Amenazado por los aranceles de Trump, México apoya a su presidenta y acoge el nacionalismo

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Como Trump ha vuelto a apuntar a México, utilizando el martillo de los aranceles como herramienta de negociación, se ha reforzado un sentimiento de nacionalismo mexicano
CIUDAD DE MÉXICO- Los fuertes aranceles ordenados por el presidente de EE.UU. empezaron a aplicarse el martes temprano, pero en las semanas previas, los índices de aprobación de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, subieron y las empresas empezaron a comercializar productos “Hechos en México”.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, se puso de pie bajo una bandera mexicana gigante y ante los soldados en una instalación militar de Ciudad de México. El mes pasado fue el Día de la Bandera y aprovechó su discurso para, en sentido figurado y literal, reunirse en torno a ella.
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“A México se le respeta”, dijo, añadiendo después: “Su pueblo es valeroso. Sabemos que cuando nuestro pueblo se une en torno a su historia, su patria y su bandera, no hay fuerza en el mundo que pueda doblegar su espíritu”.
Los tiempos han cambiado, dijo: México no se doblegaría ante gobiernos extranjeros.

Dadas las circunstancias —los fuertes aranceles impuestos por el presidente Donald Trump contra México entraron en vigencia a primera hora del martes— la óptica de Sheinbaum era apropiada. Como Trump ha vuelto a apuntar a México, utilizando el martillo de los aranceles como herramienta de negociación, se ha reforzado un sentimiento de nacionalismo mexicano.
El gobierno y las empresas mexicanas han reavivado la campaña “Hecho en México”. Algunos mexicanos han llamado a boicotear empresas y productos estadounidenses, mientras que otros han elaborado listas de tiendas y marcas mexicanas a las que apoyar en lugar de las estadounidenses.
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Sheinbaum aparece con frecuencia en la portada de los periódicos locales con miembros del ejército del país o delante de una bandera mexicana gigante. Las empresas privadas han sacado anuncios nacionalistas, uno de ellos con la presidenta dirigiendo a las masas y portando una pancarta que dice: “¡México unido, jamás vencido!”.
Por su parte, Sheinbaum, quien ha intentado balancear un discurso pro-México mientras aboga por un diálogo de cooperación con las autoridades estadounidenses, ha visto aumentar sus índices de aprobación hasta un 80 por ciento, según una encuesta. No solo ha sucedido a un presidente popular, Andrés Manuel López Obrador, que remodeló la política mexicana y fue su mentor, sino que ha cobrado protagonismo en un momento de agitación mundial bajo el mandato de Trump.

