Temen ‘estalle’ nueva pandemia desde México; rastrean virus de la gripe aviar
Un grupo de expertas de la UNAM realizan investigaciones en los humedales de Lerma, en Toluca, donde llegan aves migratorias que podrían ser potenciales portadoras del AH5N1
CDMX.- Las Ciénegas del Lerma, que custodian el Nevado de Toluca, se encuentran monitoreadas por un grupo de científicas de la UNAM ante el temor de que sea el epicentro de la próxima pandemia.
Estos humedales, los más extensos del Centro de México, son un refugio para miles de aves, pero también un potencial riesgo por la cantidad de especies migratorias que arriban y pueden portar el virus de la gripe aviar, uno de los patógenos más temidos en el mundo.
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“Una enfermedad hasta ahora exótica en América Latina podría dejar de serlo pronto”, señala Liliana Gaytán, veterinaria zootécnica e integrante de la UNAM que investiga este espacio.
Uno de los potenciales portadores de este virus son los patos, como el de collar mexicano, especie que cada invierno llega a las ciénegas después de un viaje de miles de kilómetros desde Estados Unidos y Canadá.
En octubre pasado, cerca de este lugar se reportó el primer caso de influenza en un halcón gerifalte.
“Los humedales de Lerma fungen como un embudo donde convergen de manera directa e indirecta toda las rutas de aves migratorias que atraviesan el país”, explica Gaytán desde el Laboratorio de Ecología de Enfermedades de la UNAM.
AH5N1, UNA CEPA ALTAMENTE VIRULENTA
Liliana Gaytán, junto con un grupo de científicas, rastrea al AH5N1, un virus infeccioso de alta patogenicidad que ataca a las aves de corral y ha sido el causante de una epidemia histórica en Europa en los últimos años.
A finales del otoño pasado, el patógeno también alcanzó África y Asia, así como al continente americano donde se expandió a una decena de territorios.
México fue uno de los primeros en resultar afectado pues no sólo se aplicaron cuarentenas sino sacrificios masivos de aves.
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El país es el quinto productor de huevo y gallina a nivel mundial, por ello, “en cuando se reportó el primer caso, las autoridades pusieron en marcha todas las medidas posibles para frenar los brotes: cuarentena, matanzas masivas, vacunas urgentes”, señaló la investigadora.
A finales de enero de este año, parecía que la expansión de la gripe aviaria se había controlado, pero volvieron a aparecer casos en las últimas semanas en Aguascalientes.
“Esta gripe aviar es tan altamente virulenta que si consigue colarse en una granja comienza a producir tasas de mortalidad altísimas”, advierte Gaytán, quien señala que la opción más efectiva es el sacrificio masivo de las aves.
Sin embargo, ésta trae enormes pérdidas a productores y el encarecimiento del producto.
CORRALES DE TRASPATIO, LOS MÁS EXPUESTOS
El equipo investigador, conformado por mujeres, donde el 70 por ciento son estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, han detectado numerosos virus que han sido introducidos por patos migratorios de Estados Unidos.
Dichos agentes de la influenza estacional circulan ya de forma normal en especies domésticas y silvestres por sus humedales.
Las expertas desarrollan vacunas además de investigar virus, entre ellos al de la influenza. Pero también vigilan a los cerdos que pueden albergar a estos virus e infectar aves o humanos.
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La influenza es “una enfermedad que comparten varios animales. Los cerdos cuentan con distintos receptores celulares para este tipo de virus con capacidad de infectar aves o humanos, permitiendo que se generen nuevas variantes, algunas muy peligrosas. Por eso los vigilamos tanto”, explica Gaytán.
“Recogemos muestras de patos capturados en la laguna por cazadores para analizarlos después en el laboratorio, también de los ejemplares de corral y de los cerdos”, dice la investigadora.
Aunque las grandes granjas representan un alto riesgo frente a estos agentes, éstos cuentan con sistemas de control, por ello a las expertas les preocupan los traspatios de las zonas rurales donde crían animales con escasas o nulas medidas de bioseguridad.
“Granjas de animales que están pegaditas a la laguna. Y los perros y gatos andan por ahí sueltos... En estos lugares no existe ninguna regulación, los esquemas de vacunación y vigilancia son escasos o nulos”, señala Gaytán. Con información de El País