Papa Francisco con un tocado indígena genera varias reacciones en Canadá

El jefe Wilton Littlechild, quien asistió a uno de los internados involucrados en los abusos contra los niños indígenas, entregó al Pontífice el tocado colocándoselo en la cabeza en medio de los cánticos de una audiencia en Maskwacis, Alberta, en la había varias víctimas de los internados.

Tanto el Vaticano como el papa apreciaron este gesto: Francisco besó las manos de Littlechild después de recibir el tocado, algo que ya hecho anteriormente como una señal de respeto a los supervivientes del Holocausto, y que hizo en este viaje por las víctimas de los internados.

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En este sentido, el Vaticano entendió el significado simbólico del momento decidió publicar la foto en la portada del periódico vaticano L’Osservatore Romano con el titulo; “Pido perdón humildemente”.

Históricamente los tocados vistos como un símbolo de respeto y son llevados por los jefes de guerra y los guerreros de los pueblos indígenas. Para muchas tribus cada pluma colocada en un tocado tiene un significado y ganaba mediante un acto de compasión o valentía.

Sin embargo, el gesto de Littlechild hacia e papa Francisco no fue del agrado de todos. Para algunos miembros de tribus indígenas expresaron que les parecía incongruente debido a las agresiones cometidas en el pasado en los internados administrados por la Iglesia y por las que el Pontífice se disculpó.

Russ Diabo, miembro de la tribu mohawk de Kahnawake, en Canadá, y defensor de los indígenas, describió la escena como una “pompa”, y las declaraciones del papa como “fáciles”.

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En este sentido, Diabo escribió en su cuenta de Twitter que se trataba de “la Iglesia católica y Canadá colaborando en la creación de una mitología para una agenda compartida de ‘reconciliación’ narrada por prominentes colaboradores federales/víctimas de los internados”.

Así también, Joe Horse Capture, vicepresidente de las colecciones nativas y curador de Historia y Cultura de los Indígenas Americanos en el Museo Autry del Oeste Americano en Los Ángeles tuiteó “Tengo muchas cosas que decir sobre esto, y todas ellas negativas” .

Así mismo, Horse Capture, miembro de la nación A’aniiih expresó “Estoy practicando el mantra ‘Si no puedes decir nada positivo, no digas nada’. Pero voy a ser sincero, ¡es difícil!”.

En tanto, Maka Black Elk, director ejecutivo de Truth and Healing en la Red Cloud Indian School de Pine Ridge, Dakota del Sur, también en su cuenta Twitter escribió que “el discurso en torno al tocado del papa Francisco es desafortunado”. “Él no lo pidió. No fue su culpa. Pero también está claro que quienes se lo regalaron no tuvieron en cuenta cómo haría sentir a otros indígenas”, añadió.

Por su parte, Black Elk en una entrevista telefónica comentó que las reacciones mixtas generadas por la colocación del tocado en la cabeza del papa “reflejan la realidad de los pueblos indígenas y nuestra necesidad de entablar más diálogo”, dijo. “Creo que el jefe Littlechild consideró que era importante honrar este momento, y este fue un momento significativo”, añadió.

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Mientras que, una vocera de Littlechild no respondió a una solicitud de comentarios.

Por otra parte, Keeshon Littlechild defendió en Facebook a su abuelo por haber regalado a Francisco uno de sus muchos tocados.

“Me molesta ver cómo la gente ataca a mi abuelo y entiendo el respeto que se necesita para recibir uno, pero al fin y al cabo fue él quien mostró respeto al papa por venir hasta Maskwacis para disculparse”, escribió en su cuenta de la red social.

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Otro que salió en también defendió de Littlechild fue Phil Fontaine, exjefe de la Asamblea de Primeras Naciones y víctima de un internado.

“El jefe Littlechild siguió sus protocolos”, aseguró Fontaine. “Hay un protocolo para ese tipo de regalos. Acudió a los ancianos, fue con los dirigentes y pidió permiso para hacer ese regalo. Es totalmente coherente con la forma en que siguen sus costumbres y el protocolo aquí”, añadió.

También Jon Crier, un anciano de las Primeras Naciones y víctima de uno de los internados, expresó en una conferencia de prensa después de la disculpa que el gesto significaba que los jefes indígenas “lo adoptaron como uno de nuestros líderes en la comunidad”.

“Es honrar al hombre, es honrar el trabajo que ha hecho y también es reconocer... que aquí hay un hombre que pertenece a nuestra tribu”, comentó Crier.

Por último, también Marie-Anne Day Walker Pelletier, exjefa de la nación Okanese, salió en defensa de Littlechild y expresó a CTV: “Me pareció muy bien. Supongo que ahora es el jefe de todos los jefes”.

Con información de la Agencia The Associated Press.