en 1902 en la esquina de Ignacio Allende y Guadalupe Victoria, destacó por su imponente fachada. Aquí se hospedó Francisco I. Madero.
En 1950, la institución cambió de sede y el edificio quedó abandonado. En 1965 aquel gigante fue demolido por ser “poco funcional”. Desde entonces quedó reducido a un piso. En los 90’s se recubrió con cantera rosa. Actualmente es un banco.
Hospital San Vicente
Entre 1911 y 1913 fue construido este centro de salud por el ingeniero Isidro Gelaber. El proyecto fue financiado por el matrimonio formado entre la Saltillense Trinidad Narro Rodríguez y el alemán Henry Mass. El monumental edifico de estilo neoclásico se alzó en la Calzada Centenario, hoy Calzada Narro, en las cercanías del Hospital General de Zona 1.
Cambio de nombre y enfoque varias veces. Fue hospital militar, escuela de enfermería y sede de la Cruz Roja. Fue derribado en 1972 por falta de uso y abandono.
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