Cardenal Rivera pide coherencia a demagogos, 'gurús' e 'iluminados'

Nacional
/ 5 noviembre 2017

Subrayó que “la inercia de la falsedad, que es cubrir con apariencias exteriores el vacío de contenido interior” y fustigó a aquellos que solo ven “la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio”

Ciudad de México. El cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que debe haber coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, y en tal sentido criticó a “demagogos, gurús e iluminados” y a líderes populares y religiosos, que no practican lo que proponen.

En la homilía dominical, el jerarca indicó que muchas veces existe un “abismo entre la enseñanza y el testimonio de vida” y añadió que “con cierta frecuencia en la cátedra se sientan los que enseñan aunque no cumplan lo que enseñan a los demás, los demagogos, los maestros que venden falsas promesas, los gurús e iluminados que enajenan la mente de sus seguidores, los líderes religiosos incoherentes y los líderes populares que caen en lo mismo que están denunciando”.

Al explicar el evangelio de hoy, dijo que “si somos sinceros” éste tiene “mucho que decirnos a todos, porque todos corremos el riesgo de caer en la inercia de la incoherencia, la inercia del inhumanismo y la inercia de la falsedad”. Detallo que “la inercia de la incoherencia” es “el abismo entre teoría y práctica, entre los principios en desacuerdo con los hechos” y agregó que “la inercia del inhumanismo, que es querer imponer leyes, obligaciones, reglamentos, normas de vida que son cargas, sin preocuparnos si son soportables o no, o cargas para los otros mientras nosotros nos sentimos exentos”. 

Subrayó que “la inercia de la falsedad, que es cubrir con apariencias exteriores el vacío de contenido interior” y fustigó a aquellos que solo ven “la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio”, los cuál es evidencia de “inautenticidad e hipocresía”.

Expuso que actualmente “vivimos tiempos difíciles y vemos con tristeza cuán verdaderas son las palabras de Cristo en nuestra situación actual”.

Añadió que quizás la “enorme cantidad de indiferentes” y “alejados del influjo del evangelio” se deba a que “sólo les hemos presentado caricaturas de Dios, repelentes y falsas” y dijo que “es casi seguro que si tuvieran de Dios el retrato del único que merece con justicia el nombre de Padre, tal y como Jesús nos lo dejó, serían fieles creyentes conscientes y no huérfanos ignorantes de Dios”.

En la misa se pidió porque haya paz entre los españoles, y que esté basada en la verdad y el respeto al prójimo. 

Se oró también por los gobernantes para que promuevan la verdad y la justicia para sus pueblos.

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