“Hay mucho apoyo para la presidenta en este momento”, dijo Juan Manuel Sánchez, artesano de Ciudad de México de 57 años, quien también elogió las medidas enérgicas de Sheinbaum contra el narcotráfico.
Durante su primer mandato, Trump recurrió a los aranceles para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y lograr un nuevo acuerdo entre EE. UU., México y Canadá, que firmó en 2020. Ahora está utilizando tácticas similares contra México y Canadá, mientras argumenta que demasiadas drogas ilegales y migrantes fluyen desde los dos países hacia Estados Unidos.
Hace un mes, Trump firmó una orden ejecutiva que imponía aranceles del 25 por ciento a las importaciones mexicanas. Pero menos de un día antes de que entraran en vigor, Trump y Sheinbaum hablaron por teléfono y anunciaron un acuerdo para retrasarlos 30 días.
En virtud de ese acuerdo, México envió 10,000 soldados adicionales de la Guardia Nacional a la frontera para ayudar a frenar el flujo de fentanilo y de inmigrantes a Estados Unidos. A cambio, dijo Sheinbaum, el gobierno de EE. UU. trabajaría para detener el flujo de armas hacia México.
Aunque el número de cruces de migrantes en la frontera sur ha caído a niveles antes impensables desde que Trump asumió el cargo en enero, los funcionarios mexicanos habían estado disuadiendo significativamente la migración a Estados Unidos meses antes. La semana pasada, México envió a Estados Unidos a cerca de 30 altos operativos de cárteles buscados por las autoridades estadounidenses, una de las mayores entregas de este tipo en la historia de la guerra contra el narcotráfico.
“Hay mucha unidad en el país frente a lo que esta ocurriendo”, incluidas las amenazas económicas de Trump, dijo Sheinbaum el lunes, horas antes de que entraran en vigor los aranceles.
Aunque Trump insistió el lunes en que los aranceles comenzarían a aplicarse el día siguiente, la nube sobre México desde el norte se ha cernido desde su última campaña presidencial. Provocó incertidumbre y frustración, pero también impulsó el orgullo nacional.
Agustín Barrios Gómez, exdiputado mexicano y miembro fundador del Consejo Mexicano de Relaciones Exteriores, organización sin fines de lucro, dijo que incluso los mexicanos que no votaron por Sheinbaum “entienden que en este momento, el interés nacional de México —más allá de la política partidista— es unirse en torno a nuestra presidenta”.
Barrios Gómez dijo que uno de los motivos del aumento del apoyo a Sheinbaum era asegurarse de que tuviera suficiente capital político en el país para estar en una posición de negociación más fuerte con Trump, pase lo que pase.
El nacionalismo es complicado en México, dijo Barrios Gómez, porque está tan intrincadamente entrelazado con Estados Unidos geográfica, cultural y económicamente, así como con la inmigración y la seguridad.
“No somos vecinos, somos compañeros de habitación”, dijo. En otras palabras, dijeron los analistas, los aranceles de Estados Unidos contra México perjudicarían a ambas economías, al igual que los aranceles recíprocos sugeridos por Sheinbaum. (Trump también está amenazando con aranceles separados del 25 por ciento sobre las importaciones mundiales de acero y aluminio, lo que afectaría a México).
Para México, no se ha alcanzado el punto de inflexión contra Estados Unidos, dijo Barrios Gómez la semana pasada, antes de que los aranceles entraran en vigor, pero “si llamas a alguien tu enemigo lo suficiente, puedes convertirlo en uno”.
El espectro de una guerra comercial entre los países ha cambiado la percepción en México de Trump y su relación con Estados Unidos.
Según la encuestadora mexicana Buendía & Marquéz, el número de encuestados en México que creían que la relación entre Sheibaum y Trump era al menos buena descendió significativamente entre noviembre pasado y febrero, mientras que el número de encuestados que tienen una opinión negativa de Trump saltó al 80 por ciento a mediados de febrero desde el 66 por ciento a principios de enero.
No obstante, Trump ha elogiado a Sheinbaum como una “mujer maravillosa” mientras se burlaba del primer ministro canadiense, Justin Trudeau. Trudeau, quien se ha vuelto cada vez más impopular en su país, vive sus últimos días en el cargo, mientras que la base popular de Sheinbaum es más fuerte. Sheinbaum ganó contundentemente las elecciones del verano pasado y en octubre comenzó su mandato de seis años.
Durante su conferencia de prensa matutina del lunes, Sheinbaum hizo una vez más un llamado a la calma antes de la fecha límite de los aranceles de Trump y dijo que esperaba llegar a un acuerdo de última hora, que no se materializó. “Obviamente nosotros no quisiéramos que hubiera aranceles”, dijo, añadiendo que su gobierno respondería.
Desde la toma de posesión de Trump, el gobierno de Sheinbaum ha estado promoviendo lo que llama “Plan México”, una estrategia destinada a diversificar la economía para hacerla menos dependiente de Estados Unidos, para revitalizar la manufactura mexicana e impulsar al país a convertirse en una de las 10 principales economías del mundo. (Actualmente es la número 15, según el Fondo Monetario Internacional).
Como parte de ese esfuerzo, el gobierno de Sheinbaum ha puesto en marcha la campaña “Hecho en México”, en la que se coloca un sello oficial en los productos fabricados en el país que cumplen ciertos requisitos. El sello, con una ilustración de un águila mexicana, se creó en 1978 para promover los productos mexicanos y ha sido reanimado por los presidentes a lo largo de los años.
Hace un mes, cuando la amenaza de aranceles de Estados Unidos se puso en pausa, el secretario de Economía de México, Marcelo Ebrard, dijo a las empresas que el gobierno quería impulsar de nuevo el sello “Hecho en México”.
La semana pasada, Walmart México, el mayor empleador privado del país con 200.000 trabajadores, dio a conocer sus esfuerzos por colocar el sello “Hecho en México” —pero con la palabra añadida “orgullosamente”— en los pasillos de sus 3000 tiendas en todo el país. Aunque Walmart es una marca estadounidense, Javier Treviño, vicepresidente sénior de asuntos corporativos de Walmart México, dijo que la empresa quería mostrar a los clientes que es una entidad mexicana y que la mayoría de los productos que vende se fabrican dentro del país.
La campaña “es muy importante para nosotros, pues hay que fortalecer la inversión y la confianza en México y que la economía pueda crecer, porque el entorno no está fácil”, dijo Treviño, un exdiputado mexicano, en una entrevista.
Otras grandes empresas se han unido a la campaña de Sheinbaum, como Grupo Modelo, el gigante cervecero que fabrica las cervezas Corona y Modelo, que anunció que pondría nuevas tapas “Hecho en México” en las botellas.
El sábado, Sánchez, el artesano de Ciudad de México, estaba en el mercado de su barrio, lo que, dijo, era una prueba de que prefiere comprar localmente. Antes de que los aranceles de Trump entraran en vigor, dijo que podría considerar boicotear las empresas y productos de EE. UU.
A diferencia de Canadá, donde los locales han estado rehuyendo los productos estadounidenses y comprando más banderas canadienses desde que Trump amenazó con aranceles, Sánchez dijo que los mexicanos ya eran nacionalistas y que la mayoría tenía una bandera.
“Pero cuando pasa alguna cosa muy grave”, dijo, “nos unimos todos”.
Maria Abi-Habib colaboró con reportería desde Ciudad de México.
James Wagner cubre América Latina, incluidos los deportes, y está afincado en Ciudad de México. Es nicaragüense-estadounidense del área de Washington y su lengua materna es el español. c. 2025 The New York Times Company.
Por James Wagner, The New York Times.