Trump quiere aumentar las detenciones y deportaciones, pero la logística es un reto

Internacional
/ 6 marzo 2025

Casi todas las semanas desde que asumió el cargo, el presidente Donald Trump ha llamado a Thomas Homan, el ejecutor de su programa de inmigración, en busca de información actualizada sobre las deportaciones masivas

Por Hamed Aleaziz y Zolan Kanno-Youngs

Dentro del gobierno, existe una creciente frustración por el ritmo de las detenciones y deportaciones, incluso mientras Trump moviliza todo el gobierno federal para realizar la mayor operación de deportación de la historia de EE. UU.

Casi todas las semanas desde que asumió el cargo, el presidente Donald Trump ha llamado a Thomas Homan, el ejecutor de su programa de inmigración, en busca de información actualizada sobre las deportaciones masivas.

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¿Cómo van las cosas en la frontera? ¿Cómo van las cifras de detenciones? ¿Las ciudades santuario siguen obstaculizando las operaciones?

La típica respuesta de Homan sirve como una especie de control de la realidad para el presidente, cuya promesa electoral de deportar a millones de personas está chocando con las dificultades prácticas de detener a los inmigrantes y luego transportarlos por todo el mundo.

“Tenemos que aumentar las detenciones”, dijo Homan que le ha dicho a Trump, relatando sus conversaciones en una entrevista con The New York Times. “No son lo suficientemente elevadas”.

Dentro del gobierno, existe una creciente frustración por el ritmo de las detenciones y deportaciones, incluso mientras Trump moviliza todo el peso del gobierno federal tras su misión de realizar la mayor operación de deportación de la historia de Estados Unidos.

Homan reconoció que no podía predecir el número de personas que el gobierno deportaría este año, citando la escasez financiera del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por su sigla en inglés).

“Cuanto más dinero tengamos, más éxito tendremos”, dijo. “Así que la gente siempre me pregunta: ‘¿A cuántos crees que puedes detener? Yo digo que no tengo ni idea”.

Hasta ahora, los datos federales muestran que el gobierno ha realizado casi 23.000 detenciones en el último mes, lo que implica un fuerte aumento en comparación con el gobierno de Joe Biden. Pero las detenciones diarias han disminuido desde que los agentes de inmigración comenzaron a operar en los primeros días del mandato de Trump. Y las expulsiones no han seguido el ritmo del número de detenciones, lo que significa que ha aumentado el número de personas que esperan en los centros de detención del ICE, poniendo a prueba los recursos.

Hasta ahora, Trump se ha mostrado satisfecho con los avances en la reducción del número de cruces fronterizos hasta mínimos históricos, según afirman personas familiarizadas con sus opiniones. Pero el ritmo de las deportaciones ha sido una fuente de irritación sobre todo para Homan y Stephen Miller, el arquitecto de las agresivas políticas de inmigración del presidente, quien sabe que el tiempo corre en su contra para cumplir el plan del mandatario.

Un bombardeo de relaciones públicas

La frustración bipartidista con la inmigración ayudó a impulsar el regreso de Trump a la Casa Blanca en noviembre, y sus asesores se han asegurado de promover sus duras medidas.

Los asesores de Trump permitieron que Phil McGraw, el famoso “Dr. Phil”, presentador de un programa de entrevistas, los acompañara durante las redadas de deportación en Chicago. La Casa Blanca publicó lo que denominó un video “ASMR” de agentes del ICE preparando los grilletes mientras se conducía a la gente a un vuelo de deportación. Además, el gobierno ha reclutado a agentes del FBI y de otras agencias federales para ayudar a detener a personas y enviarlas a Guantánamo, Cuba, en vuelos militares.

Kush Desai, portavoz de la Casa Blanca, dijo en un comunicado que “tras cuatro años de incompetencia absoluta del gobierno de Biden, el gobierno de Trump ha restablecido la aplicación de las leyes de inmigración de Estados Unidos sin tonterías”.

Pero las redadas de inmigración no siempre salen según lo previsto.

En febrero, Homan se presentó ante agentes del ICE con un equipo de noticias de televisión antes de una operación de deportación contra miembros de bandas en Aurora, Colorado. Trump dijo durante la campaña presidencial que Aurora había sido tomada por multitudes de delincuentes, a pesar de que los funcionarios del lugar dijeron que su caracterización no se basaba en la realidad.

La operación fue un fracaso. Cientos de agentes de la ciudad acabaron deteniendo a unas 30 personas, según Homan. Y no fue solo en Aurora. En San Diego, algunos agentes del FBI a quienes se encargó que ayudaran al ICE se han sentido frustrados por haber sido desviados de sus tareas todos los días durante el último mes solo para producir algunas detenciones, según funcionarios familiarizados con el asunto. También se ha pedido a los agentes del FBI que ayuden a identificar la ubicación de los inmigrantes que se encuentran de manera ilegal en el país, según los funcionarios.

Y en la oficina de campo de Washington, D. C., los agentes y analistas del FBI han expresado su frustración por hacer trabajo de inmigración en lugar de perseguir amenazas a la seguridad nacional, como vigilar a los agentes de inteligencia rusos que operan en Estados Unidos, dijo un exfuncionario estadounidense familiarizado con la situación.

