Inestabilidad de cerro ya se había advertido: expertos

Noticias
/ 19 septiembre 2021

TLANEPANTLA, EDOMEX.- El Atlas Municipal de Riesgos 2018-2021 de Tlanepantla, según Proceso, ya advertía de “asentamientos bajo bloques potencialmente inestables” en dos secciones de la colonia Lázaro Cárdenas, donde ese desgajó Chiquihuite; incluso alertaba que mil personas estaban en riesgo... Nadie hizo nada.

En su edición de abril de 2019, el documento registra el peligro en la zona y da cuenta también de por lo menos tres incidentes y alertas de riesgo en el mismo polígono entre 2015 y 2016. A su vez, el Plan de Desarrollo Urbano del Municipio advierte que medidas, como algunos “muros de contención”, nunca se construyeron, menciona también la existencia de fallas y fracturas en una zona plagada de riesgos para cualquier persona.

Hoy, tras la avalancha de rocas que aplastó al menos cuatro viviendas y colapsó otra decena de ellas el viernes 10, lo que provocó la muerte de dos personas, lesiones en una más y la desaparición de otras dos, la incertidumbre prevalece entre las familias de 141 inmuebles. Las autoridades les piden desalojarlos de inmediato como medida preventiva, ante el riesgo de nuevos deslaves.

Los orígenes del siniestro pasan por la necesidad de la gente, dice, pero sobre todo por los traficantes de tierra, fraccionadores clandestinos, inmobiliarias voraces y políticos corruptos que han convertido los cerros que rodean la zona metropolitana del Valle de México —donde se concentra 70 por ciento de la población mexiquense— en auténticas “bombas de tiempo”.

En la actualidad, asegura, al menos cinco municipios de la región tienen apretados asentamientos sobre laderas, zonas minadas, áreas cavernosas, zonas de vías y pasos federal. Son Naucalpan, Ecatepec, Atizapán, Cuautitlán Izcalli y Tlalnepantla, donde son previsibles las tragedias si no se atiende la problemática urbana.

Tan sólo en el punto donde se desgajó el cerro del Chiquihuite, precipitando enormes rocas desde una altura de unos 300 metros, sobre los techos de docenas de casas sobrepuestas, viven alrededor de 3 mil 500 personas, cuyo peligro de ser arrastradas o aplastadas por los taludes es elevado, según Arturo Chavarría Sánchez, presidente del Colegio de Arquitectos Urbanistas del Estado de México.

El urbanista Chavarría Sánchez, quien ocupa una regiduría por Morena en el Ayuntamiento de Toluca, aseguró que el desorden urbano del Estado de México es resultado de una cadena de fenómenos de corrupción, más que de “fenómenos perturbadores”.

En esa cadena, según él, quienes quedaron atrapadas innumerables familias marginales, víctimas de la especulación y el tráfico de tierras. El proceso que se intensificó durante décadas y terminó por desbordarse durante los años ochenta y noventa en la zona metropolitana.

Al paso del tiempo, sin embargo y sin alternancia política real, los sistemas de corrupción imperantes en el Estado de México a todos los niveles, de acuerdo con Chavarría, terminaron por enterrar los buenos propósitos de generar un crecimiento ordenado en todo el territorio; los planes urbanos y los de protección civil cayeron en desuso y en algunos casos ya resultan inoperables ante la magnitud de los riesgos.

“Los planes municipales de desarrollo urbano no han dado resultado, porque se han convertido en menús a la carta para hacer grandes negocios, especular con la tierra, especular con el crecimiento, especular con el agua, con los bosques, con todo aquello de lo que se pueda sacar una ganancia”, expone el urbanista.

COMENTARIOS

Selección de los editores