Entrevista con Jaime Martínez Veloz: ‘a la vuelta de la esquina el retorno del EZLN’
El Subcomandante Marcos aún permanece en Los Altos de Chiapas, cuyas poblaciones indígenas siguen armadas, en tanto, el actual régimen envía grupos criminales para inmovilizar al zapatismo, por lo que urge que el Congreso de la Unión reactive la Cocopa, sobre todo, que se cumplan los Acuerdos de San Andrés Larráinzar, señala Jaime (“Jimmy”) Martínez Veloz, expresidente de dicho organismo
“¿Recomenzamos?” es el título del texto mediante el cual hace tres meses arremetió contra Andrés Manuel López Obrador y su administración.
El hecho fue noticia mientras el Congreso de la Unión procesaba la reforma judicial, esto, en la recta final del “primer piso de la 4T”.
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De paso, el autor de la carta insinuó el pleno retorno del movimiento zapatista a la escena política, para lo cual citó, como buen literato y filósofo, parte del “Romance Sonámbulo”, de Federico García Lorca: “Pero ¿quién vendrá? ¿y por dónde?”.
Se trata del excatedrático Rafael Sebastián Guillén Vicente, quien, una vez cubierta su cabeza con un pasamontaña, se hace llamar “Subcomandante Marcos”, apelativo más famoso que el que luego adoptó en 2014: “Subcomandante Galeano”.
Ese jueves, 1 de agosto, todo mundo vio en dicho mensaje la “reaparición” en la vida nacional del icónico portavoz del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), mas no de las incursiones zapatistas del tiempo de Carlos Salinas.
La generación de mexicanos que surgió después del levantamiento en Chiapas, hace tres décadas, sabe muy poco, y a veces nada, acerca de este movimiento armado, del cual el mundo tuvo noticia mientras México participaba en la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Lo dijo el propio líder hace 12 años: “Ahora están haciendo la lucha y dirigiendo la resistencia quienes eran pequeños o no habían nacido al inicio del alzamiento”, en el que inicialmente participaron 5 mil combatientes indígenas.
En 2012, ya no 5 mil, sino “decenas de miles” de zapatistas hicieron una aparición pública para conmemorar el inicio de su lucha y recordar a la opinión pública que el movimiento sigue vigente.
Desde el pasado 1 de enero, en que el EZLN celebró su trigésimo aniversario, quien ahora plasma, dentro de una calavera, la firma “Capitán Marcos”, vuelve a la carga.
Sus críticas son en relación con la violencia que priva en todo el país, los desplazamientos de comunidades y las mega obras del gobierno morenista.
“¿EL EZLN VUELVE POR SUS FUEROS?”
Planteada a bocajarro, la pregunta fue respondida ipso facto por Jaime Cleofas Martínez Veloz (“Jimmy”), quien atajó: “El EZLN nunca se ha ido”.
Llegado de Tijuana para presentarse en la grabación de un programa conmemorativo del XL Aniversario del “Movimiento Pro-Dignificación de la UAC”, el cual dirigió junto a figuras como Armando Fuentes Aguirre (“Catón”), el político y activista parece tener claros los datos y recuerdos.
En entrevista para VANGUARDIA, se adelanta a dejar claro que “el Ejército Zapatista de Liberación Nacional todavía se desarrolla en varios territorios que tiene bajo su responsabilidad en Chiapas: San Andrés Larráinzar, Altamirano, Margaritas, Ocosingo, Comitán y otros lugares”.
Su estrecha amistad con el Subcomandante Marcos, cultivada desde que fue miembro y posteriormente presidente de la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) en Chiapas, le permite conocer, como pocos, las entrañas del zapatismo.
Fue en el seno de este organismo donde el también extitular de la Comisión para el Diálogo con los Pueblos Indígenas de México impulsó la firma de los fallidos Acuerdos de San Andrés Larráinzar.
