Incursión en Kursk busca ‘colchón’ contra nuevos ataques rusos desde su territorio: Zelenski

Internacional
/ 18 agosto 2024

Tan solo este fin de semana, las fuerzas de Kiev destruyeron dos importantes puentes, lo que podría complicar el abastecimiento a las fuerzas de Putin

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, dijo el domingo que la incursión militar de su país en la región rusa de Kursk tiene por objeto crear una zona de amortiguación para impedir nuevos ataques de Moscú a través de la frontera.

Es la primera vez que Zelenski aborda claramente el objetivo de la operación, la cual fue lanzada el 6 de agosto. Anteriormente, había dicho que la operación pretendía proteger a las comunidades de la región fronteriza de Sumy de los constantes bombardeos.

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Zelenski indicó en su discurso nocturno que “ahora nuestra tarea principal en las operaciones defensivas en general es: destruir todo el potencial bélico ruso posible y llevar a cabo el máximo de acciones contraofensivas. Esto incluye la creación de una zona de amortiguación en el territorio del agresor: nuestra operación en la región de Kursk”.

Durante el fin de semana, Ucrania destruyó un puente crucial en la región de Kursk y ha atacado otro cercano, lo que trastoca las rutas de suministro rusas, dijeron funcionarios.

Blogueros militares rusos partidarios del Kremlin reconocieron que la destrucción del primer puente, que cruzaba el río Seim cerca de la localidad de Glushkovo, complicará la entrega de suministros a las fuerzas rusas que repelen la incursión ucraniana, aunque Moscú aún podría utilizar puentes flotantes y puentes más pequeños en la zona. El jefe de la fuerza aérea ucraniana, el teniente Mykola Oleshchuk, publicó el viernes un video de un ataque aéreo ucraniano que rompía la estructura en dos.

Menos de dos días más tarde, tropas ucranianas golpearon otro puente en Rusia, según Oleshchuk y el gobernador regional ruso, Alexei Smirnov.

Para el domingo por la mañana no había reportes oficiales sobre dónde se había producido exactamente el ataque del segundo puente. Canales de Telegram rusos afirmaban que se había golpeado un segundo puente sobre el Seim, en la población de Zvannoe.

Según el sitio web de noticias ruso Mash, los ataques dejaban apenas un puente intacto en la zona. The Associated Press no pudo verificar de inmediato estas afirmaciones, pero de confirmarse, los ataques ucranianos habrían complicado los esfuerzos de Moscú para reforzar su contingente en Kursk y evacuar a los civiles.

Glushkovo se encuentra unos 12 kilómetros al norte de la frontera ucraniana y aproximadamente 16 km al noroeste de la principal zona de combate en Kursk. Zvannoe está otros 8 km más al noroeste.

Kiev había dado poca información sobre los objetivos de su operación en Rusia, el mayor ataque al país desde la Segunda Guerra Mundial, que tomó por sorpresa al Kremlin e hizo que decenas de pueblos y cientos de prisioneros quedaran en manos de Ucrania.

$!Imágenes obtenidas por The Associated Press muestran la destrucción de uno de los puentes en la región de Kursk.

Los ucranianos se adentraron en la región de Kursk en varias direcciones, encontrando poca resistencia y sembrando pánico y caos mientras decenas de miles de civiles huían. El comandante en jefe de Ucrania, el general Oleksandr Syrskyi, afirmó la semana pasada que sus fuerzas habían avanzado sobre mil km cuadrados en la región de Kursk, aunque no era posible verificar de forma independiente qué terreno controlaban las tropas ucranianas.

BIELORRUSIA SE ACTIVA

Por su parte, Bielorrusia ha desplegado “casi un tercio” de su ejército a lo largo de su frontera con Ucrania, según el presidente Alexander Lukashenko.

Lukashenko declaró a la televisión estatal rusa que Minsk respondía al despliegue de más de 120 mil soldados ucranianos en la frontera de mil 84 kilómetros. El ejército profesional de Bielorrusia cuenta con más de 60 mil efectivos.

El portavoz de las fuerzas fronterizas ucranianas, Andrii Demchenko, declaró el domingo que no había observado ningún indicio de concentración bielorrusa.

Lukashenko, quien se encuentra en el poder desde hace tres décadas, ha contado con el apoyo de Rusia para reprimir las mayores protestas de la era postsoviética de Bielorrusia tras su reelección en 2020, la cual fue considerada una farsa tanto en su país como en el extranjero. Permitió que las tropas rusas utilizaran el territorio de Bielorrusia para invadir Ucrania y dejó que Moscú desplegara algunas armas nucleares tácticas en su suelo.

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