Olga Sánchez admite fuego amigo en la 4T
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La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reconoció que durante el primer año en el cargo enfrentó fuego amigo y ataques de diversas fuerzas políticas, hasta misoginia, por ser la primera mujer al frente de la dependencia, pero que esto no ha debilitado ni detenido la operación política
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, reconoció que durante el primer año en el cargo enfrentó fuego amigo y ataques de diversas fuerzas políticas, hasta misoginia, por ser la primera mujer al frente de la dependencia, pero que esto no ha debilitado ni detenido la operación política.
“Es un poco de todo, yo creo que es un coctel, de todo pero lo que puedo decirte es que o me he consolidado, tengo toda la confianza del presidente y yo me siento muy fuerte, y quiero decirte que muchas de las secretarías y muchos de mis compañeros y compañeras de gabinete acuden a la Secretaría de Gobernación para poder transitar algunos de los temas interesantes y fuertes”, afirmó Sánchez Cordero cuando se le cuestionó si dentro de la dependencia encontró oposiciones.
En entrevista con Salvador García Soto para El Heraldo TV, aseguró que pese al acotamiento de funciones en la Segob en temas de seguridad, ésta no perdió influencia ni importancia política, y subrayó que ella tiene el respaldo del Presidente.
Destacó el papel de la mediación realizada desde la dependencia a su cargo en temas como presas, gasoductos, líderes sindicales, gobernadores, el Congreso federal y la Suprema Corte.
La ministra en retiro consideró que la separación de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana fortaleció la operación de la dependencia que encabeza para enfocarse en otras materias antes descuidadas: “Le quitan una parte, pero la consolidaron como su origen, el área política… y también de protección a los Derechos Humanos”.
Sánchez Cordero aseveró que en la dependencia federal ya no se solucionan conflictos y movilizaciones sociales con reparto de dinero, que se le cerró la llave de los recursos a la llamada ‘industria de la reclamación’, y que ahora se usa el diálogo con todos los actores políticos y organizaciones.
Adelantó que se busca establecer un mecanismo institucional de seguimiento, evaluación y vigilancia a las fiscalías estatales, ya que no tiene contrapeso y debilitan la procuración de justicia en el país. “Le comentaba al Presidente… cómo podemos hacer institucionalmente para que sí se tengan contrapesos. A mí se me ocurre, no está en ley ni está la Constitución de ningún estado, que quien los nombra o quien lo ratifica, el Congreso local, sea a quien le dé cuenta de las irregularidades que puedan detectarse; decirle: ‘Congreso, mira, aquí tu fiscal, este proceso es un montaje’, o ‘este proceso no tuvo la evidencia suficiente’, o ‘no investigó o lo archivó, o no tuvo la debida diligencia, o fabricó testigos o pruebas, o sembró evidencias’”, expresó.