Se advierte que el otrora asesor en la campaña presidencial de Luis Donaldo Colosio conoce, de primera mano, lo que actualmente ocurre con los pueblos indígenas adheridos al EZLN, de quienes reporta: “Todavía viven como los viejos zapatistas”.
“Por cierto —aclara el torreonense—, no eran un ejército que se entrenaba o que vivía de avituallamiento externo; no, no-no, nada de eso”.
“Entonces, ¿qué es lo que ha pasado?”, se pregunta a sí mismo. “Sucede que hoy —explica— la presencia del crimen organizado en Chiapas ha sido muy fuerte”.
Luego, suelta la acusación: “Esa es una forma en la que el Estado, en lugar de enviar paramilitares, como antes, permite la presencia de grupos criminales, lo cual, evidentemente, impacta en la movilidad zapatista”.
¿AHORA QUÉ ORIENTACIÓN TIENE LA LUCHA?
En principio, Martínez Veloz recuerda que la agenda que el gobierno y el EZLN pactaron en San Andrés Larráinzar el 16 de febrero de 1996 contiene seis temas, de los cuales solo se cumplió el punto relativo a los derechos y cultura indígenas.
Las cinco asignaturas pendientes, son: democracia y justicia, bienestar y desarrollo, derechos de la mujer en Chiapas, la reconciliación en Chiapas y la paz, es decir, “el acuerdo de paz en general”.
Debido a ello, el movimiento sigue vigente, con sus principales actores y precursores, quienes todavía viven en esas comunidades, bajo sus propios esquemas, de “buen gobierno”.
“Y tengo conocimiento —apunta “Jimmy”— que incluso están haciendo un buen trabajo en materia de salud, atendiendo a las madres y a los niños; están muy bien organizaos en esa área”.
“Yo tengo mucho tiempo que no voy adentro, donde vive el líder, pero, por distintas versiones de compañeros mutuos, sé que están trabajando muy bien”, explica.
¿Entonces Marcos sigue con ellos en los Altos de Chiapas, después de tantos años?
Sí, tienen al Sub con ellos, pues Marcos es el eje central; yo diría que, junto con la comandancia, es uno de los ejes principales del zapatismo.
Generalmente la gente se pregunta qué fue del movimiento, dónde está el Subcomandante Marcos y qué hace exactamente.
Él vive allá, sí, él vive allá.
Inmerso completamente en las comunidades.
Sí, lo que pasa es que ahorita todo Chiapas está copado por el crimen organizado, por criminales de los distintos cárteles, incluso cárteles que vienen de Guatemala, lo cual ha generado un problema social muy fuerte.
¿La incursión del crimen organizado estropea el programa del EZLN? ¿El combate a este problema forma parte de su lucha?
Es un fenómeno que afecta a todos, y los zapatistas no son la excepción; la presencia del crimen organizado afecta a todo mundo.
En sus inicios, era un movimiento armado. ¿Se sigue considerando el eventual uso de las armas dentro de lo que ahora planean hacer?
Ellos siguen armados.
¿Esto nos debe representar un peligro? ¿O el hecho de estar armados significa una garantía para conseguir sus objetivos?
¿Un peligro? Nunca. Después de la ofensiva de 1994, todo se ha hecho por la vía política. Sus iniciativas han sido fundamentalmente políticas. Por otra parte, yo creo que el Estado Mexicano está obligado a construir una salida digna para las justas causas que ellos representan y para el desarrollo de la actividad política de los pueblos indígenas en su conjunto.
¿El uso de las armas sigue siendo opción para su autodefensa y para alcanzar los objetivos de su lucha?
En este momento no. No debiera ser. Pero vivimos en un país en donde hubo 200 mil ejecutados en tan solo un sexenio, lo cual plantea una necesidad básica de sobrevivencia, frente a la delincuencia.
En definitiva, ¿cuándo volverá a entrar en acción el EZLN y, sobre todo, bajo qué términos?
