Kasich promete luchar hasta la Convención tras ganar a Trump en Ohio

Internacional
/ 15 marzo 2016

El gobernador de Ohio, John Kasich, prometió hoy luchar hasta la Convención Nacional republicana de julio, tras lograr una victoria crucial en su estado frente al magnate Donald Trump

El gobernador de Ohio, John Kasich, prometió hoy luchar hasta la Convención Nacional republicana de julio, tras lograr una victoria crucial en su estado frente al magnate Donald Trump.

"Mañana voy a Filadelfia y después por todo el país, vamos a llegar a Cleveland (donde se celebra la Convención) y asegurar la nominación (presidencial) republicana", anunció jubiloso Kasich en su discurso de celebración en la Universidad Baldwin Wallace, en Berea (Ohio).

Esta es la primera victoria de Kasich en el proceso de primarias y "caucus" que abrió Iowa el 1 de febrero, pero representa un triunfo vital para su continuidad en la campaña y para evitar que Trump se haga con los 1.237 necesarios para alcanzar la nominación.

Fiel al estilo conciliador y positivo de su campaña, Kasich no se refirió en su discurso a Trump ni a ninguno de sus rivales más allá de reconocer la labor del senador Marco Rubio, que abandonó hoy la campaña.

A la victoria de Kasich no solo contribuyó su popularidad como gobernador de segundo mandato sino también el llamado de la campaña de Rubio a votarle para frenar a Trump y también una cierta movilización de demócratas que votaron en las primarias republicanas para evitar que el magnate sea el nominado.

Tras la retirada de Rubio ante su rotunda derrota en Florida, Kasich se queda en la campaña como único candidato con el apoyo del núcleo tradicional del partido.

"No tomaré el camino más fácil para llegar a la oficina más importante del mundo", prometió el gobernador, una frase que pudo leerse como una declaración de principios en una de las campañas republicanas más belicosas que se recuerdan.

Kasich también hizo un guiño a los votantes indignados del cinturón industrial en el que él creció y entre los que Trump tiene un gran predicamento.

"Entiendo que la gente esté enfadada, yo crecí en estos estados, yo os represento, olvidad los sondeos, yo os represento", dijo.

El gobernador mira ahora a estados del noreste como su Pensilvania natal, que reparte 71 delegados, para remontar del último puesto en el recuento en el que se encuentra ahora.

Kasich tiene 129 delegados, frente a los 370 de Ted Cruz y los 568 de Trump, de los 1.237 necesarios para asegurar la nominación presidencial republicana.

La esperanza del "establishment" republicano no es que Kasich haga algo matemáticamente imposible como vencer a Trump, porque los 1.000 delegados que quedan en juego no son suficientes para que lograra una mayoría ni en el mejor de los escenarios.

Lo que busca el aparato republicano, y también Kasich, es evitar que el magnate se haga con la mayoría y, por tanto, el candidato se elija en una convención disputada.

Ese escenario, que no ocurre desde 1976 y que cada vez es más plausible, al no tener nadie la mayoría, los delegados votarían libremente y podría incluso presentarse un candidato que no haya participado en las primarias.

En este tercer supermartes votaron los estados de Carolina del Norte, Misuri, Illinois, Florida y Ohio, con 367 delegados en juego para los republicanos y 691 para los demócratas, de los 1.237 y 2.383 necesarios para asegurar la nominación, respectivamente. 

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