“No me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”: ¿La gran frase del sexenio de AMLO?

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No le gustó que la Suprema Corte revisara sólo la constitucionalidad de su Ley Eléctrica
De acuerdo con la columna de Raymundo Riva Palacio, publicada por VANGUARDIA, en Andrés Manuel López Obrador no hay filtros, ya que su pecho carga una máquina de rencor y agresión incansable, generadora de vituperios que escupe mentiras y verdades a medias, y que aumenta cada semana la presión y los ataques.
Menciona que AMLO tiene una inmensa autoestima y ve con desdén a todos los demás, pues de otra forma no se entendería la furia de sus embestidas a partir de acusaciones, muchas infundadas, que tarde o temprano tendrán repercusiones y consecuencias para él.
Agrega que no le gustó que la Suprema Corte revisara sólo la constitucionalidad de su Ley Eléctrica, por lo que la fustigó e insultó al no extralimitarse ilegalmente en sus responsabilidades, ya que pronunció lo que probablemente será una de las grandes frases de su sexenio: “no me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”.
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Apunta Riva que la ley es la ley, que juró obedecer y quiere que todos le sigan el paso, que salvo sus incondicionales y oportunistas, nadie parece dispuesto a trastocar.
Añade que AMLO sigue sembrando problemas con Estados Unidos, descalificando las preocupaciones del representante de la Casa Blanca para el cambio climático, ex secretario de Estado y ex precandidato presidencial, John Kerry, la secretaria de Energía y el secretario de Agricultura, e insultándolos. Tres horas y media después, el embajador Ken Salazar se apersonó en Palacio Nacional para hablar del tema. No se saben los detalles de su conversación, pero mensajes previos al Presidente han advertido que si seguía hablando sin fundamento, tendría una respuesta pública que no le iba a gustar.
Concluye Riva Palacio mencionando que AMLO a veces se comporta como un niño berrinchudo, mal educado y egoísta. Ya que piensa que saldrá impune de todo, pero a lo mejor no, y el revés podría ser proporcional al nivel de hostilidad, agresión e insulto que profiere.