Es imposible vaticinarlo. Es una decisión de ellos. Lo que sí sé es que las iniciativas que en este momento deben urgir tienen que ser de forma unilateral por parte el gobierno, es decir, se debe distensionar a Chiapas. No es posible que esta entidad esté hoy a merced del crimen organizado. Eso no puede ser. El Congreso de la Unión tiene que reactivar la Cocopa, que fue fundada por ley, para que este organismo permita el acompañamiento de sus actividades con la Marina y el Ejército, para evitar la presencia del crimen organizado.
¿Por qué en el sexenio que acaba de concluir aparentemente se permitió la presencia de los cárteles?
Lo cierto es que hoy se da, incluso, el fenómeno de que hay migración de Chiapas a Guatemala.
¿Qué le dirías o le advertirías a Claudia Sheinbaum en relación con las demandas y planes del EZLN para este tiempo?
Hay personalidades en derredor de Claudia Sheinbaum que tienen una sincera preocupación sobre lo que está pasando. Naturalmente, hay un problema interno dentro del gobierno... la imposición de la titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos es un ejemplo muy claro de ese autoritarismo. Pero sí creo que hay personajes alrededor de la presidenta que sinceramente están a favor de abordar el problema de Chiapas.
¿PRIMERO LOS POBRES?
Por otra parte, y contra lo que la comunidad internacional pudiera pensar, “el EZLN siempre ha demostrado, con toda claridad, que no tiene ningún vínculo con el crimen organizado, al contrario, (autoridades federales) están mandando bandas criminales a suplir lo que hacían los grupos paramilitares”, denuncia el entrevistado.
Añade: “Lo que representan los zapatistas son causas justas, la mayoría de las cuales, te voy a decir una cosa, se encuentran incluso en la declaración de las Naciones Unidas en materia de derechos indígenas”.
“En 2003, cuando se formó la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, y siendo entonces diputado federal, se le asignaron a esta instancia 17 mil millones de pesos, pero, denominada ahora Instituto Nacional e Pueblos Indígenas, esta dependencia, que tuvo $17 mil millones en 2003, hoy tiene, en el 2024, solo 2 mil 500 millones de pesos asignados; y luego, dicen: ‘primero los pobres’”.
“Hay una grave contradicción. Ahí están los números y el hecho de que los pueblos chiapanecos siguen siendo los más pobres de entre los pobres”, enfatiza.
“Ya nos habíamos sentado a platicar. Hicimos una ley (Ley para el Diálogo, la Reconciliación y la Paz Digna en Chiapas), la cual está vigente. ¿Qué les cuesta cumplir con lo que se pactó en San Andrés Larráinzar en 1996? ¡¿Qué les cuesta?!”.
“Yo he platicado con gente cercana a Claudia, y veo que están claros en eso, o sea, en que es necesario cumplirlo”, pues hasta ahora “sigue siendo una asignatura pendiente del gobierno de la Cuarta Transformación”.
¿Participarías nuevamente en la pacificación del país y en el bienestar de los pueblos indígenas?, se le preguntó.
“Siempre he estado en esto, y si me invitan a participar nuevamente en esa chamba, en ese trabajo, le entro, sin dudarlo, porque conozco el caso, porque conozco los temas, a los actores, sé lo que se avanzó, lo que no se avanzó y los abusos que se cometieron”.
“La vida me ha permitido tener —comenta— un conocimiento de esa problemática, de esa y de muchas otras. De 2013 a 2018, participé en 335 conflictos indígenas, en lo que no hubo ni un solo muerto”.
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“Se dice fácil —prosigue—, pero los riesgos se disparan cuando hay que recorrer regiones como la montaña y costa chica de Guerrero, la Sierra Negra de Puebla, la sierra de Oaxaca, Los Altos de Chiapas, la Sierra Tarahumara, las zonas yaquis... sin yo pretender involucrarme en esto, la vida me ha ido llevando”.
¿Entonces la atención a los reclamos del zapatismo sigue siendo una asignatura pendiente?
Sí, el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y el combate a la pobreza.
Muchas gracias.
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