Encierro de una anciana escandaliza a China

Internacional
/ 17 enero 2017

Hijo asegura que fue por su voluntad

PEKÍN.- La piedad filial, virtud confuciana por excelencia, es una de las más apreciadas en la cultura china. El respeto a los padres pesa en general mucho a la hora de tomar todo tipo de decisiones, y un no de los progenitores puede significar el fin de una relación amorosa o la renuncia a esa beca para estudiar en el extranjero.

Probablemente por ello las redes sociales han hervido de una indignación especial en los últimos días acerca de la historia de la señora Yang, una anciana de 92 años. Su hijo y su nuera la habían confinado a vivir en lo que los medios han descrito como la pocilga de su casa en Guangxi.

Un vídeo que se ha hecho viral muestra a la mujer encerrada tras una reja en un espacio de apenas 10 metros cuadrados, de paredes de piedra desnudas. La anciana, que dormía en un banco de madera en la habitación, aparece en los huesos.

Según el Southern Morning Post, el hijo de Yang asegura que ese espacio es una cocina y que fue su madre quien decidió mudarse a ese lugar, porque padece de incontinencia y “le preocupaba que la casa empezara a oler mal”.

El diario también afirma que cuando empezaron a circular las noticias sobre la condición de la anciana, las autoridades locales acudieron a interesarse por ella y dieron la orden a la familia de permitirle que volviera a vivir en el interior de la casa. La anciana fue trasladada para su tratamiento al hospital comarcal.

Aunque los internautas chinos han reaccionado con ira a la situación de la señora Yang —“espero que sus hijos reciban el mismo trato que ella cuando se hagan ancianos”, es un comentario que se repite en las redes sociales—, no es el único caso de abandono o malos tratos a ancianos por parte de su familia. En 2014, una mujer de 90 años murió de hambre en Henan cuando su familia la encerró un mes.

Una serie de casos de abandono y malos tratos a los mayores llevó a China a aprobar en 2013 su Ley de Protección de los Ancianos, que entre otras cosas obliga a los hijos a visitar “con frecuencia” a sus padres mayores. Aunque no especifica con qué asiduidad. Entonces, una encuesta indicaba que un 33,4% de los consultados solo visitaba a sus padres una vez al año, y un 11,9% llevaba años sin verlos. M
 

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