Nuevo revés judicial a la orden antimigrante de Donald Trump

Internacional
/ 10 febrero 2017

La noche de este jueves, el panel de tres jueces del Tribunal Federal de Apelaciones emitió un fallo unánime rehusando reactivar la orden ejecutiva prohibiendo temporalmente el ingreso de personas provenientes de siete países mayoritariamente musulmanes

El presidente Donald Trump sufrió una derrota ante los jueces que ha despreciado durante los últimos días los cuales fallaron contra reactivar su orden ejecutiva anti-musulmana, firmó otra orden ejecutiva declarando guerra a los cárteles, su nuevo procurador general reveló que no sabe cuál es la tasa delictiva en su país, y su consejera fue culpada de violar las reglas de conducta oficial.

La noche de este jueves, el panel de tres jueces del Tribunal Federal de Apelaciones emitió un fallo unánime rehusando reactivar la orden ejecutiva prohibiendo temporalmente el ingreso de personas provenientes de siete países mayoritariamente musulmanes y congeló el programa de ingreso de refugiados de todas partes del mundo. El asunto fue limitado a si la orden permanecía suspendida bajo el fallo de un juez federal mientras tribunales inferiores continúan evaluando su legalidad.

La decisión de esta noche era no revertir ese fallo anterior, al cual Trump llamo “ridículo” y responsabilizó a ese “disque juez” de poner en riesgo la seguridad del país. Esta semana, Trump había cuestionado la imparcialidad y la capacidad mental de los jueces de apelación, asombrando a legisladores, expertos y hasta a su propio nominado a la Suprema Corte.

Ahora todo indica que la disputa ahora será llevada por Trump ante la Suprema Corte.

El fallo cuestionó las premisas del presidente de que la prohibición era justificada por “seguridad nacional”, señalando que el gobierno no presentó prueba alguna de que alguien de esos siete países había cometido un acto terrorista en este país, más aún, rechazó el argumento de la Casa Blanca que los tribunales no tienen derecho de evaluar las decisiones de seguridad nacional de un presidente. Subrayaron que “es incuestionable que el poder judicial federal retiene la autoridad de adjudicar retos constitucionales a las acciones ejecutivas”.

El trío de jueces de apelación rechazó la posición del gobierno de que las decisiones ejecutivas sobre política migratoria, particularmente cuando son motivadas por seguridad nacional, no pueden ser evaluadas por el poder judicial, aun si estas potencialmente son contrarias a los derechos constitucionales.

Poco después de que el fallo fue emitido, Trump de inmediato lo descalificó como “una decisión política” continuando con su guerra contra jueces que se atreven enfrentar sus ordenes. Y por supuesto envío un tuit: todo en altas: “nos vemos en el tribunal, la seguridad de nuestra nación está en juego”. Se supone que se refiere a la Suprema Corte.

En otra disputa relacionada con asunto judiciales, Trump acusó a un senador de “haber mal representado” los comentarios de su nominado a la máxima corte, Neil Gorsuch, quien había expresado que los ataques del presidente contra jueces eran “descorazonadores”. Sin embargo, otros presentes confirmaron que el juez sí expresó esa opinión.

A pesar de su suerte con algunas de sus ordenes ejecutivas, Trump no ha perdido su apetito por ellas. Este jueves firmó otras tres sobre el tema del crimen, la primera instruyendo al gobierno a proceder contra los cárteles y el crimen organizado que “se ha extendido por la nación, amenazando la seguridad de Estados Unidos y sus ciudadanos”. Acusó que además de promover “el crimen, la corrupción, violencia y miseria”, el narcotráfico de los cárteles ha detonado un incremento “en abuso mortal de drogas y el incremento correspondiente en crimen violento relacionado a las drogas”. Propone una manera “integral y decisiva para desmantelar” al crimen organizado.

Pero la orden, mas allá de afirmar que se redoblarán esfuerzos para atacar a las organizaciones criminales trasnacionales, contiene pocos detalles de cómo se realizará todo esto más allá de “mayor coordinación” y “cooperación” (https://www.whitehouse.gov/the-press-office/2017/02/09/presidential-executive- order-enforcing- federal-law- respect-transnational).

En la ceremonia de la firma de estas ordenes también juramentó a su recién ratificado procurador general Jeff Sessions. Poco después el nuevo encargado del sistema de justicia hizo comentarios ante los medios donde afirmó que “tenemos un problema de crimen”, e indicó que sospechaba que el alza en la tasa de crimen es una “tendencia peligrosa permanente”.

Pero las estadísticas oficiales -del FBI- sobre la tasa de crímenes violentos está a la mitad de lo que estaba hace 15 años, y la tendencia ha bajado cada año de manera consistente con la excepción de un pequeño incremento entre 2014 y 2015.

Mientras evoluciona la gran confrontación de poderes y el debate sobre el crimen, estalló este jueves otro escándalo cuando la consejera del presidente, y su ex coordinadora de campaña Kellyanne Conway, cometió una violacion de las normas de ética de funcionarios públicos al promover la mercancía de Ivanka Trump, la hija de su jefe. En entrevista con Fox News sobre el asunto de que una tienda departamental había dejado de vender las prendas de la marca Ivanka Trump y cómo su padre expresó su disgusto, Conway dijo “vayan a comprar las cosas de Ivanka es lo que yo diría… yo voy hacer un comercial gratis aquí: vayan a comprarla hoy, todos. Lo pueden encontrar en línea”.

Los funcionarios públicos no pueden usar sus puestos para endosar o promover un producto en particular -aun menos cuando es de la empresa de la hija del presidente-, coincidieron expertos.

El presidente del Comité de Supervisión Gubernamental de la cámara baja, el republicano Jason Chaffetz declaró que “eso estaba mal, mal, mal. Es completamente inaceptable”, y él y colegas enviaron una carta a la oficina de Ética en el gobierno solicitando una investigación. El vocero Sean Spicer se limitó a declarar que su colega había sido “aconsejada” sobre el asunto.

Para acabar, Trump continuó con su beligerancia verbal no solo contra jueces y demócratas, sino contra legisladores de su propio partido que se atreven a criticarlo. En respuesta a la crítica de McCain de que la misión militar en Yemen que resultó en un militar estadunidense muerto (y unos 16 civiles) aprobada por Trump había sido “un fracaso”, el mandatrio tuiteó que eso solo “envalentonó al enemigo”. Y continuó atacando al héroe militar condecorado y prisionero de guerra en Vietnam, afirmando que el senador “no debería de estar hablando de éxito o fracaso de una misión ante los medios…. él ha estado perdiendo durante tanto tiempo que ya no sabe cómo ganar”.

Vale señalar que McCain es el presidente del Comité de Fuerzas Armadas del Senado y ex candidato presidencial de su partido. Mas aún, señalaron sus colegas como analistas, el que está cuestionando el conocimiento militar de McCain es un hombre que evadió, en cinco ocasiones, cumplir con su servicio militar en Vietnam.

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