Entre el temor y la tristeza, vuelven a clases en Bucha tras masacre por invasión rusa
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Esta localidad ucraniana fue escenario de uno de los episodios más crueles del conflicto armado
BUCHA, UCR.- En medio del temor y la tristeza, este viernes fue el primer día de clases en Bucha, la localidad ucraniana que vivió una de las peores atrocidades de la invasión rusa.
Los alumnos acudieron a clases con con camisas ucranianas bordadas conocidas como vyshyvankas, sosteniendo ramos de flores, se alinearon vacilantes a lo largo de un escenario improvisado. Sus padres, muchos de ellos luchando para contener sus emociones, sonrieron, saludaron entre la multitud y tomaron fotografías constantemente.
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La agencia AP detalló que el ambiente festivo cambió rápidamente cuando se escuchó el himno nacional ucraniano, seguido de un solemne minuto de silencio en memoria de los soldados ucranianos caídos.
“¡No tenemos miedo a la guerra ni a los misiles, porque lo superaremos todo!”, gritó un estudiante de último año desde el escenario.
Esta atmósfera de alegría mezclada con tristeza marca la pauta para el inicio del nuevo año escolar en Ucrania.
A pesar de los intentos por volver a su vida normal, el proceso educativo está lejos de ser como era antes del conflicto con Rusia. Debido a las constantes amenazas de misiles y sirenas de ataque aéreo, los estudiantes se ven obligados a aprender parcialmente en refugios antiaéreos y de forma remota.
Muchas escuelas en Ucrania no tienen la capacidad de brindar un espacio seguro para todos los estudiantes, lo que las lleva a implementar un modelo de aprendizaje híbrido. Esto permite que los niños se turnen para que cada uno de ellos tenga la oportunidad de asistir a clases presenciales durante al menos dos semanas al mes.
La UNICEF ha señalado que los constantes ataques, además del temor a salir a la calle, ha entrampado el proceso de aprendizaje entre los 6.7 millones de niños ucranianos de entre 3 y 18 años.
Según UNICEF, los niños en Ucrania experimentan una pérdida generalizada de aprendizaje en el idioma ucraniano, la lectura y las matemáticas debido al impacto combinado de la pandemia de COVID-19 y la guerra, lo que resulta en un cuarto año de educación interrumpida.
“Comenzamos el segundo año en condiciones de guerra”, dijo Mykhailo Nakonechnyi, el director de la escuela.
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Este plantel educativo fue atacado por las fuerzas rusas en las primeras etapa de guerra, al grado de que los habitantes recuerdan huellas de metralla sobre el techo.
Además de los estudiantes locales, esta institución educativa también recibe a 200 niños desplazados internamente de las regiones de Járkov, Jersón, Luhansk y Donetsk.
“Aprender por turnos es más manejable, pero no es un aprendizaje real”, dijo Anna Chornobai, de 16 años, y estudiante de último curso.
Calificó la guerra como una “catástrofe” que ha alterado sus planes presentes y futuros. Antes de la invasión rusa, tenía planes de estudiar diseño en Kiev. Ahora le resulta difícil concentrarse y le cuesta terminar siquiera un dibujo. Con información de AP