Las detenciones del ICE en las comunidades consumen un tiempo y unos recursos enormes. Los agentes pasan semanas investigando a los inmigrantes de sus listas de objetivos, trazando un mapa de sus ubicaciones y hábitos. Cada objetivo requiere varios oficiales y agentes y, a menudo, horas de espera.

En los últimos años, los activistas de los derechos de los inmigrantes han enseñado a la gente que, de hecho, no tienen que abrir la puerta a los agentes del ICE. En su lugar, pueden esperar adentro e ignorar las peticiones. Homan ha dicho que el gobierno solicitará más órdenes judiciales firmadas por jueces federales para poder entrar en los domicilios.

El ICE preferiría recoger a los inmigrantes indocumentados en las cárceles y prisiones de todo Estados Unidos. Pero las llamadas ciudades santuario limitan el grado en que las fuerzas de seguridad locales pueden cooperar con los agentes federales de inmigración, con el objetivo de garantizar que las comunidades de inmigrantes se sientan seguras para hablar con las fuerzas de seguridad locales.

Deportar a los inmigrantes también puede plantear retos diplomáticos. Estados Unidos ha tenido problemas para conseguir suficientes aviones y acuerdos de deportación con otros países para devolver eficazmente a las personas a sus países de origen.

Aumentar las detenciones

Sin embargo, el gobierno de Trump está centrado en aumentar el número de detenciones.

Para ello, los asesores del presidente han reorganizado la dirección del ICE. Según documentos obtenidos por The New York Times, están considerando la posibilidad de deportar a terceros países a quienes se haya comprobado que tienen un temor legítimo a la tortura en sus países de origen. Homan dijo que el gobierno también podría reinstaurar la práctica de detener a familias de inmigrantes, una táctica que ha sido criticada por la preocupación de que detener a los niños, incluso con sus padres, pueda causar daños permanentes en su desarrollo.

“Necesitamos centros residenciales para familias”, dijo Homan, y añadió que se está considerando reabrir los centros de detención de Dilley y Karnes City, Texas. “Es una opción. Tenemos muchas opciones sobre la mesa”.

Para enfrentar la escasez de camas de detención, el gobierno está considerando la posibilidad de utilizar centros militares en todo el país, un uso excepcional de los recursos en tiempo de guerra.

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) también está presionando al Servicio de Impuestos Internos para que entregue las direcciones de cientos de miles de personas que quiere deportar, en una petición que podría violar las leyes de privacidad del contribuyente.

Pero sin una ayuda sustancial del Congreso, la ambición de Trump de realizar deportaciones masivas es improbable, según dicen exfuncionarios del ICE.

“Tienen las manos atadas”, dijo William Figueroa, quien fue agente de deportación del ICE durante 35 años. “No hay suficientes agentes y no hay suficientes oportunidades para atrapar a estas personas”.

No está claro cuánto se puede hacer legislativamente. Aunque el partido de Trump controla la Cámara de Representantes y el Senado, los republicanos han discrepado sobre la mejor estrategia.

Antiguos y actuales funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional dicen que la presión para aumentar las detenciones es palpable y que a algunos les preocupa que los objetivos gubernamentales no se ajusten a la realidad. Otros afirman que la cultura del miedo se ha extendido por toda la agencia, y que el DHS incluso ha amenazado con someter a los empleados a pruebas de detección de mentiras para reprimir las filtraciones.

Russell Hott, quien era el jefe del ala de deportación del ICE antes de ser reasignado el mes pasado, ha reconocido que el personal de la agencia estaba tenso.

“Sé que han sido tiempos difíciles, profesional y personalmente, para muchos de ustedes, sobre todo para los que trabajan en el terreno”, dijo Hott en un correo electrónico en el que informaba a los agentes que dejaba su cargo. “La fatiga y el estrés son inherentes a nuestro trabajo, especialmente a medida que se han intensificado las operaciones”.

Los asesores de Trump ahora buscan grupos adicionales de personas a las que puedan deportar rápidamente.

El gobierno revocará pronto el estatus legal de las personas que se inscribieron en un programa de la era Biden que permitía a los inmigrantes que huían de cuatro naciones con problemas permanecer en el país de forma temporal y legal, según un funcionario familiarizado con el asunto. Los inmigrantes de ese programa que no soliciten otra forma de protección serían deportados.

“El deseo de Trump de aumentar el número de personas encerradas en centros de detención contrasta profundamente con las exigencias de las comunidades locales en las que se acoge y valora a los inmigrantes”, dijo esta semana en un comunicado Marcela Hernandez, directora de organización de la organización de defensa Detention Watch Network. “Está claro que Trump aprovechará cualquier oportunidad para demonizar a los inmigrantes, al tiempo que socava lo que las comunidades quieren y necesitan. Este momento exige una protesta nacional”.

En una señal de la creciente sensación de urgencia, el gobierno de Trump también está considerando medidas con la esperanza de que los inmigrantes simplemente decidan marcharse por su cuenta. Una campaña publicitaria multimillonaria del Departamento de Seguridad Nacional advierte a los inmigrantes que abandonen el país o serán “cazados”.

c. 2025 The New York Times Company

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