Esta es la terrorífica historia real en la que se basó Peter Blatty para escribir El Exorcista
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La historia profundiza, sobre el tema de la fe en yuxtaposición con los límites que tiene la ciencia en ese ámbito
Este año se cumplen 50 años del estreno de El Exorcista dirigida Por William Friedkin y que es una adaptación de la novela escrita por William Peter Blatty, y es la película más icónica y famosa del género terror.
Ya que habló de un tema que muy poco se había abordado en la historia del cine, que son los casos de supuesto exorcismo que la iglesia católica ha realizado.
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Además de profundizar, sobre el tema de la fe en yuxtaposición con los límites que tiene la ciencia en ese ámbito.
Sin embargo, lo más terrible y sorprendente es que la historia está basada en un caso real que impactó al escritor William Peter Blatty quien publicó la novela en 1971.
EL CASO DE ROLAND DOE
Los hechos reales ocurrieron en Cottage City, Maryland, en la década de 1940. Con un menor conocido como Roland Doe, cuyo nombre real era Roland Edwin Hunkeler y el exorcismo lo vivió en 1949.
Durante años solo se le llamó Roland Doe al joven que inspiró el caso de Regan MacNeil. Sin embargo, apenas en 2021 se hizo oficial su identidad gracias a un artículo en The Skeptical Inquirer: The Magazine for Science and Reason, una revista bimestral de Nueva York que aplica rigor científico para explicar eventos “extraordinarios” en el ámbito de lo paranormal.
Resulta que el autor William Peter Blatty se enteró primero del exorcismo de Roland Hunkeler mientras era estudiante de último año en la Universidad de Georgetown.
Eugene Gallaher, uno de sus profesores y sacerdote en el colegio jesuita, le dijo a Blatty del extraordinario caso de un niño que supuestamente vivió una posesión demoníaca y que se salvó gracias a una serie de exorcismos.
Supuestamente, Roland Doe / Ronald Edwin Hunkeler nació en 1935 y creció en una familia de clase media en Cottage City. Tenía 14 años cuando empezó a escuchar golpes y rasguños provenientes de las paredes de su dormitorio.
Algunas versiones indican que la madre de Roland Doe creía que todo esto comenzó desde la muerte de la “Tía Tillie”, quien era espiritista y le enseñó a Roland a cómo comunicarse con espíritus usando la Ouija.
Inicialmente, la familia buscó la ayuda de su ministro protestante, el reverendo Luther Schulze. Pero cuando las cosas empeoraron, recurrieron a las comunidades jesuitas de Washington, D.C. y St. Louis.
Roland Doe fue sometido a exámenes médicos y psiquiátricos, pero no encontraron nada anormal que pudiera explicar los fenómenos supuestamente paranormales.
Al final, la familia buscó la ayuda de William Bowdern, jesuita que practicó más de 20 exorcismos en Hunkeler en un lapso de tres meses.
Hay algunas supuestas descripciones que se tienen sobre los exorcismos. Estas son supuestamente del diario de Bowdern y que fue entregado por el Padre Raymond Bishop (presuntamente también testigo de todo lo que ocurrió con Roland Doe).
En ese texto nunca se menciona el nombre de Roland, sino que se hace referencia al caso de “R”. Sin embargo, el caso sucede en 1949 en Cottage City, Marylando, coincidiendo con los datos de Roland.
En marzo el caso se movió a St. Louis, donde fue admitido en el hospital de los Alexianos donde practicarían las últimas fases del exorcismo.
Ahí trabajarían los padres Bowdarn, Bishop y Walter Halloran. Durante el Parecipio tibi, que es una especie de interrogatorio al “demonio” que posee un cuerpo, se relata que comenzaron a aparecer rasguños en el cuerpo del niño.
Evidentemente, tanto Blatty como Friedkin crearon una historia aún más etremecedora tanto en la novela como en la película.
Sin embargo, eso no quita que el diario de Bowdern mencione elementos que vimos en pantalla grande. Por ejemplo, que Roland Doe hablara en latín durante los exorcismos, la aparición de marcas (algunas de palabras malditas) en su cuerpo, o que objetos se movieran sin que nadie les tocara.
Igual se describe cómo en las sesiones de exorcismo Roland estallaba de forma violenta, gritando y maldiciendo o hasta con la suficiente fuerza para soltar sus ataduras.
De acuerdo a la investigación de The Skeptical Inquirer: The Magazine for Science and Reason, Roland Hunkeler afirmó estar libre del diablo luego de tener visiones de San Miguel sosteniendo una espada de fuego.
Una nota del 20 de agosto de 1949 del Washington Post habla del caso de Roland Doe y lo califica como “quizás una de las experiencias más notables de su tipo en la historia religiosa reciente”.
A pesar del tenebroso incidente, Ronald Edwin Hunkeler se convirtió en un ingeniero de la NASA que patentó una tecnología especial para hacer que los paneles del transbordador espacial fueran resistentes al calor extremo. Así ayudó a las misiones Apolo de la década de 1960 que llevaron a los astronautas estadounidenses a la Luna en 1969.
Roland Hunkeler se retiró de la NASA en 2001, luego de trabajar casi 40 años en la agencia espacial.
Una pareja (que estuvo 29 años con Hunkeler) le dijo al NY Post que Roland siempre tenía nervios de que sus compañeros se enteraran de que fue la inspiración detrás de El Exorcista.
“En Halloween, siempre salíamos de casa porque pensaba que alguien vendría a su residencia y sabría dónde vivía y nunca le dejaría en paz”, dijo a The Post la mujer, que pidió no ser identificada.