Erupción submarina en El Hierro, ¿inicio de una nueva isla?

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La actividad volcánica de El Hierro podría dar origen a la octava isleta de las Canarias o ampliar una de las ya existentes
CIUDAD DE MÉXICO.- A tres meses de que el volcán submarino de El Hierro en España entrara en erupción, ahuyentando al turismo con los casi 12 mil temblores en los últimos meses, éste continúa en actividad, y algunos expertos consideran que incluso podría desembocar en la creación de una nueva isla.
La erupción de un volcán subterráneo podría dar origen a la octava de las islas Canarias, en España, o ampliar una de las ya existentes. Para algunos es un espectáculo colorido, para otros un duro trastorno en sus vidas.
El volcán submarino ya se ha elevado 100 metros sobre el fondo marino. Si continúa desarrollándose al mismo ritmo puede alcanzar por encima de la superficie del mar y así crear una nueva isla.
El volcán submarino ha estado activo durante varios meses y vomita a diario varias toneladas de lava que han formado una torre de 100 metros de altura sobre el fondo del mar, según los expertos.
Y en la superficie del agua hay ahora una cubierta de ceniza que ya es mayor que El Hierro. Si el volcán continúa creciendo se espera que salga a la superficie de aquí a 150 metros. Esto significaría que las Canarias por primera vez en más de un millón de años, recibirían una nueva isla.
El volcán submarino entró en erupción en octubre pasado, a cinco kilómetros de la costa sur de la isla de El Hierro, donde alguna vez desembarcó Cristóbal Colón, a unos 50 kilómetros al suroeste de su vecina más cercana, La Gomera, y a 100 kilómetros de distancia de Tenerife, la isla con mayor número de habitantes.
La boca de esta erupción no ha tenido lugar en tierra, sino en la porción submarina del edificio volcánico en El Hierro, por lo que el mar que rodea la isla, además de ser escenario de un espectáculo de luces durante las últimas semanas, también ha alterado la vida marina quitando la vida a los peces, reduciendo el turismo y perturbando la vida diaria de los habitantes de La Restinga, un poblado al sur de la isla.
"Cuando se tiene una erupción en la parte sumergida del edificio, hay una gran descarga de gases volcánicos que tienen carácter ácido y que reaccionan con el agua de mar que es alcalino", dijo en entrevista con Excélsior Nemesio Pérez, coordinador científico del Instituto Vulcanológico de Canarias.
"Esa reacción de neutralización entre algo que es muy ácido y alcalino, hace que baje mucho el pH del agua del mar que oscila los 8.1 puntos, esta gran descarga de gases ácidos provocó que el pH del "mar de las calmas" -zona afectada- descendiera en casi 3 unidades", explicó.
"Es un proceso natural donde se descargan gases volcánicos muy ácidos que reaccionan con el mar y la interacción de esos gases ácidos, que son fundamentalmente de azufre y dióxido de carbono generan condiciones muy distintas, lo que hace que la actividad biológica del mar varíe considerablemente ", detalló.
Pérez estudió vulcanología en Japón y Estados Unidos antes de volver a su tierra en 1997 para ayudar a mejorar la red de supervisión de la actividad volcánica en el archipiélago.
Acorde con el Plan de Protección Civil por Riesgo Volcánico (Pevolca), el pH del agua del mar ha variado desde los 7.97 a los 5.45 a cinco metros de profundidad en la zona de la erupción volcánica.
Esto significa que el medio está soportando una concentración de ácidos mil veces mayor a la normal, ya que en la escala de pH cada variación de un punto equivale a un nivel 10 veces mayor.
El pH es la unidad utilizada para medir el grado de acidez que puede ir del 1 al 14 y en la que el 5.5 se considera el valor neutro. Los elementos ácidos como el vinagre o el jugo de limón tienen un valor bajo, mientras que las llamadas alcalinas o bases tienen valores que superan seis puntos.
Para poder llegar a El Hierro, declarada reserva de la biosfera por la UNESCO, se puede tomar un barco desde Tenerife o en avión. Las líneas aéreas que operan en la isla, así como sus casi 11 mil habitantes han sido advertidos sobre un posible desalojo, por lo que mantienen a la mano una maleta con documentación personal, ropa cómoda y teléfono celular.
Después de semanas de incertidumbre provocada por la fase eruptiva submarina, los herreños vuelven poco a poco a la vida normal con bajas en el turismo y sin poder pescar.
En tanto, los vecinos de La Restinga han tenido que ser desalojados en tres ocasiones, mientras que los movimientos sísmicos, aunque de poca dimensión, no han parado desde julio pasado.
 "La magnitud que le podemos dar a este tipo de erupciones es relativamente baja", dijo Pérez.
El investigador especificó que de existir un escenario en que se favorezca la interacción del agua con el magma podría cambiar la estabilidad presentada en los últimos días por lo que podría volverse más explosivo.
La llamada crisis sísmica comenzó desde julio en El Hierro y a pesar de que los terremotos no eran muchos, el Instituto Geográfico Nacional de España decidió desplegar una red de instrumentos por la isla para mejorar la capacidad de registro de los movimientos sísmicos que ha ayudado a localizar los miles de terremotos de baja intensidad.
Pérez, reconocido como una autoridad en la investigación de los volcanes de las Canarias, aseguró a este diario que las especulaciones sobre una posible nueva isla son falsas en un corto plazo.
"Es muy difícil que esta actividad genere una nueva isla o un nuevo islote. Hablar de una isla sería demasiado fuerte, ésta es una erupción fisural basáltica como las que ocurren en la parte subaérea de la isla".
Acorde con los últimos informes del Instituto Geográfico Nacional, dados a conocer por el Pevolca, se espera una reducción lenta de los sismos. Los últimos días, sólo se registraron dos en la zona del Golfo, al noroeste de Frontera, con magnitudes de 1.9 y 1.6 en la escala Richter y a una profundidad de 15 y 17 kilómetros, a diferencia de los 400 registrados en un solo día antes de la erupción.
Pero una probable nueva isla no nace sin consecuencias. En parte han tenido que redirigir el tráfico aéreo y marítimo después de que científicos descubrieron grandes cantidades de ceniza en el aire. En la enorme capa de ceniza que cubre la superficie del mar burbujean arriba peces muertos con el gas del volcán.